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-¿Qué? -Respondo completamente sorprendida. Damian no era el que estaba a punto de morir, era otro. -Pero aún no ha muerto.

-¿Que es usted de Damian?

-Novia. -Miento. Tengo que decirlo si quiero saber más. No puedo decir que soy la hermana, no nos parecemos.

Creo que soy la única preocupada por él en estos momentos, no hay nadie más relacionado con Damian y al parecer están los padres del chico moribundo. El padre está hablando con el director mientras la madre llora. En efecto, Damian realmente era Demian.

-¿Dónde está Damian? -Pregunto preocupada.

-En el hospital.

Me dicen en que hospital está y les pregunto si me pueden llevar a verlo, me dicen que no. Dijeron que tengo que esperar a que termine mi jornada y cuando salga del instituto ir a verlo porque no pueden autorizarme a faltar a clases en el horario. Les insistí, una y otra vez. No logré nada. Esperé impaciente, Pia me preguntaba qué ocurrió, le dije todo pero menos que Damian estaba en el hospital y que yo iría a verlo. Sé que me iba a decir que no me entrometiera, que es algo serio y que no tengo nada que hacer ahí. Es verdad pero me importa, es imposible no querer saber qué paso.

Corro por el hospital, no me costó encontrar dónde estaba por las indicaciones que me dio la policía, tenía una autorización que me llevaba directamente a su habitación.

Cojo la fría manilla y la giro, abriendo la puerta con suavidad. Damian estaba en la camilla sentado de espalda. Su anatomía se mueve de abajo hacia arriba de una manera brusca evidenciando su respiración agitada. Cierro a puerta, no lo suficientemente fuerte pero si para que él escuche. No se inmutó cuando la puerta sonó y tampoco lo hace cuando me estoy acercando. Me paro frente a él, está boca abajo con las manos en la camilla, su cabello está despeinado. Sube la cabeza lentamente y su rostro se contrae al verme.

-¿Que haces aquí? -Pregunta limpiando su boca.

-Eh...eh venido a verte.  -Hablo un poco nerviosa, a pesar de la situación él sigue con esa seguridad al  hablar. No parece preocupado. -¿Que tienes?

Bufa y se apunta el brazo vendado. -Sólo un corte aquí. 

-¿Es grave?

Niega con la cabeza.

-O sea...estás bien. -Digo pensando que fue demasiado fácil. Pensé que iba a estar lleno de tubos, a punto de morir al igual que el otro chico.

-Tengo que irme...-Dice acostándose en la camilla mirando hacia el techo.-Tengo que irme Lía, tengo que irme

Frunzo el ceño y miro su hermoso perfil.

-Creo que no quieren verte en el Instituto.

-No es a eso a lo que me refiero, tengo que irme a un lugar.

-¿Qué lugar? ¿Sabes que estás a punto de ser arrestado por homicidio?

Cito lo que dijo el policía y el encoje los hombros.

-No fue mi culpa. -Dice simplemente. -¡Dios! -Vocifera su  voz gruesa mirando sus sábanas.-Hay una gigantesca araña, mátala por favor. -Me pide y río sin poder evitarlo.

¿De verdad? Pienso mirándolo con incredulidad. No se puede mover, está con una sábana blanca en su mano tapándose y observo que a la altura de su estómago hay una enorme araña.

Grito cuando me doy cuenta y me alejo de la cama.

-¡Mierda! Odio esas cosas,¡Mátala, Mátala! -Dice sin moverse.

DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora