Capítulo 44

1.1K 111 1
                                    

-Solo habían pasado dos días desde que habíamos viajado a Transilvania, estaba en el balcón de mi habitación cuando Michael llegó y comenzó a besarme desesperadamente- estaba sentada en el suelo de mi habitación hablando con Anderson.- de pronto se alejó y se sentó en una silla obligándome a sentarme en sus piernas.

Flashback:

-Te contaré una historia.- dijo.

Me tomó de la nuca y me haló hasta que mi cabeza quedara en su hombro. Besó mi frente y continuó.

-Hace muchos años, existió un hombre, un rey, era muy amado por algunos pero muy odiado por otros. Era un rey justo, de buen corazón pero estaba solo. El rey había amado locamente a una mujer, se conocían desde pequeños y estaban muy enamorados. Habían planeado casarse y tener muchos hijos, vivir un felices para siempre, pero, un día antes de la boda, su prometida se quitó la vida. Ella solo dejó una carta diciendo que se había arrepentido y que prefería morir antes que casarse con él. Él rey muy herido se encerró en su castillo, allí permaneció en la oscuridad y consumiéndose en su dolor por años. Pero, un día unos visitantes llegaron a su reino, estaban perdidos y pidieron ayuda al rey. El rey que con el tiempo su corazón se había endurecido se negó sin importar cuánto súplicaran los visitantes hasta que la vió a ella. La mujer más hermosa que había visto en toda su vida. Luego de tantos años, la belleza, inocencia y ternura de la mujer había logrado cautivar al rey, ella era mucho más joven que él pero eso no le impidió enamorarse de ella. La mujer de ojos celestes ciertamente era muy hermosa, tanto, que cualquiera que la veía quedaba enamorado de ella al instante. El rey emocionado pidió que tratasen a los visitantes como sus invitados, les dio las mejores ropas, organizó un gran banquete y los sentó en su mesa. La mujer de ojos celestes sería su esposa, pero, sus enemigos, quienes se habían enterado de la nueva prometida de la mujer habían ido a conocerla pero también quedaron enamorados de ella e intentaban robarla. El rey para proteger a su amada la encerró en una gran torre, en la parte más alta de su castillo custodiada por guardias en su puerta y cada vez que iba a verla le enviaba un clavel para anunciar su llegada. Así, la mujer de ojos celestes sabía que su amado iria y lo esperaba ansiosa.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora