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Rachelle

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Rachelle.

Cuando vuelvo a la habitación después de haberme dado una larga ducha, encuentro un par de jeans color negro junto a una sudadera de la marca "Adidas" tendidas sobre la cama. Puedo notar que los jeans son de Erick no sólo porque lo parecen si no por la etiqueta que aún cuelga de estos.


Aún con la toalla alrededor de mi cuerpo, me siento sobre la cama, todavía siento el cansancio de la noche anterior y sé qué todas las lágrimas que ya he soltado han cobrado factura pues mi cabeza duele y mis ojos arden demasiado.

Cuando me levanto para cambiarme la puerta se abre y el cuerpo de Erick se asoma, él lleva una toalla alrededor de su cintura y el torso desnudo con pequeñas gotitas de agua cayendo sobre este.

Traga saliva y me observa atónito. -Lo... Lo... Lo lamento-dice cubriendo su rostro con ambas manos.

-No... No te preocupes-balbuceo nerviosa.

Aún con las manos en su rostro camina en dirección al armario, una vez que llega a su cometido se tumba sobre el piso y rebusca en sus cajones, evade mi presencia y minutos más tarde sale de la habitación sin decir nada.

Mis mejillas se han tornado de un color bastante rojo, puedo notarlo gracias al enorme espejo que cuelga de una de las paredes de la habitación. Me toma unos minutos volver a recobrar la postura.

La sudadera me queda a la perfección y los jeans tomando en cuenta de que se tratan de un chico, me quedan bastante bien.

Sonrío convencida por mi look, y es hasta entonces cuando salgo de la habitación.

Erick quien está sentado sobre el sofá amarrando sus agujetas, levanta la mirada en mi dirección. Sus preciosos ojos color verde me observan durante algunos segundos pero tomando en cuenta que estoy frente a él, se detiene y deja de mirarme.

-¿Lista?-pregunta en media sonrisa pero no me mira.

-Lista-respondo jugueteando con mis dedos, probablemente no estaría tan nerviosa de no haberle visto en toalla con el torso completamente desnudo aun tomando en cuenta lo que pudo haber sucedido momentos antes.


Ambos salimos, ninguno dice nada y el ambiente esta pesado una vez más.

-¿Iremos en auto?-pregunto observándole sólo de reojo.


-Si tú quieres. Aunque podemos llegar perfectamente bien caminando... Estamos a tres cuadras-me explica y sonrío. ¿Porque lo hago? Yo tampoco lo entiendo. Algo debe estarme sucediendo. Tal vez lo de Joel y Jane término por volverme loca y este es el resultado.

-Caminar me haría bien-digo y él asiente.

Las escaleras son más cansadas de lo que esperaba aun tomando en cuenta que llevo unas converse negras que me ha prestado.

Atravesamos el estacionamiento y yo no entiendo como he logrado no preguntar por ello, sé que el edificio tiene otra salida y no precisamente necesitamos esta. Cuando observo el estacionamiento puedo notar que está casi vacío, lo estaría de no ser que el automóvil de Erick y Zabdiel se encontrasen ahí, además del Ford focus color rojo que se encuentra a pocos metros de distancia de nosotros.

Si no fuera porque no quiero pensar en Joel pensaría que este auto es el suyo.

Alejando totalmente ese pensamiento de mi cabeza me centro en el camino.

-Lo lamento-dice Erick momentáneamente. -Lamento el haber entrado de esa manera a la habitación-se disculpa metiendo ambas manos a sus bolsillos. Esta nervioso y puedo notarlo, parece que meter las manos a sus bolsillos es una clase de tic' nervioso.

-No tenías porque discul...-y es entonces cuando una cabellera rubia interrumpe por completo mi argumento. Su cuerpo me aparta de Erick y besa su mejilla dejando una gran marca de labial color rojo.

-¡Erick!-grita ella con voz chillona.

-Hola Margott-dice Erick con algo de entusiasmo.

-Ya no me dio tiempo de darte las gracias anoche-dice y mi estómago se revuelve. Su pequeño vestido se levanta debido al aire que azota la ciudad y mi garganta quema de sólo recordar lo que he visto.

Con dificultad ella sostiene su vestido mientras intenta mantenerlo en su lugar pero no lo logra. Desde aquí puedo ver el color y diseño de sus bragas.

Erick parece olvidarme e inicia una charla con la rubia. Es entonces cuando su nombre y rostro se vienen a mi mente. Ella fue la compañera de Johan en las primeras clases, aquella chica que había obligado a Johan a hacer el trabajo sin ningún tipo de ayuda.


Me rió solamente de recordar aquello que Johan solía decir de ella.

Me quedo parada, ni siquiera escucho lo que sea que Erick y Margott se dicen, o mejor dicho trato de ignorarlo porque la voz chillona que ella posee es difícil de no escuchar. Igual concentrarme en otras cosas parece funcionar.

Cuando me giro para disponerme a caminar, una chica de cabello corto y un gran escote choca contra mí derramando lo que pareciese un café sobre el piso. Realmente agradezco que eso haya caído al piso o de no ser así probablemente me hubiese quemado.

-¡Dios! Emily-grita una chica apareciendo de la nada.

-Lo lamento ¿Estas bien?-me pregunta en tono dulce. Ella lo parece.

-Si. No te preocupes-sonrío. -¿Tú estás bien?-pregunto cortésmente, aunque se la respuesta.

-Si-sonríe. -Gracias al cielo sólo ha caído sobre el suelo, de no ser así probablemente una de las dos estaría muy lastimada-explica a su amiga en media sonrisa.

Su amiga asiente con la cabeza y por un momento me recuerdan a Jane y a mí. Una vez nos sucedió algo similar, solo que en vez de café había sido helado, accidentalmente lo derrame sobre un chico y así fue como mi vida se convirtió en un infierno, o probablemente yo convertí su vida en ello es decir, mi vida ya era un infierno antes.

-¡Rachelle!-grita Erick detrás de mí.

Parece que ya ha terminado su charla con Margott.

Con una seña con la cabeza le informo que ya voy, el asiente y me mira.

-Mi nombre es...

-Rachelle-dice la de cabello corto.

Sonrío y asiento confundida.

-Vamos en el mismo curso-explica la chica de cabello largo y sonríe. -Soy Danielle-sonríe.

-Y yo soy...

-Emily-le interrumpo y asiente. -He escuchado cuando lo dijo Danielle-sonrío y ellas también lo hacen. -Nos vemos luego-ambas asienten con la cabeza.

-Hasta pronto-dice una de las dos pero a este punto ya no me giro para saber de quién se trata.

-Nuevas amigas-me dice Erick observándome.

-Eso creo-respondo pero siento como mi corazón duele al decirlo, escuchar la palabra amiga me hace querer arrancarme los pelos porque sé que las amigas realmente no existen.

Dos cuadras más y nos detenemos en uno de los edificios color crema.

Llamamos al ascensor y este abre sus puertas de manera casi inmediata.

Al mismo paso ambos entramos.


-Lamento lo de esta mañana-me suelta de manera momentánea.

-Creo que ya lo has lamentado demasiado-bromeo en media sonrisa.

-Eso creo-dice encogiéndose de hombros.

Levantó la mirada y parece demasiado cerca. Respiro demasiado lento y sé que él también lo hace por la forma en que su pecho va de arriba hacia abajo. Entonces su mano acuna mi mejilla y cuando sus labios rozan los míos el ascensor se abre de manera abrupta.

-Creo que hemos llegado-digo evadiendo lo que sea que estuviese a punto de pasar y ambos salimos de este.

«¿Qué sucede contigo Rachelle?... Por favor contrólate» me repito una y otra vez mientras caminamos por el pasillo.




***

Buen día.

-All the love

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora