15

567 42 11
                                    

¿Que se supone que debes hacer cuando no te corresponde alguien? Tengo un montón de planes para llevar a cabo, pero ninguno lo incluye sin que yo no le gustara. ¿Que ocurre ahora si no le gusto? ¿Termina esta historia? 

-¿Escribes cierto?

La voz de Damian me saca de los pensamientos y asiento un poco aturdida.

-¿En que te basas...cuando escribes?

-En el amor.

-¿Y qué si no hay amor?

Miro sus ojos un momento y luego vuelvo la vista hacia al frente si decir nada.

La azafata pasa teniendo la bandeja de comida que con gusto se la recibo, después de cinco horas de viaje ya tengo el trasero cuadrado y el cuerpo comienza a arder. Al bajarnos del bus siento que la mochila raspa mi espalda pero intento aguantarlo. Llegamos a una pequeña ciudad, por suerte nos hospedamos en un lugar decente, no es gigante pero no me importa, es higiénico. 

Un jadeo sale de mis labios al quitar la mochila de mi espalda y dejarla en la cama. La habitación tiene dos camas; una de una plaza y la otra de dos. Las paredes tienen un estampado de color café y el suelo es de madera. Tiene un baño que es muy parecido a donde nos habíamos quedado anteriormente. 

Damian está en la cama de dos plazas y yo en la de una, saco mi chaqueta con lentitud y siento como si mi piel se estuviera despegando de mi carne,me quedo con mi camisa blanca que no tiene mangas, tengo la piel roja como un tomate producto del sol.

Noto que Damian me mira sin quitar la mirada.

-Quítate la camisa. -Ordena sentado en la cama. 

-¿Que? 

-Quítatela. -Repite poniéndose de pie. 

Trago saliva  y lo hago quedando en brasier. 

-Ssss...-Emite caminando detrás de mi. Toma mi brazo con delicadeza y me guía hasta su cama acostándome boca abajo. 

-¿Que...

-Shh...-Me calla sacando algo de su bolso. De pronto su tacto se hace presente en mi piel y siento un leve calor abrumador, desabrocha mi sostén dejando mi espalda completamente expuesta. Siento su mano pasar por mi espalda con delicadeza, a su vez arrastrando un líquido frío por esta aliviando mi dolor.

-¿Se siente bien? -Pregunta sin dejar de hacerlo.

Exhalo relajando mi cuerpo.-Sí. 

Sigue haciéndolo por unos  minutos durante mantengo mi cara escondida entre mis brazos, gozando de esto. Cada trazo, cada movimiento, siento como si plasmara una obra de arte en mi espalda. 

Su mano se detiene un momento hasta que sus dos manos se unen recorriendo cada parte de mi espalda apoderándose de esta. Mi respiración comienza a cortarse cuando sus manos llegan hasta el final de mi columna. 

-Voltéate. -Pide deteniéndose y lo hago. Por un momento olvido que no tengo mi brasier abrochado, entonces este se corre dejando a la vista mis senos los cual oculto de inmediato, volviendo el brasier a su lugar.

-No tengas vergüenza conmigo. -Informa colocando la crema transparente en sus manos colocándolas en mi estómago. -Vamos a amasar. -Se ríe moviendo mi grasa de arriba hacia abajo. Me río observando su rostro concentrado en lo que esta haciendo.

-No me gustan las historias. -Dice deteniéndose. 

-¿Por qué? 

-Todas son iguales, todas tienen un inicio, desarrollo y final. 

Lo miro divertida. -¿Qué esperas? ¿Una novela infinita? Algún día tendrá que morir el escritor.

-Si...todos mueren. Cada segundo que pasa muere. -Habla como si le molestara.

-Pero las historias reviven. 

Me mira con atención y sigo hablando.

-Cada vez que alguien lee una historia, vuelve a revivirla, pero luego la mata leyendo el final.

Hace silencio un momento. 

-Entonces...¿No hay que leer el final? -Cuestiona con la mirada perdida, hundido en sus pensamientos.

Entrecierro los ojos sosteniendo la mirada. 

-Es como la vida, no puedes detenerlo. 

-¿Y si decido  no leer el final?

-Es porque no te habrás sumergido realmente en la historia.

Nos acomodamos en la cama, de tal manera que él queda sentado frente ami y yo coloco mi ropa en su lugar. 

-Damian...-Hablo jugando con mis manos y su mirada se condensa en mi.-Acércate.-Le pido elevando la vista mordiendo mi labio inferior. Él asiente y lo hace, lo contemplo un instante, sus pestañas sobresalen de sus ojos dándole un aspecto genuino del que no creo poder olvidar.

-No me importa si no te gusto...-Comienzo a decir.-No me importa si te parezco fea...No me importa si no te caigo bien o si simplemente no soy tu tipo...-Informo sin quitar mis ojos de los suyos.-Porque soy más que toda esa mierda. 

-Sólo necesitaba eso. -Pronuncia acercándose ami y finalmente pasa, me acerco a sus labios y los palpo con los mios. 

Estuve todo el tiempo preguntándome que me faltaba para poder gustarle, qué podía ofrecerle, pero nunca me pregunté algo más allá de lo estético, poseo algo más que mi físico y no lo estaba utilizando, mi mente. 

Sus labios se alejan de los mios y su mano toca mi rostro.

-¿Sabes que algún día terminaremos? -Dice serio con sus labios levemente hinchados.

-Sí.

-¿Que sufrirás?

-Sí...

-¿Sabes que nada es para siempre? 

-Claro que lo sé. 

Sus labios se curvan y un brillo se apodera de sus ojos. Siento una sensación de adrenalina recorrer por mi cuerpo.

 Su mano cae en mi nuca, empujando con suavidad para que nuestros labios se unan de nuevo. Su cuerpo cae sobre el mio sin aplastarme por completo, mis manos vagan  hasta llegar a su cuello y sus manos caen en mi cintura.

-Vamos a hacerlo sobrios. -Se ríe en mi cuello. 


DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora