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-¡Eleva la taza! -Susurra Damian a unos metros de mi, detrás de un gran basurero.

Saco el sudor de mi frente con la mano y suspiro. Elevo la taza observando a las personas.

-Sonríe, no creerán que eres de la calle si no muestras tu dentadura. -Dice bajo en el momento en el que dejan de pasar personas por el lugar.

He estado como veinte minutos aquí con toda mi cara sucia y ropa también. Todo para poder conseguir dinero.

-No estabas así hace un rato cuando te reías de mi bajo la sombra mientras yo hacía malabares en el semáforo. -Se burla riendo y yo levanto el dedo de al medio en su dirección.

Tenemos muy poco dinero, no sabíamos que hacer, se nos ocurrió la idea de que cada uno le diga al otro que hacer para poder conseguirlo. Primero hice a Damian hacer malabares con manzanas en la calle unas veinte veces para que las personas le dieran dinero y a pesar de que trataba de hacerlo bien, lo hizo asqueroso. Aun así recaudó dinero , superó mis expectativas pero estoy segura que sólo fue por pena. Yo me mantenía sonriente hasta que toco mi turno y a Damian no se le ocurrió la mejor idea que hacerme pasar por indigente con la excusa de que mi dentadura era perfecta para mi personaje y con el pretexto de que la gente se sensibiliza más con las mujeres que con los hombres. No sé si fue un acto de venganza o una idea a la rápida pero ahora lo estoy sintiendo y no es lindo. La gente te mira como si fueras un pedazo de mierda, algunas ni siquiera se molestan en mirar y te ignoran por completo, como si no existieras.

-Dilo. -Pide asomando su cabeza con una sonrisa de malicia.

Pongo los ojos en blanco y trato de controlarme.

-Una...una monedita por favor...-Murmuro con modestia mirando el suelo.

-¡Más alto! Ni aunque fuera millonario te daría un peso con ese ánimo. -La voz de Damian se hace presente nuevamente.

Lo fulmino con la mirada y suspiro tomando la taza. Escucho los deformes sonidos de la boca de Damian que está reteniendo su risa.

-Una moneda por favor...

-Monedita. -Corrige y juro que estoy a punto de lanzarle la taza de vidrio por la cabeza.

-Una monedita te voy a decir yo...-Digo entre dientes.

Observo a un policía acercarse a nosotros y un alivio invade mi cuerpo, por fin alguien que nos ayude, se supone que es la policía, debería darnos una solución ¿no?

-Póngase de pie. -Ordena sacando una libreta de su bolsillo trasero del pantalón. Tiene puestos lentes del sol negros, como el típico policía de película.

Lo hago un poco aturdida por su actitud carente de apacibilidad.

-Usted está detenida. -Dice sacando sus lentes, permitiendo ver sus ojos cafés, casi negros, que en este momento se fijan en mi con cautela. Mi expresión cae.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Es ilegal pedir dinero aquí.

-¿P-pero qué?

-¡Corte! -Grita Damian saltando de atrás del basurero y lo miro sin palabras. -Oficial, usted a interrumpido una filmación muy importante.

¿Me estás molestando? ¿No se le ocurrió otra mejor escuza? ¿Es una puta broma Damian?

Intento decir algo pero no sale nada, sólo queda seguirle la corriente.

-Ella es una importante actriz, está haciendo un papel. -Habla nuevamente con un tono tan real y seguro que hasta yo me la creería.

DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora