EPÍLOGO.

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Salgo del auto y la brisa golpea mi rostro con fuerza provocando que mi cabello caiga hacia atrás;  por lo menos ahora sabía que estaba en un lugar abierto

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Salgo del auto y la brisa golpea mi rostro con fuerza provocando que mi cabello caiga hacia atrás; por lo menos ahora sabía que estaba en un lugar abierto.

—Erick, esto no es divertido. Necesito abrir los ojos o caeré al vacío—dramatizo sosteniendo de la venda que cubre mis ojos y no me permite ver por dónde voy.

—No te dejaría caer por ningún motivo—susurra muy cercas de mi oído mientras con sus brazos envuelve mi cintura.

Sonrío por inercia y sostengo con firmeza una de mis manos sobre las suyas.

—Deberías describirme el lugar por lo menos—replico mientras me guía.

Comienza a reír. —Vale. Mmm... Hay muchos árboles, flores y rosas, muchas rosas—se detiene. —También puedo ver la ciudad desde aquí—susurra tomándome entre sus brazos.

—¿Q-qué éstas haciendo?—pregunto envolviendo su cuello con firmeza.

—Es un lugar alto. Podrías caerte si te dejo hacerlo sola—dice subiendo algo, puedo sentir sus movimiento. —Bien—se detiene y me baja de sus brazos. —Ahora te toca a ti verlo con tus propios ojos—. Sostiene de las esquinas de la venda y la saca de mis ojos con suma delicadeza.

Sonrío ampliamente y abro los ojos con extrema lentitud, mientras intento acostumbrarme a la luz.

—¡Oh Por Dios!—me giro a mirarle y me lanzo a sus brazos. —Esto es hermoso. Jodidamente perfecto—sonrío.

—Sabía que te gustaría... Aquí fue el lugar en el que por primera vez hable contigo... ¿Lo recuerdas?...—me mira sonriente.

—¿Cómo olvidarlo?... Te comportaste como un maldito imbécil... Algo de lo que ya me he acostumbrado—bromeo sosteniéndolo del cuello.

—Ja ja muy graciosa—rueda los ojos.

Rio.

—Oh mira—señala al frente.

Separé mi cuerpo del suyo y miro hacia donde él señala, busco con mi mirada lo que se supone que debía de ver y entrecierro los ojos al no encontrar nada.

—No veo nada—sigo buscando. —Para empezar ¿Qué es lo que estoy buscando?—cuestiono girándome.

Erick se encuentra con una rodilla sobre el piso mientras que con la otra mantiene todo el peso de su cuerpo, entre sus manos lleva una pequeña cajita color negro con un listón rojo que la mantiene cerrada.

Sonrío enormemente y bajo la cabeza en un intento por esconder mi rostro, mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas y mis manos viajan hasta mi boca cubriendo mi sorpresa.

—Hemos vivido muchas cosas juntos, desde los momentos más felices hasta las desgracias más terribles—se detiene y recuerdo a Joel. —Pero todo pasa por algo, todo tiene una explicación y aunque fue difícil finalmente lo entendí. Encontré todas esas respuestas que necesite. Todas mis dudas fueron resueltas... Y todo gracias a ti porque tú me ayudaste a encontrarlas... —sonríe. —Lamento todo lo que tuvimos que soportar para estar juntos pero dicen que después de la tormenta viene el arcoíris y con ello la calma... Y tú Ray... Tú eres ese arcoíris... Tú le diste color a mi vida... Me hiciste feliz... Tal vez al principio fui sólo un contrato pero ahora sé que no podrías vivir sin mí—ríe. Yo sólo ruedo los ojos, es verdad. —CIEN días me bastaron para amarte... Y a ti para destruirme... Pero sabes... No guardo rencor por ello... Te amo así como se que tu también me amas... Comprendí que no podría vivir sin ti... Eres indispensable en mi vida...—suspira. —Quiero estar siempre a tu lado...—sonríe. Desliza el listón rojo y abre la cajita lentamente. —Ray... ¿Quieres casarte conmigo?...

Sonrío y limpio las lágrimas de mi rostro, ni siquiera me había percatado de ello. Corro en su dirección y asiento con la cabeza repetidas veces.

—Si. Si—sonrío.

Erick saca el anillo de su cajita y lo coloca en mi dedo anular, se levanta con rapidez y envuelve con ambos brazos elevándome en el aire.

—¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!—grita con emoción besando todo mi rostro.
Rio entre sus brazos y tomo su rostro entre mis manos, beso sus labios con delicadeza y sonrío en medio del beso.

—Tendremos dos hijos, ¡No, no, no!... Tres... ¡Aguarda! Son muy pocos... ¡SEIS!—me rio. Su emoción me mata de ternura.

—¿Seis? ¿Éstas seguro de ello?... Digo quien va a embarazarse seré yo... No quiero quedar como compás... —me rio un poco.

Su boca cae al suelo y luego comienza a reír. —Eres una sucia Ray...—me reprocha entre carcajadas.

—Pero así me amas—contesto irónica.—¿Cuando les diremos a los demás que nos hemos "Comprometido"?...

Bueno....

—¡SORPRESA!—gritan todos en unísono mientras salen de sus escondites.

Mi padre sorbe su nariz con un pañuelo, mi madre ríe ante la conducta de mi pare, mi hermano está a su lado sólo observándolos a ambos, Christopher sostiene a Anna de la cintura con firmeza mientras ambos sonríen y besan sus rostros, Jane lleva de la mano a Joel quien ya ha cumplido un año y recién comienza a caminar, Zabdiel abraza a Richard y ambos sonríen mirando la escena.

—¿Ustedes escucharon todo?—cuestiono con seriedad.

Sus rostros palidecen.

—S-si—responde Anna por todos mientras me miran con cierta angustia en sus rostros.

Suspiro pesadamente y miro a Erick, su rostro esta pálido y su sonrisa ha desaparecido.

—Es un gran alivio, no quería tener que contarles todo—me rio. Todos hacen lo mismo.

Erick suspira con pesadez. —Pensé que me dejarías.

—De ninguna manera. Tienes una Rachelle para más tiempo....

—¿CIEN años?...

CIEN AÑOS...—reafirmo aferrándome a su cuerpo.

Sonríeampliamente y junto sus labios con los míos. Y sí, por primera vez en muchotiempo sentí lo que era la felicidad, la verdadera felicidad.

***

Hola hola.

Wow hemos llegado al final. Esto es increíblemente hermoso. Muchas gracias a todos los que me apoyaron hasta este punto. De verdad no tengo palabras para agradecer todo lo que hicieron por .

Mil gracias de verdad.

Tengo nuevos proyectos en mente.

—All the love ♥

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora