Capítulo 22

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¿Qué había entre Stuart y el señor Johnson? ¿Qué era eso tan grave que había hecho? ¿Por qué quisieron cobrarselas con Bruce y Tyler? Bueno, tal vez solo era Bruce y como Tyler estaba allí pues no pudo escapar.

Pero, algo que tambien me daba curiosidad era saber, ¿Quién era ella?¿Quién era la que le daba ordenes a Tyler? No lo sabía pero lo averiguaría. Todo era muy extraño y según entendí, Stuart tenía que ver con lo que le pasó a Tyler y Bruce.

Estuve un largo rato dando vueltas de un lado a otro por toda la habitación, pensando en como haría para responder mis preguntas. Estaba en el tejado acostada mirando el cielo pensaba en como había cambiado mi vida, en el tiempo que me quedaba y en como debería gastarlo.

Bruce tenía razón, si no me alimentaba moriría y esta vez para siempre, y estaba segura de que no me quedaba mucho para que aquello pasara.

Rondaba en mi cabeza también la conversación extraña entre mi hermanastro y el padre de Bruce cuando de pronto escuché un ruido cerca.

Me asomé y observé por los alrededores pero no vi nada. Decidí bajar a mi habitación y volví a escuchar el ruido pero ésta vez más cerca. Abrí un poco la puerta y todo estaba a oscuras a excepción de la luz tenúe que salía de la habitación de Stuart.

-¡Qué no!- bramó una voz que no reconocía.

Abrí un poco más hasta poder salir y con pasos sigilosos me acerqué lo más que pude e intenté observar a través de la pequeña apertura.

-Debemos pensar que haremos.- habló.... ¿Mi madre?

-No sé puede saber nada de lo que está pasando, y menos ella.- esta vez fue Stuart.- estuvo espiando cuando hablaba con Jason Johnson.

¿Hablaban de mi?

-Debemos tener cuidado.- dijo otra vez aquella voz que no reconocía como pude me asomé un poco más y se trataba de Dominick, lo reconocía, trabajaba en la empresa de mi padre

-Samantha debe estar lejos cuando pase.-dijo mi madre. ¿Yo? ¿Lejos?¿Cuándo pasé qué?

¿Qué estaba pasando?

-Iré a ver como está.- dijo mamá empezando a caminar hacia la puerta. Corrí hasta mi cuarto y cerré la puerta intentando no hacer ruido, me lancé a la cama y tomé mi teléfono.

La puerta se abrió y la silueta de mi madre se divisó al instante.

-Hola amor.- me saludó con una sonrisa caminando hasta mí.

-Hola.- le sonreí falsamente.

-¿Cómo llevas eso de que ya no duermes?- se sentó en la cama.

Suspiré.

-Ya me voy acostumbrando. Estaba leyendo un poco.- mentí.

-Ah, bueno. Pues te dejo que sigas en tus cosas.- besó mi frente.- buenas noc...- se calló y sonrió nuevamente.- olvidalo.- adiós.

Salió cerrando la puerta a sus espaldas.

¿Cómo podía ser tan hipócrita de fingir ser la madre perfecta mientras estaban todas estas mentiras alrededor?

A la mañana siguiente, tomé una ducha y me adentré en mi armario para vestirme. 

 

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La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora