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Día sesenta y seis

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Día sesenta y seis.


Los brazos de Anna se encuentran alrededor mío, ninguna de las dos ha dicho nada desde que llegué.

Son las 3:50 am y mis lágrimas aún no cesan.

Mi móvil no ha parado de sonar pero ninguna de las dos ha tomado la iniciativa de contestar.

—Ray...—finalmente habla Anna rompiendo el silencio.

Con dificultad levanto mi rostro.

Limpia mis lágrimas y luego vuelve su atención a mí.

—Lamento no haberlo dicho antes.
Mi cuerpo tiembla, ¿A qué se refiere con "haberlo dicho antes"?

—¿Antes?— le miro confundida.

Baja la mirada, esta avergonzada.

—Hace unos días atrás lo descubrí con Estella.

Mi cuerpo se congela. ¿Es que acaso con Estella también?

—¿Estella?—pregunto incorporándome en mi lugar.

Su ceño se frunce.

—Estella—confirma.

—Increíble, también con ella. ¿No se conformó con Margott?.

—¿Qué?... ¿De qué hablas?... Estella es la chica con la que lo vimos, yo ni siquiera conozco a Margott.

—No—niego nuevamente.

—Lilly y yo fue con quien lo vimos—repite con molestia.

Entonces caigo en cuenta. ¿Cómo es que me había negado a algo como ello?...

Mi cabeza me había jugado una mala broma. Las imágenes de Estella y Erick adentrándose al ascensor llegan a mi cabeza, la voz de Lilly azota mi mente cuando menciona quien ha sido la chica que había besado a Erick. Todas coincidían, en todas era Estella. En todos mis recuerdos aparecía su nombre.

Tomo el celular de la cómoda y me doy cuenta de cuantas llamadas pérdidas hay en este, la mitad de ellas se tratan de Erick y la otra de Estella.

Seguro en todas y cada uno de esos mensajes de voz ellos me pedían hablar para arreglar el malentendido, seguramente ambos me dirían lo arrepentidos que se sienten.

Apago el móvil y salgo de la habitación, quiero romper todo y así pienso hacerlo, lanzó todos y cada uno de los floreros que aún conservan flores que Erick en algún momento me regalo, quiebro todos y cada uno de los jarrones de mi departamento. Golpeo la pared cuantas veces puedo con mis puños.

Odio todo, lo odio a él, y me odio a mí por ser tan estúpida.

Me dejo caer sobre mis rodillas y abrazo mi cuerpo, algunos vidrios logran enterrarse a mi piel pero no es tanto el dolor cómo el que siento en el pecho.

La ventana abierta me permite observar todo el panorama de afuera, el amanecer se acerca y yo ni siquiera había dejado de llorar un sólo segundo.

Un llamado a la puerta, me distrae de mis pensamientos, Anna se levanta a toda prisa y camina en dirección a la puerta, se detiene frente a esta y con ligera pereza gira el pomo abriendo la puerta finalmente.

—¿Qué haces aquí Erick?—alza la voz Anna como si realmente quisiera que yo lo escuchara.

—Vine a ver a Rachelle.

—Dudo que ella quiera verte—responde con ironía.

—Probablemente no pero yo quiero hacerlo—dice un Erick molesto, podría apostar a que llevaba las manos dentro de sus vaqueros.

—Ni siquiera paso la noche aquí —miente Anna segura de sus palabras.

—¿Qué? No. Por supuesto que no—se niega dolido.

—Oh vaya que sí. Tal vez este con Joel—miente de nueva cuenta.

—¡NO! Tú estás intentado convencerme de algo que no es verdad. Mi Rachelle no haría algo como lo que me éstas diciendo—asegura dolido. Podía sentir su dolor.

—Si bueno... Eso mismo pensó Rachelle de ti y ambos sabemos cómo término la historia—responde Anna con voz triunfante. Es que acaso aquí es cuando suena "Turn down for what".

Me río internamente y levanto mi cuerpo dolido. No iba a detenerme por él.

—Rachelle no está. Ahora si puedes irte... Estoy muy cansada—dice Anna.

—Anna por favor. Sé que ella está aquí. Sólo quiero hablar con ella—suplica. Su voz flaquea.

—No está aquí. No sé qué es lo que intentes pero ella no está aquí. ¿Por qué no te vas de una vez?—está cansada, Anna no gritaba solo por gritar.

—Lo lamento, Anna—dice resignado. —Hasta luego—y con eso se marcha. No dice más sólo se va.

—Mucho mejor—dice Anna mientras cierra la puerta tras de sí. —Vamos Ray.... Debes de darte una ducha y venir conmigo, tenemos una fiesta hoy en casa de Christopher, y Zabdiel no tardará en venir por nosotras—dice ella abrazándome por los hombros.

—¿Fiesta?—le miro confundida.

—Por favor Ray te lo dije desde hace más de una semana. Prometiste ir conmigo—me reprocha. Le miro unos segundos y luego recuerdo.

Dos semanas atrás me lo había mencionado, incluso Erick lo había mencionado.

—¡¿RACHELLE?!—llama mi atención Anna mientras chasquea sus dedos al frente de mi cara.

—Disculpa—digo sacudiendo mi cabeza como si de alguna forma fuese a sacar es pensamiento de mi cabeza.

—No importa. ¿Vendrás conmigo cierto?

Le miro. —No lo sé Anna, no creo que sea buena idea pero podrías ir tú en mi representación—frunce el ceño y me mira de nuevo haciendo un ligero puchero, enserio deseaba que asistiera con ella.

Resoplo con fuerza y luego le miro.
—Está bien. ¿A qué hora debo de estar lista?

—8:40 pm. Zabdiel vendrá por nosotras—sonríe victoriosa.

Camino cansada. Mi cuerpo duele y aún llevo pequeños pedazos de vidrios incrustados en mi piel. Iba a prepararme, yo siempre estaba un paso delante de todos, esta vez no iba a ser la excepción.

***
Jai! Dios mio. Cuánta intensidad en el capítulo jajaja.

Muchas gracias por su apoyo.

-All The Love


CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora