32

3K 215 35
                                    

Rachelle

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Rachelle.

—¿Nueva York?—miro a Joel. Bebe de su jugo y me mira esperando una respuesta de mi parte.

—Así es—confirma dejando su vaso sobre la barra.

—No lo sé, Joey. No quiero dejar a mi familia de nuevo—confieso asustada. Lo último que quería era viajar de nuevo y mudarme de ciudad.

—Ray. Podría ser bueno. Deberías verlo como una nueva oportunidad—me ánima sonriendo.

Resoplo cansada, sabía que él ganaría pero por lo menos debía darle batalla un rato.

—Ray...—habla. —Anoche me encontré con Harv. Tú papá iba conmigo cuando lo vimos cruzar la calle, no sé cómo lo hizo pero te encontró de nuevo—confiesa.

—¡Vaya, jamás se rinde!—grito frustrada.

—Luego de ello tú padre me lo pidió, me pidió que nos fuéramos de nuevo a otro lugar donde nadie pudiera conocernos, pensé mucho hasta que encontré Nueva York, es una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos, tenemos todos los papeles en regla y dudo demasiado que él pueda encontrarnos—me ánima, o al menos esa es la intención de sus palabras.

Gruño. No quiero hacerlo de nuevo.

—Es por tú bien—y tiene razón, es por mi bien.

—Está bien. Pero... ¿Qué va a pasar con Jane y Anna?—pregunto preocupada. Por mi culpa Anna y Jane habían vuelto a México, no se me hacía justo dejarlas aquí y yo marcharme.

—He hablado con Anna está mañana—se encoge de hombros. —Me ha dicho que no debemos preocuparnos por ella, Christopher vendrá en sólo unos días y al parecer estudiaran en la misma universidad. Así que ni de broma viajaría de nuevo—me informa sonriendo.

—¿Y Jane?—pregunto temiendo la respuesta. La sola idea de tener que dejarla me atormentaba a pesar del comportamiento que había adaptado, ya no era la misma chica que antes, se comportaba indiferente y grosera en algunas ocasiones.

Joel baja la mirada escondiendo su tristeza. —Ella me ha terminado hace más de una semana.

Abro los ojos con sorpresa. ¿Por qué no me habían dicho nada?...

—¿Hace una semana?—pregunto en voz alta.

—Así es. Justo después de mi llegada, esa misma tarde para ser exactos—baja del banco y se acomoda a mi lado.

—¿Cómo es que hasta ahora me entero?—pregunto.

—No queríamos preocuparte. Sólo había pasado una semana desde que llegaste—me informa. —¿Has hablado con ella?

Niego con la cabeza.

—Eso pensé. Tampoco ha hablado con Anna—asiento con la cabeza. Anna me lo había mencionado esta mañana.

—Intenté enviarle mensajes por la mañana. No respondió a ninguno de ellos—digo frustrada. Me siento cansada de la situación.

—Tal vez conoció más personas—dice Joel y tal vez es verdad, a diferencia de Anna ella estaba en una universidad más allá del centro de la ciudad.

Asiento con la cabeza. —Quizás...

Nos mantenemos en silencio.

—Acepto.

Joel se gira a mirarme. —¿Qué aceptas?—pregunta cruzado de brazos.

—Acepto irme a vivir contigo a Nueva York—le informo rodando los ojos con diversión.

—Lo sabía—dice con tono de voz victorioso. —Aquí tienes. Vuelo de las 8:00 am. Te veo en tú casa a las 6:00am tú equipaje debe estar casi listo tus padres ya debieron de haber terminado de hacerlo. Linda noche. Nos vemos mañana—besa mi mejilla y se marcha. —¡Se puntual!—grita mientras sube a su automóvil e inicia en marcha.

Cierro la puerta principal y camino hasta mi habitación, a un lado de mi cama aguardan dos maletas, una rosa y su complemento.

—¡Ray, la cena está servida!—grita papá desde la planta baja.

Sonrío e inmediatamente me levanto de mi lugar corriendo escaleras abajo.

—¡SORPRESA!—gritan todos en unísono saltando desde sus escondites.

—¡Oh Por Dios!—grito emocionada acercándome a todos.

La familia de Anna, la de Joel y mi familia se encontraban aquí dentro con sonrisas en sus rostros, tal vez sabían era una fiesta de despedida.

¡Mierda! Tan predecible soy cómo para que todos organizaran esto sin saber aún mi respuesta.

Sonrío y me acerco a ellos, abrazp a todos y cada uno de los presentes.

Bailamos, reímos, jugamos pero sobre todo disfrutamos de la última noche que estaría con ellos cómo la última vez sólo que a diferencia que nadie tenía idea alguna de nuestro paradero.

Sonrío con lo que veo, todo es perfecto ante mis ojos, mi familia, mis amigos. Todo es perfecto para mí. 

















****
Hola. ¿Cómo están?

¿Qué tal la noticia de la madre de Erick? ¿Se lo esperaban?

Margott y Erick en multimedia.

Hasta luego.

—All the love.

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora