12

840 72 13
                                    

Un auto estaba aparcado frente a mi casa, para ser exactos, un jeep viejo de color blanco.

Cierro la puerta a mis espaldas, despidiéndome por un tiempo de mi hogar, sólo deseo no arrepentirme.

Le sigo el paso a Damian quién camina rápido hasta el jeep, abre el seguro y me hace una seña indicando que lo siga. Mis pies se mantienen pegados en el suelo pavimentado. Abro la boca para decir el último "pero" , sin embargo, no lo hago. Suspiro corriendo al auto y tiro mi mochila a los asientos de atrás cuando estoy sentada en el copiloto. Mis ojos se detienen en estos, está lleno de bolsos y un montón de cosas sin dejar observar por completo los asientos.

-¿Nos vamos ahora? -Pregunto mirando su perfil. Él enciende el motor.

-No, vamos a comprar pan. -Se burla colocando ambas manos en el volante y ruedo mis ojos acomodándome en el asiento. Voy a tener que acostumbrarme a su peculiar humor.

-Es muy tarde...deberíamos irnos mañana en la mañana.

-La noche es joven. -Habla mirándome de reojo y me pregunto si puedo mirarlo como un amigo.

Sigue conduciendo hasta que llegamos hasta un almacén iluminado por la penumbra. Y efectivamente, se bajó a comprar pan.

Mis ojos siguieron su cuerpo hasta que entro y cierro los ojos agotada, aunque hoy no hice nada, ya dije que siempre tengo sueño. Los pensamientos no tardan en llegar.

¿Qué estoy haciendo? ¿Y si me rapta? Ni siquiera lo conozco tanto. Estoy en la vida real, estoy arruinando mi futuro, mi familia, estaré castigada de por vida. Esto es lo más lejos que he llegado, yo no soy una chica problemas. Mi madre se sentirá culpable, la policía encontrará mi cadáver descuartizado en una bolsa flotando en algún río, violada...¿Violada? ¿Y si Damian era un violador? ¿O me va a vender a otros hombres como en una novela que leí donde traficaban a mujeres? Tal vez está esperando a comprar el pan, colocar su paño con cloroformo en mi rostro y presionarlo hasta que me quede sin conciencia alguna.

-¿Que te pasa?

Pestañeo un par de veces sacudiendo mi cabeza, levanto la mirada observando su rostro con el ceño fruncido, tiene las mejillas infladas mientras se mueven de arriba hacia abajo.

-¿Quieres pan? -Pregunta con la boca llena, sacando un pan de la bolsa.

Asiento lentamente, con mis manos temblorosas cojo el pan, cuento hasta tres y se lo tiro en la cara. Escucho un gruñido cuando abro la puerta del auto y salgo corriendo, lo más fuerte que puedo. La adrenalina corre por toda mi anatomía y siento el corazón en la cabeza. No miro hacia atrás, sólo sigo hasta llegar a una esquina donde doblo y encuentro una pequeña plaza, está todo claro aquí porque hay muchos faroles iluminando. Mi trasero cae en el césped esperando que mi respiración se normalice y me pregunto por qué me metí en esto. Cierro mis ojos intentando tranquilizarme, unos brazos me abrazan por la espalda.

-No te escaparás tan fácil. -Susurran en mi oído y un grito desgarrador sale de mi boca cuando siento que colocan algo en esta.

Abro mis ojos descolocada, totalmente desorientada.

-¿Salgo a comprar pan y te vuelves loca? -Pregunta Damian sin sacar el pedazo de pan de mi boca.

-¡Saca eso! -Digo sacando el pan de mi boca enojada. Aún mi pecho se mueve de abajo hacia arriba con brusquedad.

-Pensé que tenía que alimentarte para que dejaras de gritar. -Se ríe encogiendo sus hombros.

Me río con el y me acomodo en el asiento. Me doy cuenta que mis ojos visualizan con dificultad por la luz del sol. Miré por la ventana observando mi alrededor totalmente desconocido, estaba lleno de vegetación, muy colorido. Pero no entiendo por qué estamos aquí.

DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora