11

3.7K 286 15
                                    

Día nueve

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Día nueve.

Las clases dan por terminadas. Mi camino inicia cuando finalmente salgo del aula de clases. Es difícil salir por la puerta de salida debido a mi pequeño tamaño pero finalmente lo logró después de varios empujones y golpes recibidos.

Erick está de pie recargado sobre su automóvil con cara de aburrimiento, luce completamente distraído tanto así que cuando camino hacia él, da un gran salto cuando toco su hombro y le informo que estoy detrás.

Inevitablemente estallo en carcajadas, él me mira. -Lo lamento -digo aun riendo. -No pensé que te asustaras tanto-digo reprimiendo la risa, mi estómago duele pero no puedo parar de reír porque la imagen de Erick asustado permanece dentro de mi cabeza.

Me mira divertido y luego ríe conmigo. -¿Con qué muy graciosa? -dice en medio de su propia risa.

Sonrío. -¿A quién esperas?-estoy curiosa de algo que en realidad no me interesa en lo más mínimo.

-A ti-se apresura a contestar.

-¿A mí?... ¿Cómo por qué?...

-Necesito ayuda con algunas operaciones matemáticas-explica restándole importancia en un tono que suena a que está afirmando que voy a ayudarle.

-¿Y yo que tengo que ver en ello?

-Quiero pedirte tu ayuda, sé que tú eres muy buena en todo, asi que necesito de tu ayuda...-inevitablemente he rodado los ojos sin que el mirara. -Rachelle ¿puedes ayudarme?

Mis manos lo niegan de inmediato, pero mi cabeza no se siente segura de dar esa respuesta, mi contrato me detiene nuevamente. -Bien, te ayudaré.

Festeja con emoción y luego abre la puerta del copiloto de su auto. -Vamos.

Niego con la cabeza. -Primero tengo que hacer unas cosas, te veo en mi casa a las cinco-respondo rápidamente sin darle tiempo de responder me alejo de él caminando en dirección a mi chevy rojo para regresar a casa.

El trayecto de vuelta a mi departamento es fácil y demasiado rápido a mi parecer. El día de hoy debí haber corrido con mucha suerte al transcurrir las calles de los ángeles y no haberme atorado en ninguna avenida a como normalmente me sucede.

-Buen día-digo al conserje quien está sentado en uno de los bancos frente a la recepción. Este asiente con la cabeza y me sonríe. Es un hombre mayor y siempre he amado a las personas mayores, me hacen recordar a mis abuelitos y eso me hace feliz pero al mismo tiempo me hacen sentir nostálgica.

Entro en mi departamento, luce vacío, imagino que nadie ha llegado, es demasiado temprano tal vez lleguen más tarde.

Sobre la encimera de mi habitación descansa un papel perfectamente doblado, me acerco hasta él y lo tomo entre mis dedos para leer la perfecta caligrafía.

"Querida Rachelle:

Mediante esta nota te digo que Anna y yo nos hemos mudado al edificio que se encuentra a un lado, la recamara que ocupamos es la misma que da a tu ventana. Encontramos interesante este lugar porque nos hizo recordar la vieja leyenda del callejón del beso en Guanajuato. Con esto sabrás de quién fue la idea.

Te amamos y esperamos que vengas a visitarnos pronto.

Atte: Anna y Jane".

Sonrío, se de quien fue la idea, Anna y su romanticismo. Al menos estábamos juntos los cuatro de nueva cuenta.

Acomodo las cosas que están fuera de su lugar y me siento en la sala a mirar una película en lo que espero a que llegue la hora que acorde con Erick.

Las horas pasan tan rápido que cuando menos me doy cuenta la puerta de mi departamento no para de sonar. Salgo del sofá y abro la puerta sabiendo de quien se trata la visita.

-Adelante-digo a Erick quien solo sonríe y se adentra al departamento con toda la confianza del mundo. Camino detrás de él y me siento sobre el sofá, él se sienta a un lado mío, lleva sus cuadernos en la mano, entonces no dudamos ni siquiera un momento en hacer las tareas y aprovechar un poco el tiempo estudiando algunas materias de las que sabemos tendremos exámenes.

-Estoy cansado-dice Erick tumbándose en el respaldo del sofá.

-Yo también-acepto con cansancio haciendo lo mismo que él.

Hablamos cosas acerca de nuestras vidas mientras ni siquiera se quién comenzó con la charla pero por primera vez en el tiempo que llevo conociendo a Erick creo que no es tan idiota como pensaba.

La puerta de entrada es abierta y entra a toda velocidad Joel sosteniendo un par de bolsas que desde aquí podía ver que estaban pesadas. Corro en su dirección y tomo una de las bolsas para ayudarle y llevarla dentro de la cocina. -¿Qué es todo esto? -pregunto mirando las bolsas, esto sí que me genera curiosidad.

-Comida, Jane se la pasó toda la tarde haciendo esto-señala las bolsas con muchos tuppers llenos de comida.

El asombro sobresale en mi rostro, ella en verdad odia la comida rápida y odia que nosotros la consumamos demasiado pero sinceramente es imposible no hacerlo teniendo en cuenta que nosotros odiamos cocinar, así que supongo esta es la razón de su gesto tan amable.

Joel mira a través de la barra en dirección a la sala y vuelve su mirada a mí rostro. -¿Qué hace el aquí?-se nota un poco molesto, pero no tendría motivos para estarlo.

-Vino a pedirme ayuda con una tarea de matemáticas.

Joel asiente con la cabeza. -¿Ya terminaron?

-Así es.

-¿Entonces por qué no se ha ido?-me rio bajito antes de reprenderle.

-Joel, por favor-digo y me pellizca la punta de la nariz. -volveré allá, quizás se vaya-digo y ahora Joel es quién me reprende.

Salgo de la cocina y camino en dirección a Erick. -Supongo que debo irme-dice el completamente apenado.

Asiento con la cabeza y le acompaño hasta la salida, el toma la perilla de la puerta y cuando esta se abre, Joel sale de la cocina ambos se miran y no parecen estar muy felices de verse por las caras que llevan pienso que realmente se desagradan.

-Te veo mañana-dice Erick ignorando completamente la presencia de Joel, depositando un pequeño beso en mi mejilla.

-Hasta mañana-digo correspondiendo el beso y dejándolo de lado. Él se marcha y Joel camina al interior de su habitación ignorándome por completo. Sólo le observo.

-All the love ♥

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora