Regla número 1. Jamás te dejes llevar por lo que dicen los demás acerca de una persona sin antes darte la oportunidad de conocerla.
Regla número 2. Date la oportunidad de conocer a una persona antes de iniciar cualquier tipo de relación, y siempre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Rachelle.
—¡MARGOTT!—grita Erick de una manera desesperada. No lleva ni dos minutos dentro "¿Qué pudo haberlo hecho gritar de esa manera?" me pregunto mientras me levanto del sofá a toda prisa.
—¿Erick?...—pregunto exaltada. —¿Erick todo está bien?—pregunto caminando en la dirección que lo había visto desaparecer.
—¡MARGOTT, NO!—grita entre sollozos desde adentro de una de las habitaciones.
Busco de donde provienen los gritos y corro dentro de la habitación, me acerco hasta la puerta que encuentro abierta y entro en ella sin permiso, supuse que era el baño debido a que escuché el agua correr.
Dentro de esta se encuentra Erick en cuclillas, sosteniendo el cuerpo inmóvil de Margott.
—E-E-Erick—digo acercándome hasta él, quien sostiene a Margott y solloza pegándola a su pecho. Él se gira a mirarme, Margott está inmóvil dentro del agua quien ya se había tornado de un color rojo debido a la sangre que derramaban sus muñecas, todo parecía sacado de una película. La sangre, la bañera su rostro todo iba a quedar grabado en mi memoria.
—¡Lla-llam-llamaré a una ambulancia!—le anuncio saliendo de la habitación.
—¡Rachelle!—dice Joel finalmente apareciendo en el lugar, corre a mis brazos y besa mi mejilla sentándose a mi lado. —¿Estás bien?—pregunta angustiado por mi aspecto, supongo.
—Estoy bien—respondo.
—¿En dónde está Erick?—pregunta buscándole con la mirada.
—Adentro. Le están dando los resultados de la autopsia.
—¿Han llamado a sus padres?
—Si. Se vinieron en el primer vuelo de Londres a Nueva York. No deben de tardar—explico tallando mis ojos.
—¿Estás cansada?
—Demasiado—confieso.
—Sólo a ti se te ocurre salir a las 3:00 am—reprocha acomodándose a mi lado.
—Así es—respondo.
—En cuanto su familia venga a reclamar el cuerpo podremos entregarla. De lo contrario no podríamos hacer nada—dice el hombre en forma de aviso. Erick sólo finge escucharle. Está tan sumido en sus pensamientos.
Caminé hasta Erick.
—Tomó unas pastillas que yo mismo había comprado y luego cortó sus muñecas—susurra muy bajo mientras solloza en silencio. —¡Yo fui quien la mato! ¡Debí de haberme quedado con ella! ¡No debí de haberla dejado sola!—solloza obligándome a tomarlo entre mis brazos. —¡Ella estaba embarazada! ¡Íbamos a tener un hijo!— se aleja de mi tacto, camina de espaldas y cuando choca contra la pared se deja resbalar por esta hasta que término en el piso sollozando su pérdida.
—¡Erick!—intento acercarme pero Joel me detiene, me abraza por los hombros y me saca del lugar llevándome a rastras.
—Necesita estar solo—explica tomando de mi mano en un intento por reconfortarme.
Sollozoen su hombro, y le suplico que me lleve a casa, el accede de inmediato y metoma de la mano para salir del lugar. Ha sido mucho para mí en un sólo día.
