Capítulo 23

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Días después...

Tyler y Bruce ya se estaban recuperando, debían andar con bastones o sillas de ruedas para que no se cansaran en exceso y junto con los hermanos de Bruce no perdíamos oportunidad para hacerles bromas.

-Ya, no es gracioso.- habló Tyler fingiendo molestia.

-Si....si lo....lo es...- dijo Sarah entre risas.

Sarah había barnizado los jabones de Tyler con esmalte para uñas transparente. El pobre había estado horas intentando ducharse y por supuesto, cuando creyó que el shampoo sería mejor opción era pintura azul.

-¿Qué rayos es lo que fuman?- preguntó Bruce quien aún se encontraba frente al espejo intentando quitar el pegamento de sus dientes ya que su pasta dental había sido cambiada por una de pegamento liquido.-juro que te mataré esta vez.

-Si logras alcanzarme, Cojito.- se mofó ella y salió por la puerta.

Rodé los ojos y me puse de pie. Ya estaba anocheciendo y era hora de que volviese a casa.

-Iré por algo de beber.- dijo Tyler empezando a caminar a la cocina.

-¿Quieres ayuda para...- empecé a preguntarle a Bruce pero un aroma desconocido llegó a mí.

Le hice una seña para que estuviera quieto y a toda prisa subí a las escaleras en cuestión de segundos.

-Carajo...- susurré llevando mis manos a mis costillas. Mi peso había disminuido considerablemente, estaba débil, lucía más enferma y pálida que nunca por lo que las toneladas de maquillaje eran más que necesarias. Ahora costaba más estar con... Humanos, todo esfuerzo que hacia era sobrenatural.

Caminé ignorando el dolor y empecé a intentar encontrar de donde provenía ese olor hasta que llegué a la habitación de Bruce. La abrí con cuidado y estaba en penumbras.

El gran ventanal estaba abierto, me asomé un poco y apenas vi una ligera sombra afuera iluminada por la luz de la luna. Caminé con pasos decididos pero al llegar no había nada.

Encendí el interruptor de la luz y todo estaba hecho una porquería. Libros, hojas, lámparas, la ropa de Bruce estaba dispersa por todo el suelo.

¿Qué había pasado? ¿Quién había....

-La cinta.- pensé al instante. Corrí al armario de Bruce, todo estaba rebuscado. Me acerqué al último cajón donde la habíamos guardado. No estaba. -No, no, no...- empecé a balbucear mientras buscaba por todos lados.

Se la habían llevado.

-Sam...-escuché la voz de Bruce y en cuestión de segundos lo vi traspasar el umbral del armario.

-Se la llevaron.- dije y entendió al instante.

Días antes...

-En una hora la veo en el lugar de siempre. Ella está con Bruce.-el papá de Bruce hablaba con alguien por teléfono desde su despacho.- llevaré el paquete.-colgó. Caminó hasta una caja fuerte y sacó dinero, lo entró en un maletín junto anlo que parecía ser un teléfono y algunos papeles.

Bruce y yo salimos de nuestros escondites y prácticamente corrimos hasta la sala intentando aparentar normalidad.

-Chicos, tengo una reunión en la empresa, vuelvo en la noche. Se portan bien.- ambos asentimos y se marchó.

-Podríamos seguirlo- sugirió Bruce poniéndose de pie.

-¿Podríamos? ¿Tu y yo?- lo miré como si estuviera loco.- Bruce, no sabemos de que se trata y aún estás en recuperación.- me puse de pie.- yo iré y te llamaré si te necesito.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora