Mi almohada está empapada, siento que los párpados me pesan y tengo ganas de dormir por el resto de mi vida. Alcancé a llegar a casa antes de que mis papás llegaran, luego de un hermoso encuentro con Aceituna, está durmiendo a mis pies. No me molesto en abrir completamente mis ojos y sigo durmiendo.
...
Pasan tres días, una semana, un mes sin salir de mi casa. ¿Que he hecho? Dormir, comer y respirar. Por suerte mi padre no lo veo casi nunca, mi madre volvió a la normalidad y eso me alegra mucho porque odiaba verla los primeros días con ojeras y preocupada. Sigo castigada. Mi hermana aveces viene a molestarme pero no tanto como antes porque piensa que estoy enferma, tengo cara de trasero la mayor parte del tiempo. He asumido el error que hice y sólo queda avanzar, sin embargo, he dejado secuelas y no solamente en mi vida, si no a mi alrededor. Mis padres ya no tienen la confianza que tenían conmigo, tampoco se hablan entre sí y duele ver que las pocas veces que papá duerme en casa discuten en su habitación.
-¿Estás lista? -Escucho el grito de mi mamá.
-¡No, me falta poco! -Respondo levantándome de la cama para ir directamente a la ducha. En realidad no me demoro mucho en la ducha, pero estos días me ha gustado quedarme debajo de la regadera mientras el agua se desliza por mi cuerpo de manera continua, es relajante, sin embargo, me siento mal porque estoy gastando agua, así que dejaré de hacerlo.
Me visto y bajo, ¿A donde voy? A poner mi diente, uno falso por supuesto. Creo que a mi mamá le afectó mas que a mi el diente porque cada vez que hablábamos no quitaba la mirada de mi boca y era muy incómodo pero agradezco que mi madre me haya ofrecido a arreglarlo. Quería decirle desde el momento en el que llegué pero creí que era fuera de lugar ya que no merezco nada en mi posición.
No he llorado desde que hablé con la mamá de Damian. Trato de distraerme, he vuelto a leer pero no ha escribir, también duermo mucho, veo películas en mi computador y abrazo a Aceituna. Me siento bien, cada día me repito que todo está bien, que ya pasó.
Después de unas horas, ya tengo mi diente como nuevo. No parece para nada falso y es lo que me alegra porque por un momento pensé que me iba a quedar más claro o oscuro que los demás, pero no.
-¿Quieres helado? -Pregunta mi mamá mirando hacia una Heladería justo a nuestro lado derecho y le digo que sí, mientras va a comprarlo le digo que la espero sentada y camino hacia las mesas.
-¿Lía? -Escucho una voz familiar a mis espaldas y me volteo encontrándome con el hermano de Pía. Mi boca se abre sorprendida y me levanto para abrazarlo.
-¡Bruno! -Casi grito emocionada. El abrazo termina y él se sienta junto a mi.
-¿Cómo has estado? -Sus ojos analizan mi cara. -Por un momento pensé que jamás te encontrarían. -Sonrío sin ganas.
-Bien, estoy bien...no quiero hablar sobre eso realmente. -Hago una mueca riendo.
Él asiente.
Quiero preguntarle sobre Pía pero no me sale. Se produce un silencio incómodo, Bruno sólo se dedica a mirarme con atención.
-¿Cómo... cómo está? -Aclaro mi garganta sosteniendo mi cara con la mano derecha. -¿Pía?
-¿No sabes? -Cuestiona sonando asombrado y yo frunzo el ceño. -Se lo dije a tu mamá hace unas semanas.
-¿Que cosa?
Me estoy comenzando a desesperar y no quieres eso.
Suspira y se pone rígido, lame sus labios y vuelve a hablar.-Pía cambió desde que está con ese imbécil -Escupe con rabia refiriéndose a Diego, con el chico que se acostó Pía supongo.-Ella se metió en las drogas y no podemos sacarla.
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Demian
Teen FictionDonde la protagonista es fea y el galán cobarde, los típicos chicos malos de novelas pueden jugarte una mala pasada. OJO⚠️ esta novela no tiene ninguna relación o asimilación con el libro Demian de Hermann Hesse.⚠️ Novela comenzada el 07/09/16 y...