Regla número 1. Jamás te dejes llevar por lo que dicen los demás acerca de una persona sin antes darte la oportunidad de conocerla.
Regla número 2. Date la oportunidad de conocer a una persona antes de iniciar cualquier tipo de relación, y siempre...
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La tarde había llegado, eran las 6:45 pm y él aún no llegaba.
Con enojo, salgo de mi apartamento una vez más, pero nada más que pasillos vacíos sin rastro de vida alguna se dejan ver afuera.
—Bien... Tendrá que llegar—digo a mi yo interior y continúo con lo mío dentro de mi apartamento. Subo al segundo piso y me adentro en mi habitación subiendo todo el volumen a mi música.
"In my body to work frooom home... ", canto a todo pulmón mientras practico mi gran coreografía frente al espejo. En realidad llevo semanas intentando aprenderme los pasos de Lauren Jauregui frente al espejo.
Un llamado a la puerta me hace sobresaltar, camino fuera de mi habitación, cruzo con rapidez la sala de estar y abro la puerta tan rápido como puedo.
—¿Acaso hay una fiesta ahí adentro?— pregunta el chico de ojos esmeralda señalando dentro de mi apartamento.
«Mierda»maldigo. Grandioso, olvide apagar mi música.
—¡¿Qué?! No... No para nada—niego. —Aguarda un momento, iré por mi cámara y entonces podremos ir a el parque de aquí cercas para realizar el trabajo—digo cambiando de tema con rapidez.
—Bien—responde extrañado.
Cierro la puerta en sus narices y corro dentro, apago la música, tomo la cámara de mi mueble y corro fuera nuevamente.
—¡Listo!—sonrío. —Podemos irnos— agrego y camino a un lado del chico. Un silencio incómodo se apodera de nuestro entorno.
—Mi nombre es Rachelle—digo finalmente rompiendo el silencio.
—Soy Erick—responde desinteresado. Siendo honestos tampoco me importa el chico.
—Ya pues mucho gusto Erick—sonrío extendiendo mi mano. Supongo que está presentación es mil veces mejor que la primera que tuvimos, aquella fue algo vergonzosa.
—El gusto es mío Rachelle—estrecha mi mano y sonríe por primera vez. He de admitir que su sonrisa es hermosa, tiene una muy linda manera de sonreír y a decir verdad no me había perdido ningún detalle de sus gestos cuando lo hizo. —Podrías no sé, ¿soltar de mi mano?— pregunta incómodo, "¿Qué crees que estás haciendo, Rachelle?" rio nerviosamente y suelto de su mano a toda prisa.
—Oh mira—señalo un lugar inespecífico y le miro, saco la cámara a toda prisa y tomo una foto inesperadamente.
—¿Qué fue eso?—pregunta confundido.
—Sólo ve esto—me acerco hasta él y le muestro la foto.
—Wow—me mira. —Eres buena en esto—asegura convencido. —¿Quién te ha enseñado todo eso?—pregunta asombrado.
Perfecto ha olvidado lo que ha sucedido hace sólo unos minutos.
—Bueno... México no tendrá todo lo que tiene Estados Unidos y cabe mencionar que tampoco tiene el mejor presidente pero a quién le importa eso cuando tiene las mejores escuelas de fotografía—bromeo.
—¿Qué?—ríe a carcajadas. —Con que mexicana heee?—se burla.
—Así es—sonrío. —100% Latina—digo en español y el ríe nuevamente.
—Cuba—me mira. —Yo soy 100% cubano, lo cual me hace latino también—ríe de nuevo.
—Wow. Eso si no me lo esperaba—confieso.
—¡¿Qué?!—me mira exaltado. —Se supone que mi sabrosura Latina debía verse al instante—se mofa.
—Okey okey lamento no haberlo notado—rio un poco.
—Me siento realmente ofendido—dice haciendo un gesto completamente extraño, casi como el gesto que haría una chica.
La tarde ha pasado tan rápido que ni siquiera me había percatado de lo oscuro que estaban las calles ahora mismo.
Erick se ha encargado de hacerme reír con cada una de sus estupideces ya no parece la mala persona que había conocido esta mañana.
—Bueno... Debo irme—dice él forzando una sonrisa.
—Wow. Ha sido un gran día—sonrío.
—Vaya que sí—contesta con ambas manos dentro de sus bolsillos.
