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Una sonrisa se forma en los labios de Alan y trago saliva desviando la mirada. Él estira su mano hacia mi dirección y yo sólo asiento sin tocarlo. Eleva una ceja, parece divertido con lo que ve. Su mano desciende hasta llegar al lugar de origen y observo a Damian seria.

No sé qué es lo que más me enoja, que  sea el hermano de su ex o que hable con él como si fueran amigos, creo que ambas. Pero lo peor es que es el tipo al que le di mi maldito número como una fácil. Esperen...si un hombre lo hubiera echo no hubiera sido para tanto ¿cierto? ¡Igualdad de género señores!, pero él no lo ha hecho entonces yo no debería darle el número a cualquier persona, ¿por qué me preocupa tanto? Se supone que ya no somos nada. No puedo con esto, me estreso demasiado fácil con todos y cada uno de mis pensamientos.

-¿Podemos irnos? -Pregunto sintiéndome incómoda.

Damian nota que estoy tensa y asiente.

-Nos vemos mañana en mi casa. -Se despide el ojiazul de Damian y yo comienzo a caminar hacia la salida.

''Nos vemos mañana en mi casa.'' Eso queda rondando en mi cabeza. Al rato llega Damian trotando a mi lado, al parecer habían intercambiado un par de palabras más cuando me decidí a caminar.

-¿Por qué hablabas con él? -Pregunto sonando lo más normal posible.

Me mira feo, yo ruedo los ojos volviendo a hablar.

-No me cae que sea hermano de tu ex, sólo eso.

-Él me dará alojo por estos días.

Frunzo el ceño deteniendo el paso y le tomo el brazo, con la otra mano pongo mi mano en su pecho.

-Me tienes a mi. -Hago un puchero. -No quiero que duermas en otro lugar, ¿Por qué?

-No quiero volver a mi casa en unos días y no puedo estar en tu casa escondiéndome, no es apropiado.

-Pero no puedes correr a la casa del hermano de tu ex. -Casi grito.

-No puedes juzgar a las personas sin conocerlas Lía.

-Bien. -Digo comenzando a caminar rápido.

...

Llegamos a mi casa, todo está apagado, nadie ha llegado aún. Cuando entramos a mi habitación, Damian se sienta en la cama mirando hacia un punto fijo que es el suelo, sé lo que está pensando.

-No te tortures con lo que ya está hecho. -Le digo caminando hacia el otro extremo de la cama sentándome en esta. No me responde. Lo miro con lástima, realmente no sé como consolar sin ser tan dura. Tengo miedo de que no pueda con esto y se pierda en sí mismo. -¿Qué dices de una terapia? Quiero ayudarte. Un buen terapeuta te ayudaría a superar esto y

-¿Que le voy a decir? ¿Que maté a mi madre y por eso estoy así? -Interrumpe clavándome la mirada y se acerca sin tocarme.

-No pero, te ayudará de alguna forma...no es normal lo que hiciste y obviamente te traerá secuelas en el futuro.-Intento encontrar las palabras adecuadas.

¿Y si su madre no mentía y él realmente es Esquizofrénico? Se me eriza la piel de tan solo pensarlo.

Se mantiene observándome en silencio y moja su labio inferior colocando sus dos puños sobre la cama, levantando su cabeza para quedar al nivel de mi rostro.

-Lo único que necesito eres tú.-Se sienta y acerca su rostro al mio, rosando mis labios.

Me quedo sin aliento y es que no puedo hacerlo pero quiero, ser una persona racional me lo impide.

Sube una mano a mi cuello y comienza a dar cortos pero delicados besos en este. Me mantengo congelada, siento que mi cuerpo quiere más y él lo tiene todo.

DemianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora