10

4.4K 299 21
                                    

Término por alistarme, doy gracias a mi madre por haber buscado un departamento con dos baños y no haya tenido que irme al instituto sin haberme dado una ducha primero, a pesar de tener que llevar la misma ropa, exceptuando la gran sudadera color verde militar que encontré en el sofá esta mañana.

Tomo mis cosas de la barra poco antes de que me llegue un mensaje de parte de Erick en el que me informa que ya ha llegado e inicio por recoger las pocas cosas que aguardaban en la mesa cuando unas risas provenientes del pasillo de afuera logran llamar mi atención.

Creo saber de quién se trata cuando la llave se adentra en la cerradura y la perilla comienza a girar desde afuera.

De un tirón la puerta se abre de par en par provocando un sonido altamente ruidoso y molesto, las risas aumentan y el cuerpo de una chica de cabello color chocolate sentada sobre el piso me informan que Joel ha llegado y no precisamente solo como yo lo esperaba.

Joel sujeta a una de las chicas con cabello negro con las manos en su cadera, supongo se debe a que ni siquiera se puede mantener en pie.

Con un movimiento rápido levanta a la otra chica y ahí es cuando se percata de mi presencia.

No digo nada. Observo a las chicas, ambas se encuentran totalmente perdidas, no logro verles el rostro porque su cabello se los cubre totalmente y su cabeza está completamente hacia abajo.

—Permiso—digo ignorando por completo a Joel. No quiero hablarle, quizás si yo tuve la culpa en un principio pero ¿Qué se supone que está haciendo ahora?

Quiero pasar por alto lo que está haciendo, al final él también está pagando el alquiler de este lugar por lo que también es su casa y puede hacer lo que quiera, tanto como yo. Traer dos chicas supongo que entraba en los derechos que tenía sobre este lugar y yo no podía oponerme a ello.

—¿Necesitas que te lleve?—pregunta dejando a ambas chicas sobre el sofá. Finjo que no las veo y paso de lado de Joel, ahora parece arrepentido, su coraje debió de haber pasado.

—No gracias, puedo sola—respondo sin mirar atrás.

—¿Te veo allá?—dice como si se tratase de una pregunta.

—Como sea—respondo indiferente cerrando la puerta detrás de mí. La decepción se cuela a mi pecho mientras imagino lo que va a pasar ahora que me vaya.

Llamo al ascensor, no tarda demasiado cuando finalmente este se abre y unos ojos color esmeralda se asoman a través de este.

—¡Erick!—sonrío a modo de saludo. No es que me haya alegrado de verlo, de hecho aún me parecía un chico molesto pero verlo aquí me hacía pensar que ya tenía una gran parte del trabajo hecho.

—¡Rachelle!—dice a modo de burla imitando el mismo tono de voz que yo he utilizado.

—¿Creí que te vería abajo?—digo, cuando la puerta de mi apartamento se abre y los ojos de Joel se asoman detrás de esta.

—Si pero...

—Rachelle espera...—Erick se ve interrumpido por la voz de Joel. No quiero tener más problemas con Joel así que le doy mi atención inmediata.

—Aguarda un momento—digo a Erick y me acerco a Joel para escuchar por lo que me ha detenido. —¿Sí?—pregunto fingiendo una sonrisa, en realidad no me siento muy bien como para escucharlo, me siento herida por su comportamiento pero es mi mejor amigo y honestamente no quiero pelear con él.

—¿Podemos entrar un momento?—me pregunta mirando a Erick, es una señal muy clara de que lo que quiere decirme no quiere que lo escuche él. Asiento con la cabeza y me giro a mirar a Erick.

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora