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Día treinta y uno

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Día treinta y uno.


Despierto, mis ojos se abren con ligera lentitud y mi pereza me obliga a bostezar. Anna está del otro lado peinando su cabello mojado.

—Buenos días—saluda con una sonrisa enorme mirándome a través del espejo.

—Buenos días—sonrío. —Creó que alguien despertó de buen humor—me burlo de Anna quién normalmente despierta muy malhumorada.

—La vida es hermosa, Rachelle.

—¿A qué hora llegaste?—cuestiono, sé la hora en la que llego, sólo quiero seguir con la charla.

—Hace una hora—se encoge de hombros.

Asiento con la cabeza y me deshago de las sábanas. —Iré a ducharme—digo levantándome de la cama.

Saco un par de ropa del armario y me adentro al cuarto de baño que esta al final del pasillo. Mi ducha no demora demasiado, de hecho lo hago bastante rápido porque debe ser tarde y necesito apresurarme si quiero llegar al instituto.

Cuando estoy a punto de salir del cuarto, escucho una voz masculina pasearse a través del pasillo, sé a quién le pertenece esa voz.

Internamente entro en pánico, no quiero salir pero no tengo opción, por un lado esta llegar tarde a mi primera clase del día y por el otro es ver a Joel. Maldita seas, Anna ¿por qué lo dejaste entrar?

Tomo todo el valor que tengo guardado y salgo del cuarto de baño caminando en dirección  a mi habitación. Lo hago silenciosa para que ni Joel ni Anna se den cuenta de que estoy andando por allí.

—Rachelle —llama Joel a mis espaldas, me detengo temerosa pero no lo demuestro, solamente giro mi cabeza. —Quisiera hablar contigo.

Frunzo las cejas. —Claro—respondo en una sonrisa, señalo mi habitación y el entra primero.

—Lo lamento—suelta al aire con las manos dentro de sus bolsillos.

—Ya no importa—digo restándole importancia al asunto. Ya no quiero que se sienta importante en mi vida.

Su mirada va directo hacia mí y luego la aparta mirando otro lado de la habitación.

—Sí, importa porque dañe tu corazón.

Mi corazón se detiene, parece que aún tiene cierto impacto en mí.

—Es tarde, tengo que ir a la universidad.

Gruño bajo y camino en dirección a la puerta de la habitación dejando detrás a Joel.

—¿Todo bien?—me pregunta Anna en cuanto salgo. Su mirada es preocupada pero sé que ha escuchado detrás de la puerta y por eso lleva esa cara.

—Perfectamente—sonrío.

Su mirada se suaviza y una sonrisa es remplazada por su semblante de angustia.

Mi móvil vibra sobre la mesa del comedor, me apresuro a llegar hasta ahí para tomarlo entre mis manos.

"Estoy abajo.
—Erick".

Otro problema agregado a mi vida. Creí que estaba molesto, veo que no fue así.

—Es tarde. Deberíamos irnos—digo mirando a Anna. —Erick nos está esperando abajo—en realidad sólo me está esperando a mí, pero Anna y yo siempre vamos juntas a la universidad y no pienso dejarla ni por esta ocasión.

Camino junto a ella hasta la puerta. —Mierda—digo deteniendo mi paso. —Olvide mi mochila en la habitación—ruedo los ojos. —Espérame abajo. Iré por ella.

—¿Estas segura?—pregunta.

—Completamente. Tú tranquila—sonrío mostrando confianza y seguridad en mí misma.

Sale del departamento dando un ligero portazo.

Molesta, giro el pomo de la puerta abriendo la habitación
Joel está sentado sobre la cama con ambas manos en el rostro, ligeros sollozos en voz baja se escapan de sus labios.

—¿Joel?—pregunto asustada. ¿Qué se supone que debo hacer en circunstancias cómo estás?

—Vete.

—Joel—insisto acercándome a él.
Aparta las manos de su rostro y mi corazón da un vuelco al mirarle de esa manera, está llorando.

No digo nada, sólo camino hasta él y lo rodeo con mis brazos.

Me mira unos instantes directamente a los ojos y luego aparta el cabello de mi rostro con una de sus manos.

Extrañaba tanto su toque.

—Lo lamento, Ray—balbucea. —Lamento demasiado mi comportamiento. No quise tratarte así.

Sonrío. —No importa. Joe, así te quiero —digo ignorando por completo como fue todo. Se trata de mi mejor amigo, no por simples estupideces debo de dejar de hablarle o ignorar lo que sienta. Eso hacen los amigos ¿no?. Se perdonan sin importar que tan grave haya sido el asunto.
Beso su mejilla y me aparto de él haciéndome a un lado.

—Te quiero, Ray...—susurra en mi oído y un ligero escalofrío recorre mi espina dorsal. —Lamento jamás habértelo dicho pero realmente quien siempre me gusto fuiste tú.  Jamás dije nada porque creí que eso te molestaría y terminaríamos nuestra amistad—resopla. —Y yo quería tenerte a mi lado como fuera posible—baja la mirada y unas cuantas lágrimas caen sobre la alfombra. —Jamás quise hacerte daño saliendo con tú amiga. Esa jamás fue mi intención... Lo juro—lo miro. Luce tan mal. Tal vez no fue su culpa, fue la mía por no haber dicho nada antes, al menos él verdaderamente no lo sabía.

—Dejémoslo atrás ¿quieres?—suspiro. —Creo que es tarde para esto. Continuemos nuestra relación como amigos. Eso será fantástico, no hay que permitir que esto afecte nuestra amistad—tomo su cara entre mis manos, limpios sus lágrimas y le regalo una sonrisa. Lo último que quiero es verlo de esta manera, es mi mejor amigo y siempre lo será. Siempre.

Erick.
Los minutos transcurren y Rachelle aún no baja. Anna le ha llamado más de 10 veces a su móvil pero ella ni siquiera ha contestado una sola vez.

Quiero ir por ella y ver que está sucediendo pero Anna no me lo ha permitido, ella asegura que Rachelle está bien y que sí no ha bajado debe de ser porque olvido algo y lo está haciendo en este momento, incluso me ha dicho que probablemente esté hablando con sus padres y por eso no ha bajado.

—¡Rachelle!—dice Anna con él móvil sobre el oído.

Giro mi cuerpo en su dirección y le miro confundido esperando recibir respuesta alguna de parte de Anna.

—¿Cómo qué no irás al colegio?.... ¿Qué?... Pero ¿Qué paso?.... ¿Estás bien?... Sólo han pasado quince minutos desde la última vez que te vi y ahora me dices ¿qué te sientes muy mal?—resopla molesta. —Será mejor que me quede contigo... No te pregunté dije voy a quedarme contigo—escupe molesta y termina colgando.

Gruñe mientras lanza él teléfono dentro su bolsillo trasero y baja del automóvil.

—Lo lamento demasiado ¿Erick?—asiento con la cabeza y ella sonríe. —Rachelle no se siente muy bien, iré con ella. De todas maneras gracias por el intento—gira su cuerpo para caminar dentro del edificio.

—¡Aguarda!—le detengo mientras bajo del automóvil.

—¿Si?—dice girando su cabeza en mi dirección.

—¿Ella está bien?—le miro. No sé si luzco preocupado o no pero realmente lo estoy.

—No lo sé—confiesa. —Pero prometo llamarte cuando me a cerciore de ello.... Ahora es tarde... Creó que deberías irte o de lo contrario perderás clase.

—A la mierda las clases. ¿Puedo verla?

—No lo creó Erick. En serio prometo llamarte.

—Pero...

—Estará bien.

Gruño molesto y asiento con la cabeza, ella se gira y hace lo propio.

*****
Al finalizar mi última hora de clase recojo mis cosas de la butaca y salgo a paso rápido en dirección al estacionamiento. Quiero ir a ver Rachelle y voy a hacerlo, hoy tengo una respuesta para ella.

Conduzco con la radio encendida y sonrío cuando una canción de One Direction suena en el canal de la radioemisora. Me sorprendo al percatarme de lo bien que me se la letra y no puedo evitar cantar a todo pulmón, me recuerda tanto a Rachelle.

Aparcó el automóvil y bajo del mismo cerrando perfectamente bien las puertas y ventanas.
Llamo el ascensor.

Las puertas se abren y Rachelle acompañada de Anna se sobresaltan al verme. No esperaban mi visita.

—Ray—digo acercándome a ella.

—Erick—sonríe de lado.

—¿Cómo éstas?... ¿Cómo te sientes?...—pregunto algo angustiado.

—Estoy mejor, gracias por preguntar—logra articular pero no puedo creerle. Lleva un mal aspecto.

—Sólo es su periodo, ahora si nos disculpas iremos a comprar tampones y algunas cosas para comer—dice Anna y no puedo evitar el reír ante la cara que ha puesto Rachelle gracias al comentario de su prima. —¿Qué?... Ahora vas a decirme que no es verdad?—Rachelle niega con la cabeza, parece divertida mirando la sinceridad de su prima.

—¿Puedo hablar contigo, Ray?—cuestiono, no parece muy convencida pero no se opone y se suelta del brazo de Anna.

—Iré a casa de Emily un rato, llámame cuando te desocupes, vendré por ti hasta acá—besa la mejilla de su prima y termina por marcharse.

—Vamos arriba—me dice y camina delante de mí, actúa tan extraño.

Rachelle.
Odio la regla es decir, es horrible. Mi cuerpo y vientre duelen tanto que desearía estar dentro de mi cama en lugar del sofá de la sala. Además tener a Erick a mi lado me está poniendo verdaderamente nerviosa, esperaba poder evitarlo al menos hasta que la vergüenza se borrara de mi mente.

Imágenes de mi sobre el regazo de Joel vienen a mi mente, perdí el autocontrol luego de que este me besara, pero luego lo recupere nuevamente y no paso a mayores.
—¿Rachelle?—pregunta Erick a mi lado.

—Emmm... Si, si, lo lamento—digo sacudiendo mi cabeza intentando borrar las imágenes de mi mente.
Me mira extrañado y se acerca hasta mí. Toma de mi mano y la une con la suya entrelazando nuestros dedos.

Bajo la mirada hasta la unión de nuestras manos, sonrío inconscientemente y mi corazón decae.

"¿Qué éstas haciendo Rachelle?" grita la pequeña parte de conciencia que queda en mi cerebro. Aparto mi mano de su toque y me alejo de su cercanía, su ceño se frunce y una mueca de confusión sobresale en su rostro. No digo nada ni él tampoco lo hace, sólo se limita a mirarme unos segundos más antes de abrir la boca para hablar. —Tengo una respuesta.

Mi entrecejo se frunce intentando captar el hilo de lo que está hablando. Pasan un par de segundos para que mi mente recuerde de lo que habla. Asiento con la cabeza y espero pacientemente a que hable nuevamente.

—Acepto.

—¿Aceptas?

—Acepto tener una relación contigo sin etiqueta, si no estás lista para algo serio, sabré esperar hasta que lo estés pero mientras tanto quiero estar contigo.

Un silencio sepulcral se apodera de la habitación, estoy sin palabras, no sé qué responderle y tengo miedo de ver su reacción.

Resoplo frustrada. —Entonces intentémoslo—respondo no muy convencida de mis palabras.
Estoy asustada por lo que podría venirse.

¿Algo podría ser peor que esto?...

***

cncofeeling Muchas gracias por el apoyo hermosa, espero continúes conmigo hasta el final de la historia. Saludos desde México.

no se olviden de votar y comentar yo leo todos sus comentarios.

Tengan un maravilloso día. Los amo.

–All the love

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora