Capítulo 40

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Ya estaba anocheciendo cuando llegué a casa y subí a toda prisa a mi habitacion sin siquiera saludar a Melissa que estaba en la sala.

Me senté en mi cama y saqué la nota de mi mochila.

¿Quien carajos la habría puesto allí? Debió ser uno de los que estaban en el salón de clases pero aun seguía sin tener sentido. ¿Quién me estaría vigilando y por qué?

-Señorita...- unos toques en mi puerta me hicieron volver a la realidad.

-Pasa- dije en voz alta empezando a sacar mi computador. Necesitaba buscar información sobre la universidad, algo que me ayudase a responder mis dudas.

-¿Está todo bien?- preguntó Anderson abriendo la puerta y caminando hasta acercarse a mí.

Ni siquiera le respondí, solo le entregué la nota.

-¿Quién le dio esto?- me miró curioso.

Rodé los ojos

-No lo sé genio. Solo apareció en mi silla, no vi quien lo puso.- me levanté y empecé a morder mi uña nerviosamente. Un olor poco común llegó a mí, era sangre. Humanos.-¿Tenemos visitas?

-¡Oh! Si, es su amigo Ithan Jones. Dice que vino darle una sorpresa.

Asentí y bajé la escaleras dando pequeños saltitos.

-¿Como está la mujer más hermosa del mundo?- habló en cuánto me vió y le sonreí.

-No sé como está ella, pero yo estoy bien. No sabía que vendrías.

-Quise sorprenderte y vine a secuestrarte.- me guiñó un ojo.

-¿Otro restaurante?- pregunté y negó.

-Prometo que te gustará. Solo ve.

Bufé y acepté.

Regresé a mi cuarto para arreglarme.
Tomé algo sencillo del armario y me vestí.

Até mi cabello en una coleta alta, tomé mi teléfono y bajé

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Até mi cabello en una coleta alta, tomé mi teléfono y bajé.

Llevábamos al menos una hora en el auto y ya empezaba a desesperarme.

-¿Ya puedes decirme a donde iremos?- pregunté por milésima vez.

-La respuesta sigue siendo la misma que hace cinco minutos.- dijo sin apartar la vista del camino pero sonriendo.

-Es una sorpresa.- recordé sus palabras y miré por la ventanilla.- odio las sor...

-Llegamos.- dijo estacionando frente a un parque de diversiones.

-¡Ah!- chillé.- me encanta.- bajé del auto y él hizo lo mismo.

Empecé a dar pequeños saltitos en mi lugar.

-Siempre quise venir a uno pero nunca pude.- dije recordando todas las veces que mis padres decían que era peligroso.

-Pues vamos.- dijo y empezamos a caminar. Yo iba saltando como niña pequeña y mientras Ithan compraba los boletos yo veía todos los juegos, las luces, las personas... Las personas. Contuve la respiración. Debía poder soportar esto.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora