-¡¿Que está sucediendo?! -La voz de papá hace estremecerme.
-La abuela se desmayó. -Miento sin siquiera pestañear. Sintiéndome más nerviosa que nunca.
-¡Dios mio! -Mamá corre donde su madre y le toca el rostro. -Está pálida, hay que llevarla al médico, rápido.
Mi padre asiente y corre tomando a mi abuela entre sus brazos.
-¡Mami, quiero ir al baño! ¡Pipí, pipí! -Chilla mi hermana pero todos la ignoran.
-¿¡Quién es él?! -Gruñe papá dándole una mirada severa a Damian.
-Soy testigo de Jehova señor. -Informa descaradamente y yo lo miro boquiabierta. Qué manera de mentir hoy.
Mi padre frunce el ceño y habla rápido.
-Vamos a hablar cuando vuelva. -Amenaza y sale con el cuerpo entre sus brazos, mamá sale detrás de él y le abre la puerta del auto, mi hermana les sigue como un duende y se van. La casa queda en silencio.
-Así que, testigo de Jehova. -Lo miro con una ceja alzada y el ríe.
-Es lo único que se me ocurrió...No puedo creer que hayas golpeado a tu abuela, ¿Por qué lo hiciste?
-Pensé que era un ladrón. -Dijo desanimada.-Soy una imbécil.
Río sin ganas por mi mala suerte y él sigue viéndome apretando sus labios.
-No fue para tanto, estaba respirando. Yo la vi. -Afirma intentando hacer sentirme bien.
Bueno es cierto, quizás sólo cayó al suelo porque es una abuelita y no tiene fuerzas. Ay no que pena mi abuelita, soy la peor.
-¿Qué haré ahora? -Pienso en voz alta y siento su mano desordenar mi pelo.
-Esperar. No te atormentes con los pensamientos, estará bien.
-Te juro que pensé que era un ladrón.
Me queda mirando serio pero no aguanta y comienza a reírse.
-Lo siento, es que, golpeaste a tu abuela.
Hago un puchero y me cruzo de brazos.
-Ven aquí -Pasa su brazo por mi cabeza. -Va a estar bien.
Sólo espero no matarla.
Subimos a mi habitación y nos acostamos boca arriba, sin tener algún contacto físico.
-Quiero salir. -Digo decidida levantándome.
No quiero ver a mi padre, es de esas personas que al momento de enojarse puede hacer cualquier cosa y después arrepentirse, prefiero llegar tarde y que se le haya pasado todo. Bajo por las escaleras hasta tomar el teléfono que está en la mesa de centro del living marcando el número de mamá.
-¿Alo? -La voz de mi madre se hace presente a los dos tonos y agradezco mentalmente que fuera ella quien contesta y no mi padre.
-Hola, ¿Cómo está?
Un nudo de culpa, verguenza y agobio se atora en mi garganta. Si, existen esos nudos.
-Bien...le están colocando suero, no se acuerda de nada.
Hago un hurra mentalmente, antes de volver a hablar me interrumpe.
-Tu papá estaba muy enfadado...no te creyó al principio.
-¿Que le dijiste?
-Tuve que decirle que ese chico iba siempre a darte la palabra de Dios y esas cosas, que al parecer le gustabas. Me creyó porque soy su esposa pero no me gusta mentir y menos a mi marido. -Susurra al teléfono y apenas puedo oírla. Se está escondiendo de papá.
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Demian
Teen FictionDonde la protagonista es fea y el galán cobarde, los típicos chicos malos de novelas pueden jugarte una mala pasada. OJO⚠️ esta novela no tiene ninguna relación o asimilación con el libro Demian de Hermann Hesse.⚠️ Novela comenzada el 07/09/16 y...