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Sobre la cama descansan un par de pants y una gran sudadera de color beige, conjugado con unas enormes calcetas y unas pantuflas de osito, son el conjunto que Erick ha dejado para mí.

La larga ducha que he tomado ha relajado mi cuerpo frustrado, me encuentro envuelta en una toalla y aun con ello considero más cómodo dormir envuelta en la toalla que dormir con la ropa prestada que me ha ofrecido Erick, cabe mencionar que también se encuentran un par de bóxers a un lado de las enormes calcetas y no se ven muy cómodos además de no parecerme para nada higiénico.

—¿Rachelle está todo bien?—pregunta Erick en tono preocupado detrás de la puerta.

Echo un vistazo a la ropa con una mueca de desagrado y respondo —Perfecto... ¿Por qué?

—Bueno... Creo que tardaste demasiado—me reprocha.

—Lo lamento. Pero en verdad ya no podía ni siquiera conmigo misma de tanta frustración que llevaba encima —me disculpo.

—Vale. La cena esta lista.

—Gracias, en un momento bajo— digo y comienzo a vestirme. No uso los bóxers, de hecho prefiero no usar ropa interior, la sudadera cubre todo mi cuerpo por lo que no es tan malo. Los pants se sujetan a mi cuerpo por medio de una cinta y las enormes calcetas me mantienen calientita.

Sonrío, me veo tremendamente ridícula pero está bien si me mantendré calientita.

—Buenas noches—digo sonriendo al chico que está sentado sobre una de las sillas frente a mí, durante la ducha pensé que tratar de sobrellevar las cosas con Erick, tenía un contrato así que debía comportarme.

—Buenas noches—sonríe. —¿Te encuentras mejor?

"NO" respondo en mi mente.

—Eso creo. Sigo frustrada por no estar con Joel en una noche tan horrible como está pero ya sabes... No me siento tan mal—rio sin carencia de gracia.

—Vaya—se ríe, mientras se levanta de la mesa y sirve un plato con comida frente a mí.

—Gracias—sonrío picando un poco del alimento que ha preparado el chico.

—¿Qué piensas acerca de mi sazón?—pregunta entusiasmado.

El sabor me hace sentir en las nubes, es tan bueno que podría comerlo toda mi vida. —Muy bueno—digo, continuo comiendo grandes cantidades de su comida y sonrío. —Esta deliciosa— digo degustando cada porción de mi plato. —¿Quién te ha enseñado a cocinar tan delicioso?

—Mi abuelita—sonríe, pero no se trata de una sonrisa cualquiera sino de una que parece estar llena de recuerdos. —Ella era muy buena cocinando—recuerda.

—Lo imagino—sonrío. —¿Podrías contarme algo sobre ella?—le miro, su rostro se ilumina y sonríe.

—Mi abuelita era la persona más perfecta en el mundo, ella solía cuidarme cuando mi madre salía a trabajar—me mira. —Fue como una madre para mí...—es hasta entonces cuando su rostro cambia. Se nota molesto y se levanta de la mesa.
—Iré a dormir—y allí está el mismo comportamiento de siempre.

—Buenas noches—sonrío con cortesía.

—Buenas noches—se marcha.

—¡Espera!—le detengo.

—¿Si?—me dirige una mirada.

—¿En dónde se supone que dormiré?—le miro, lo piensa unos instantes y luego sonríe.

—Es verdad, lo había olvidado—se ríe. —Puedes dormir en la habitación de Zabdiel. Yo estaré en mi habitación por si necesitas algo. Es la de enfrente—sonríe y se marcha.

—Gracias—grito sonriente. Meto los platos en el lavavajillas y me marcho a la habitación que me ha sido asignada. Camino escaleras arriba, paso por la habitación de Erick e imagino que la habitación del frente es la que busco. Con cuidado giro la perilla de la puerta de madera cuando un fuerte tronido provoca que las luces se apaguen y la habitación luzca más espeluznante que en una película de terror.

Grito asustada pegando un brinco. Odio la oscuridad, por ese mismo motivo aun a mi edad duermo con una pequeña lamparita por las noches.

—¿Estas bien?—pregunta Erick saliendo de su habitación.

—Si—acepto cuando un fuerte tronido termina con mi convencionalismo y termino abrazándome al cuerpo de Erick.

—¿Qué demonios te sucede?—se ríe. —Aguarda... no vas a decirme que quieres dormir conmigo ¿cierto?—su tono es burlón.

Aparto mi cuerpo del suyo y niego con la cabeza. —Por supuesto que no.

El sonido fuerte de un rayo cayendo termina con mi valentía una vez más. —Está bien, admito que no quiero dormir sola.

—Estas diciendo que ¿quieres dormir conmigo?

Por supuesto que no quiero dormir con él, pero mi temor es más grande asi que no suena tan mal la idea. Asiento con la cabeza y respondo —Podemos compartir la cama, uno puede estar en una esquina y el otro en la otra. No es tan malo.

Rueda lo ojos y me abre paso a su habitación. —Yo dormiré de lado izquierdo. Así que ándate a tu lado.

Con cuidado abro las sabanas y me recuesto en el lado que me corresponde, me cubro con las mantas y veo como el rodea la cama para acostarse del otro lado. Parece molesto pero honestamente yo también lo estoy, esto no es para nada fácil, sin embargo mi miedo puede más que mi fuerza de voluntad.

Maldita sea yo y mi maldito miedo a laoscuridad.



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OMG! Erick y Rachelle juntos *-*

Muchas gracias por los favoritos no se olviden de compartirla y darle promoción. Las amo *-*

All the love


CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora