6

4.5K 343 22
                                    

Día dos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Día dos.

La lluvia no cesa, las nubes color gris aún están por todo el cielo y las gotas de lluvia caen con más fuerza. Erick esta tumbado en la cama leyendo un par de libros que ha encontrado en su estante mientras que yo continúo preocupada por Joel. Las líneas del teléfono han sido suspendidas por lo que ni siquiera puedo llamarle para saber cómo se encuentra, la última vez que hablé con él fue antes de que la situación se agravará y fue solo para decirle en donde me había quedado atrapada.

—¡Erick!—digo llamando su atención.

—¿Si?—me mira.

—¿Podemos hacer algo?—sus cejas se fruncen y una risa carente de humor brota de sus labios.

—Algo... ¿Cómo qué?—me mira divertido.

—No lo sé. Un jueguito de mesa... O por lo menos un juego de palabras que se yo...—respondo rodando los ojos con fastidio. En verdad estoy tan aburrida que cualquier cosa que me distraiga podría ser maravillosa.

—Aguarda un momento... ¿La señorita Rodríguez se siente aburrida?—me mira divertido.

—Bueno.... Si pasare un día más contigo creo que merezco al menos un poco de diversión—digo, él sólo rueda los ojos y sonríe.

—Iré por el jenga—me informa, baja de la cama y camina fuera de la habitación. Minutos más tarde entra nuevamente llevando consigo una caja de cartón en perfecto estado.

Con ambas manos deja caer todo el contenido de la caja y se sienta a un lado mío sobre el piso.

—Bien... El juego será así—le miro. —Si tú tiras la torre tendrás que cantar una canción en ese lugar al que me llevaste la última vez que hablamos—impongo mientras acomodo una a una de las piezas en forma de torre.

—Muy bien... Y si tú pierdes tendrás que... Bailar la pelusa en la roca de mi parque favorito—impone en tomo burlón.

—¿Estas bromeando cierto?—pregunto, el tono de mi voz ha cambiado.

—No. Para nada—me sonríe. —¿Aceptas o no?—pegunta, está claro que él quiere hacerlo.

—Bien... Acepto—sonrío entre dientes y estrecho su mano. —Es un trato... Nada de trampas, esto debe ser un juego limpio—explico con seriedad.

—Y así será—afirma.

—Perfecto—sonrío.

—¡Pues que comience el juego!

Las horas transcurren y la torre parece que caerá pronto, las risas y los gritos eufóricos hacen que el juego luzca cada vez más interesante.

La línea del teléfono ya ha regresado por lo que parece que podremos salir antes de lo previsto, ya he llamado a Joel y me ha dicho que no saliera por ningún motivo a menos que el me haya llamado para decirme que estaba fuera y podría irme segura a su lado. Erick no paraba de reír y gritar aun cuando hablaba con Joel pero parece que él no lo noto.

—¡Vamos Erick yo quiero escucharte cantar!—replico mientras el intenta mover una pieza.

—¡Oh no! Yo quiero verte bailar enserio crees que me rendiré rápido?—me mira unos instantes cuando finalmente cae la pieza seguida por las demás piezas del juego.

—¡SI!—grito eufórica. —¡Gané!—le restriego mi triunfo con un bailecito de esos que solo salen espontáneos por la felicidad del momento.

—¡Mierda!—replica entre risas. —Creo que alguien me distrajo ¿acaso eso no se considera como trampa?—me mira.

—No. No lo creo—aseguro.

—Oh vamos—dice acercándose a mi cuerpo.

—No—repito levantando las piezas del suelo.—Ahora tendrás que pagar—le recuerdo en media sonrisa.—Pero mientras tanto preparare algo de comer—digo limpiando mis manos sobre mi ropa.

—Creo que ya es más que eso—se ríe y está en todo lo cierto, son las 7:49 pm por lo que supongo ya no es comida.

Camino hasta la cocina, lavo mis manos adecuadamente y me acerco hasta el refrigerador. Tomo la harina de trigo que está en la alacena y comienzo a preparar crepas en uno de los sartenes del chico.

—¡Ray!—me grita desde la planta de arriba.

—¿Si?—respondo asomando las narices detrás de la barra.

—¡Tengo hambre!—replica imitando el tono de voz de un niño pequeño.

—Aguarda un momento—digo observando como la mezcla que he vertido sobre la sartén está a 1 minuto de estar lista.

—Eres muy lenta—replica groseramente. Pero qué mierda le sucede. —¡APRESURATE!—grita molesto. Mis ojos se abren por completo, en serio me está hablando así. En verdad este chico es como una caja de pandora, nunca sabes con lo que te vas a encontrar.

—¿Disculpa?—le miro molesta. —Si no te gusta cuanto me tardo en preparar tu comida, hazlo tú—gruño lanzando la pala de madera hacia el suelo.

Con asombro él baja las escaleras a toda prisa y me abraza por los hombros, con enojo me muevo entre sus brazos intentando zafarme pero es imposible, su fuerza es doblemente que la mía y aunque eso nunca ha sido un obstáculo para mí, intento calmarme por el contrato el cual vuelve a mi mente.

—Lo lamento—susurra en mi oído con firmeza.

—No Erick, no te entiendo, eres tan extraño, tus cambios de humor me vuelven loca... —confieso con firmeza, en realidad ahora no dudo de mis palabras. —Trato de entenderte pero ¿qué crees?... Aún no puedo lograrlo—grito molesta entre sus brazos.

Él logra mantenerme inmóvil y aplicando más fuerza logra girarme para tenerme de frente. Su mirada se conecta con la mía y su rostro está tan cerca del mío que nuestras respiraciones chocan entre sí.

Su rostro se acerca tanto que puedo sentir sus labios rozando los míos bastan un par de segundo para que su boca se una a la mía. Quiero apartarme pero una parte de mí se queda allí sin hacer nada, astutamente sus manos llegan a mi cintura y sus labios siguen un ritmo bastante lento.

Sin aire, él deja escapar mis labios de los suyos, zafa el agarre de sus manos en mi cintura y me mira durante algunos segundos, una mueca de enojo sobresale en su rostro y sin decir una sola palabra se aleja de mí corriendo escaleras arriba.

Sin saber exactamente qué es lo que ha pasado, me atrevo a decir que no fue tan malo después de todo. 






*****

Bueno chicas no se olviden de dejar su favorito, comenten mucho .

All the love :')


CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora