8

4.6K 330 40
                                    

Día siete

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Día siete.

La mañana transcurre con normalidad, supongo el fin de semana ha contribuido a que la ciudad este tal y como la recuerdo.

Las personas parecen no haber tenido inconveniente alguno con la última catástrofe natural, supongo por ello las calles y carreteras están bloqueadas por el gran tráfico debido a que todas las personas regresan a sus actividades rutinarias, quizás sólo por eso Joel camina a mi lado estoy segura que si no fuera por todo el tráfico que abarca la ciudad, él iría en su gran Ford focus color rojo.

—¿Sabes algo?—interrumpo el silencio que nos rodea.

—¿Qué?—me mira.

—Me gusta cuando cantas ¿podrías hacerlo?—pregunto, su semblante ha cambiado y una sonrisa reanima sus ánimos.

Con una sonrisa comienza a cantar una de mis canciones favoritas "Fool's Gold" de One Direction para ser exactos.

Una sonrisa se dibuja en mis labios y una gran sensación producida por su voz me hace estallar en miles de emociones.

—¿Te he dicho lo mucho que te amo?—pregunto en media sonrisa.

—No, pero lo imagino—responde con arrogancia a modo de broma.

—Eres un tonto—me quejo entre risas. —Te veo más tarde—interrumpo mis risas y beso su mejilla.

—Te veo más tarde—repite y se marcha.

Con una sonrisa me adentro al salón de clases, tomo asiento en uno de los últimos lugares y espero a que llegue el gran profesor de literatura.

—¡Mierda!—escucho murmurar una voz lo bastante bajo como para que siquiera se escuchase de quien se trata.

No digo nada, me quedo quieta en mi lugar sin prestar al menos un poco de atención a lo que sea que esté sucediendo detrás mío.

Bufa, y se sienta a mi lado. Mi mirada se centra en la pantalla de mi móvil. No pienso mirar de quién se trata, no quiero conocer a la persona que tanto me odia como para sentarse a mi lado.

—¡Ray!—dice una voz masculina detrás mío.

—¡Johan!—sonrío y me giro para verle.

—Lamento no haber reservado tú lugar—me mira apenado.

—No te preocupes. Todo bien—sonrío y tomo de su mano a modo de consuelo.

—Pero no te fue tan mal—sonríe. —El chico malo está a tú lado—dice golpeando mi brazo juguetonamente.

—¿Qué?—pregunto confundida, girando rápidamente y observando de quien se trata.

«Mierda»... maldigo en mi cabeza.

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora