-¿Por que esa cara? Falta poco. -Habla Damian después de una hora caminando. Nunca me había sentido tan arrepentida y enojada, me he mantenido todo el camino seria, sin decir ninguna palabra. Mi espalda duele por la gran mochila que cargo.
-Falta poco. -Repite. Asiento aunque sé que no me está viendo porque estamos en medio de la oscuridad. Dejamos el jeep varado en medio de la nada y no tengo idea ya que cuando Damian me lo explicó no le tome atención. Estaba demasiado enojada.
Siento que la impotencia se apodera de mi cuerpo y mi cara arde como el demonio, lágrimas comienzan a salir de mi rostro repitiendo en mi mente una y otra vez qué hago aquí.
-Hey, tranquila... -Intenta calmarme y se acerca tocando mi hombro pero yo me alejo. Un auto pasa a toda velocidad por la carretera, a punto de atropellarme.
-Aléjate. -Digo apresurando el paso haciendo el intento de parecer que no estoy al borde de la histeria.
-Sé que la estás pasando mal pero piensa, podrás contarle esto a tus hijos o nietos, estarás riéndote después de que todo pase...-Dice con la voz animada y observo una sonrisa plasmada en su rostro y sus ojos iluminados mirando el frente. Parece un demente. Demiente. Mm.
-Aveces pienso que olvidas el por qué estás acá.
Pateo una piedra a mitad del camino.
-Pienso siempre en mi padre, es sólo que no lo digo. -Dice en tono neutro.
Después de eso seguimos caminando. Lo que debería pasar es que me lleve a un gran hotel cinco estrellas, que haya reservado la habitación más lujosa con su dinero de chico malo y pasemos la noche ahí, yo haré como que prefiero dormir en otra habitación pero él no cederá y me hará dormir con él para que posteriormente, terminemos haciendo el amor de manera salvaje. Eso pasa en mis amadas novelas de chicos malos.
Al llegar nos quedamos en un hostal cerca de una gasolinera que encontramos, era el más barato ya que no tenemos mucho dinero. Entramos en silencio al tercer piso donde se encuentra nuestra habitación, abre la puerta con la llave que le entregaron en recepción y examino la habitación. Es pequeña, de color blanco, tiene dos camas de una plaza que están tan cerca por el espacio que hasta parece que fueran una, hay también un mueble viejo de madera para guardar ropa y una lámpara sobre este a los pies de las camas. El suelo está alfombrado y tiene leves manchas casi indivisibles de color café que se distinguen del verde. Camino hasta la puerta que está hacia la izquierda frente a la cama encontrando el bendito baño que es más pequeño que la casa de mi perro, pero hay baño y eso es lo importante. Mi perro. Aceitunita, espero que estés bien.
Luego de extrañar a mi perro abro una cortina junto al retrete que separa la ducha de esta, es un perfecto cuadrado y dudo que Damian caiga aquí. No me importa, es perfecto para mi.Salgo del baño y veo a Damian acostado boca arriba en la cama mirando el techo. El puente de su nariz un deleite para mis ojos. Coloco mi trasero en mi respectiva cama y lo observo sin disimulo. Sus largas pestañas parecen estar inmóviles por un largo rato y por un momento pienso que está muerto hasta que pestañea.
-¿Por qué me sigues gustando? -Pregunto ladeando la cabeza.
Encoge sus hombros y no se molesta en mirarme.
-Se te va a pasar.
-Eso espero. -Digo suspirando. Ya no me sorprende nada de Damian, es tan...tan frío pero de una manera cálida, no frío como chico malo, no como Demian.
Me despojo de la ropa cansada quedando sólo en ropa interior y me deslizo bajo un camisón . En el transcurso que lo hago miro de reojo a Damian quien sigue observando el techo, perdido.
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Demian
Teen FictionDonde la protagonista es fea y el galán cobarde, los típicos chicos malos de novelas pueden jugarte una mala pasada. OJO⚠️ esta novela no tiene ninguna relación o asimilación con el libro Demian de Hermann Hesse.⚠️ Novela comenzada el 07/09/16 y...