Capítulo 12

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Desperté gracias a los rayos que entraban por la ventana, pestañee varias veces para acostumbrarme a la claridad y al hacerlo observé todo a mi alrededor. Almohadones negros y grises, sábanas de seda del mismo color. Me senté en la cama y definitivamente está no era mi habitación.  Mi cabeza dolía un poco pero nada exagerado.

De hecho, era la de Bruce. Pero, ¿Que hacia aquí? Lo último que recuerdo es haber estado hablando hasta tarde con él.

Busqué mi bolso y lo encontré en una de las mesitas de noche, lo tomé y saqué mi teléfono.

El reloj marcaba las 11 am.

-No, no, no- empecé a balbucear levantándome rápidamente dispuesta a marcharme. -mis padres me van a matar. Será mejor que vaya a comprar una mala y un ataúd, de ésta no me salvo.- continué mi cántico. Busqué mis botas y me las empecé a colocar a toda prisa cuando la puerta de la habitación fue abierta y volteé en su dirección rápidamente.

Era Bruce.

-Hola...- dijo con una sonrisa y caminó tranquilamente hasta mí.

Vestía unos pantalones grises de pijama y una camiseta blanca, sus pies descalzos y su cabellos húmedo estaba revuelto, parecía acabar de tomar una ducha. Llevaba una bandeja en manos y la dejó sobre la cama.

-¿Qué haces?- sonrió de lo más tranquilo. ¿Estaba loco o que? ¿No había visto la hora? ¿Por qué estaba tan tranquilo?

-¿No has visto la hora?¡Van a matarme, no llegué a dormir anoche!- dije como si fuera lo más obvio del mundo.

-Hey...- se acercó a mi pero yo seguía enfocada en tomar mis cosas y marcharme.- hey, tranquila...- tomó mis manos.- mi madre llamó a la tuya anoche y le dijo que te quedarías a dormir y no sé cuántas cosas más le dijo.- se encogió de hombros restándole importancia.

-¿Y ella que dijo?- pregunté sentándome no muy convencida.

-Dijo que estaba bien.

¿Qué clase de madre deja que su hija se quede en casa de su ex-novio así como si nada? Pues la mía, al parecer.

-Leah te preparó algo de comer.- dijo acercándome la bandeja repleta de comida. Él no solía decirle "mamá" a su madre y la verdad nunca entendí él porque. Él solo estaba ahí viéndome comer y eso me ponía un poco nerviosa.

-Gracias.- dije tomando una fresa y llevándola a mi boca. De pronto recordé lo ocurrido anoche y la preocupación volvió a mi.-¿Como te sientes?- vi como se tensó un poco al escuchar la pregunta.

-Bien.- sonrió forzadamente.

-¿Y Tyler?

-Cuando te quedaste dormida se fue a casa pero dijo que volvería hoy.

Tyler y Bruce habían sido vecinos desde siempre ahora que recuerdo. Era extraño que hasta ahora volvieran a hablar pero entendía el porque.

Cuando terminé de desayunar alguien tocó la puerta y Bruce fue a abrir. Al hacerlo una somnolienta Sarah estaba frente a él y no pude evitar sonreír al notar lo tierna que se veía.

-Es para Sam, espero le queden.- le entregó unas cosas a su hermano y se marchó.

Bruce regresó hasta mi y dejó las cosas sobre la cama. Era ropa y unos zapatos.

-Puedes ducharte.- señaló una puerta la cual suponía era el baño.- estaré afuera si me necesitas.- tomó la bandeja, le sonreí y se marchó.

Tomé las cosas y me adentré en el baño. Quedé con la boca abierta al ver todo el lugar, era consciente de que toda la casa estaba rodeada de  lujos e imaginaba que todo aquí costaría tres riñones como mínimo pero no lograba dejar de sorprenderme. Realmente había cambiado mucho durante el tiempo que no vine.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora