Capítulo 19

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Los rayos de sol ya se colaban por los huecos que dejaban las cortinas, así que me levanté y me fui a tomar una ducha. Lavé mi cabello, me vestí.

Caminé hasta el espejo para maquillarme ya era era obvio no podía salir así, estaba más pálida de lo que solía ser, mis ojos no eran del mismo color, obviamente, y lucía débil y anémica ya que tenía bastante tiempo sin alimentarme

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Caminé hasta el espejo para maquillarme ya era era obvio no podía salir así, estaba más pálida de lo que solía ser, mis ojos no eran del mismo color, obviamente, y lucía débil y anémica ya que tenía bastante tiempo sin alimentarme.

Tomé mi mochila y bajé rápidamente.

-Buenos días.- saludé a los chicos en la mesa.

-Hola- dijeron al unísono.

-¿Irás a la escuela?- preguntó Alex.

-Aún no. Tengo algunas cosas que hacer.- dije.- y ya voy tarde. Los veo luego.

Empecé a caminar hacia la salida.

-¿No desayunarás?- gritó Ryan.

-Comeré algo en el camino.- y con eso subí a mi auto y puse a marcha hacia la casa de la playa. Necesitaba recoger algunas cosas que aún me faltaban.

Conduje por al menos dos horas hasta que por fin llegué a la casa de la playa. Estacioné frente a ella y me encaminé por el camino de piedras que mamá había insistido en poner.

 Estacioné frente a ella y me encaminé por el camino de piedras que mamá había insistido en poner

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Dejé mi mochila sobre el sofá, me quité los zapatos y subí a la habitación. Al menos aquí podía estar tranquila y sin preocupaciones de querer encajarle los dientes a alguien por al menos un rato. No sé de donde he sacado tanta fuerza para controlarme pero no lo haré, sé lo que ocurrirá sino me alimento pero mi decisión sigue ahí.

Me coloqué unos shorts, una camiseta y me bañé en toneladas de protector solar, sé que este colgante está hecho para cuidarme de que no sea una vela viviente pero tampoco exageraria. Tomé un sombrero y salí a la terraza. El sol estaba demasiado fuerte para apenas ser las 11 am y el collar parecía estar funcionando a pesar de que mi piel estaba un poco rojiza.

Me senté bajo una sombrilla, necesitaba aire fresco. Apagué mi teléfono y me dediqué a escuchar solo el vaivén de las olas.

Un par de horas después ya estaba atardeciendo me encontraba recogiendo todo lo que necesitaba. Ropa, accesorios personales, entre otras cosas. Lo guardé todo y cerré la maleta. La guardé en el asiento trasero y puse marcha a la casa.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora