09

740 51 5
                                    

Tomamos locomoción hasta su casa, no avisé a mi madre porque dijo que sería breve.

-Estoy solo, mi madre está trabajando.

Dice dejándome pasar, lo sigo hasta lo que parece ser su habitación. Su casa es de madera, bastante rústica y acogedora.

-¿Vives sólo con tu madre? -Pregunto sentándome en su cama de una plaza.

-No. Tengo tres hermanas. Gemelas y una sola. -Hace una mueca dejando su chaqueta en una silla junto a un pequeño escritorio negro.

-¿Cuántos años tienen?

-Dieciséis y veinte. Son unos monos. -Dice serio sentándose en la silla apoyando los codos en sus rodillas.

-¿Unos monos? -Me río.

-Sí, son muy peludas. Es natural.

-Oh. -Me limito a decir, es extraño hablar de esto con un hombre. Supongo que no quiero que sepa que yo también soy un mono si me descuido. -¿En qué querías que te ayudara?

Concentra su mirada en mi y lame la comisura de su labio inferior.  Olvido todo por un momento, mis ojos están concentrados en los suyos deseando tenerlo siempre así de cerca para poder contemplarlo. Tengo que admitir que eso me encantó.

-Es difícil...-Aclara su garganta frotando su cara con frustración.

-Vamos...no puede ser tan malo. -Le doy aliento.-Ve directo al grano.

Me desespera que tarden tanto en decir algo, no tengo paciencia.

-Mi padre ha desaparecido y tengo que encontrarlo.  -Habla sin vacilar.

-Wow. -Pronuncio boquiabierta.

Suspira cansado frotando su cabello y vuelve a hablar.

-Y necesito que me acompañes, tengo que ir a buscarlo.

-Buscar es una palabra muy ilimitada.

-Lo encontraremos.

-¿Dónde se supone que está?

Trato de conectarme con lo que dice pero necesito más información.

-No lo sé. -Responde bajando la cabeza apenado. Siento un poco de lastima. -Pero él me ha dejado señales, sé dónde puede estar.

Lo miro un momento y niego con la cabeza, esto es una locura.

-Por favor...-Pide y yo pido en mi mente que no me ruegue, no cuando estoy loca por él. -Tengo que hacerlo, le prometí que lo encontraría.

  Se ve tan convencido, tan dolido y real.  

-Esto no es normal para mi, que una persona venga a decirme que su padre ha desaparecido e ir a buscarlo. Puede estar en cualquier parte de la ciudad, ¡incluso país!  Perder clases, viajar,

Se levanta de su silla y mi voz disminuye hasta detenerse, coloca sus manos en mis rodillas y se inclina para mirarme.

-Para mi tampoco lo es Lía.

Es difícil. Sé que es difícil, me pongo en su lugar, sería horrible que tu padre desaparezca pero Dios, no puedo irme con él  a no sé dónde de un día para otro.

-Piénsalo. -Dice volviendo a mantener distancia. -Mañana me voy.

-¿Me das un día para pensarlo? -Lo miro incrédula.

-Sí, el tiempo se muere. ¿Y sabes quién puede morir también? Mi padre.

Miro mis pies teniendo un debate interno. Quizás debería acompañarlo.

DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora