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La puerta se abre y el cuerpo de Chris se asoma dentro de esta

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La puerta se abre y el cuerpo de Chris se asoma dentro de esta. Su sonrisa se incrementa y sin pensarlo besa mi mejilla. Sonrío por inercia y le devuelvo el beso.

—¡Pasen!—dice abriéndonos paso para que nos adentremos al departamento.

Anna se adentra detrás de mí y luego Zabdiel. Observo el departamento y sonrío. Es bastante amplio y casi podría asegurar que es igual al de Chris y Richard, supongo se debe a que estamos en el mismo edificio que el de Chris, al frente de su departamento para ser exactos. 

La gente está aglomerada y todos nos miran, a lo lejos logro divisar a Stephanie y sonrío en su dirección. De verdad estoy deseando que no se encuentre Estella con ella.

—¡Ahí viene!—grita un chico adentrándose a toda velocidad al departamento.

—¡Todos escóndanse!—ordena Chris.

Apagan las luces y todos entran en sus escondites... La puerta se abre y el cuerpo de lo que logro distinguir se trata de un chico se adentra en la habitación, palpando en la pared busca el botón de la luz y cuando finalmente lo encuentra, lo presiona, es ahí cuando todos saltamos y gritamos "SORPRESA" y entonces mi corazón se detiene.

Su mirada se posa en la mía y las ganas de salir corriendo a abrazarlo me invaden. Anna cubre su boca impresionada y ambas nos sorprendemos sonriendo.

—¡Hermano bienvenido!— interrumpe Chris caminado en su dirección.

—Gracias—responde el apartando su mirada de la mía.

Entonces todos se acercan a abrazarle y felicitarle por su llegada. Anna camina en dirección contraria a mí y la observo abrazar a Joel.

Ambos ríen y se abrazan fuertemente.

—Ahora sí... ¡Que comience la fiesta!—grita Richard sobre una de las mesas y la música comienza resonando a todo volumen. Por lo que sé, la música no molestará a nadie debido a que casi todo el edificio está aquí dentro.

A paso lento me acerco hasta el chico y sonrío plenamente cuando lo tengo frente a mí.

—Bienvenido—digo casi gritando en media sonrisa.

—Gracias—sonríe tímidamente.

—¿Ya se conocían?—pregunta Chris interrumpiendo nuestra charla.

—Mejor que a nadie—responde Joel en media sonrisa.

—Claro—dice observándolo como si recordara la charla de algunos meses de atrás. —Bueno disfruten la fiesta por los viejos tiempos—dice encogiéndose de hombros.

Joel y yo iniciamos una plática ninguno de los dos ha mencionado nada acerca de Jane o Erick.

De un momento a otro la puerta se abre y lo que ven mis ojos es puramente incierto, Erick se está adentrando al departamento con Estella a su lado.

Les observo sonreírse y hablar de cosas supongo sin importancia, Erick lleva el rostro pálido y descuidado como si no hubiese dormido durante toda la noche.

Bajo la mirada y me centro en Joel, se nota tan guapo, más de lo que recordaba para ser sinceros.

—¿Ha venido Jane contigo?—digo finalmente soltando las palabras que habían rondado en mi cabeza durante todo el momento desde que había iniciado la charla con Joel.

—Chris ha dicho que vendría en cualquier momento pero no creo que lo haga—responde encogiéndose de hombros.

—Me gustaría verla—suelto de repente y me mira sobresaltado.

—¿De verdad?—su mirada es brillante. Como si estuviese esperando esto desde hace tiempo.

Asiento con la cabeza y sonríe de nuevo.

—No sabes cuánto te ha echado de menos—sonríe y sus hoyuelos sobresalen.

Luce tan enamorado.

—¿Están saliendo?—me atrevo a preguntar.

—Eso creo—responde el rascando su nuca, signo que hace cuando está nervioso.

—Vaya—sonrío. —Felicidades. Ella es un chica maravillosa—le felicito sonriente.

Él sonríe de nuevo cuando Richard lo aparta de mi lado, con la mirada se disculpa conmigo y se marcha.

Miro a Anna y sonrío cuando la observo hablar con Chris.

Me cruzo de brazos y me recargo en el marco de la puerta del comedor, miro a los lados y me percato de como todos lucen felices excepto yo. Frustrada salgo de ahí, camino hasta el balcón y respiro todo el aire que mis pulmones me permiten.

—¿Rachelle?—pregunta una voz a mis espaldas casi en un susurro.

Giro mi rostro con extrema rapidez y le miro. Miro su rostro y aquellas facciones tan perfectas que solían caracterizarle.

Impulsivamente se abalanza a mis brazos, y yo no sé cómo reaccionar, sólo quería correr, escapar de él "¿Cómo es que me había encontrado después de tanto?".

Mi cuerpo esta rígido por el contacto de su cuerpo pero luego de unos segundos él me obliga a que mis brazos se envuelvan alrededor suyo.

Su perfume me envuelve y los recuerdos atacan mi cabeza, pronto las lágrimas empapan tanto mi espalda como la suya. Esto es demasiado. No quería derrumbarme y aquí estaba llorando en sus brazos. Él me hacía débil, siempre lo hacía.

Sus labios hacen contacto con mi mejilla mientras sostiene de mi rostro con ambas manos, repartiendo pequeños besos por todos lados.

—¿Por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste?—solloza con su mirada fija en la mía.

No sé qué responder, estoy en completo shock y lo único que deseo es salir corriendo. Tenerlo frente a mí tocando mi rostro y reprochándome las cosas que había decidido dejar en el pasado no me hacían sentir bien.

—¿Es que acaso ya no me amas? ¿Ya no sientes nada por mí?—pregunta temeroso, su mirada incluso le delata.

Me quedo en silencio, no quiero hacerlo ni mucho menos puedo, las palabras simplemente se han atorado dentro de mi boca. Aunque si pudiera hacerlo le diría todo lo que en algún momento quise decirle y no pude.

Todas las cosas que simplemente quedaron en mi cabeza y jamás fui capaz de decirle.

—¡Rachelle! ¡Por favor!... ¡DI ALGO CARAJO!—suplica en un grito llamando la atención de más de uno de los presentes de la fiesta.

Salto del susto y me aparto de su toque, no lo quería cercas y debía hacérselo saber por lo menos de esta forma si no podía decírselo directamente.

Ray... No por favor... No te alejes de mi de nuevo—suplica atrayendo mi cuerpo hacia sí con uno de sus largos brazos.

Respingo ante su toque y me alejo de él tan rápido como puedo.

—No... No me toques—balbuceo con nerviosismo.

Rachelle, por favor—suplica extendiendo uno de sus brazos en mi dirección.

—¡No!—digo corriéndome a un lado para alejarme de él.

Ray...

Intento correr pero su mano me atrapa enredándose en mi muñeca sosteniendo de ella con fuerza y atrayendo mi cuerpo al suyo mientras tanto con su mano sobrante toma de mi cintura y luego con ambas se abraza a mi cuerpo.

Sus labios se posan sobre los míos y  comienzan a moverse,  el sabor salado de las lágrimas provenientes de sus ojos y los míos se hace presente y lloriqueo luchando con mis manos por zafarme de su agarre.

Necesito ayuda, por qué nadie sale a ayudarme...

Erick.
Sentado sobre el sofá miro a mi alrededor,  con la mirada busco a Rachelle, pero no la puedo ver por ninguna parte,  supongo se debe a la gran cantidad de gente que está dentro.

—¡Hey!... Hermano...—habla Chris sentándose a mi lado.

—¡Chris!—respondo sin ánimos.

—¿Estás bien?—posa su mano sobre mi hombro. —Digo... No lo pareces—confiesa encogiéndose de hombros.

—Pues te equivocas, estoy mejor que nunca—miento.

—Si bueno... Tal vez si no te conociera te creería.

—Pues deberías creerme.

—¿Se trata de Rachelle?—pregunta ignorando mi último comentario.

—Mierda Chris—gruño. —¿Cómo lo sabes?—pregunto molesto.

—Ya te lo dije—se excusa. —Te conozco mejor que nadie—dice y concuerdo con él. Si algo había que aceptar era el hecho de que el me conocía mejor que nadie. Llevábamos años de conocernos ¿Cómo no iba a hacerlo?

—Bien—le miro. —La he cagado—escupo con molestia.

Sus ojos se abren de par en par y su boca se entreabre.

—¿Qué?...—me mira confuso. —Si pudieras decirme que fue lo que paso... Quizás podría comprenderlo mejor.

—Me acosté con Estella—suelto y su mirada se intensifica.

—¡¿Qué?!—grita molesto. —Pero ¡¿qué clase de mierda tienes en la cabeza?!—grita de nuevo.

—No lo sé—niego con la cabeza. —Soy un idiota ya deberías saberlo.

—Si. Lo sé—hace una pausa. —Y... ¿Rachelle sabe de esto?

—Ella me vio con Estella. 

Molesto golpea mi cabeza y frunce el ceño signo de frustración.

—¿Cómo esta ella?... ¿Ya hablaste con ella cierto?—pregunta sin apartar su mirada de un punto indefinido, está molesto y tiene toda la razón en estarlo.

—Lo intenté pero ella salió corriendo, fingió que no le importaba pero podía notar la decepción en sus ojos—digo dolido de sólo recordar lo fría que se había comportado, y la última mirada que me había dedicado.

—Si te diste cuenta que hiciste lo mismo que Joel ¿no?

—No me compares...

—Pues hiciste lo mismo ¿Qué esperabas?...

Bajo la mirada, tiene toda la razón.

—Y Estella... ¿Cómo está?

—Me parece que bien. No luce tan jodida como yo.

—En cambio Rachelle luce como la mierda. ¡Bien hecho hermano!—grita en modo de burla.

¿Es que acaso no se daba cuenta de lo mucho que dolía?

—Iré por algo de tomar ¿Quieres algo?—me mira. ¿Es que acaso no iba a darme esas palabras de aliento que tanto le caracterizaban?

—No. Gracias—sonrío.

Asiente con la cabeza y se marcha.

Cubro mi rostro con ambas manos, estoy cansado, no he dormido en toda la noche, todo me recordaba a ella.

—¡Erick!—dice una voz femenina a mi lado. Creó que sé de quién se trata y eso me jode. Su voz es irritante y está sentada a mi lado.
Ella se acerca hasta mí y deposita un beso muy cerca de mis labios. No digo nada pero tampoco es que me haya agradado.

—¡Margott!—digo fingiendo emoción.

Ella sonríe y me platica cosas acerca de cómo se la ha pasado, luce tranquila y relajada, y su voz no es tan irritante cuando está hablando. Incluso es bonita, no más que Rachelle por supuesto. Creó que comienza a agradarme.

—Entonces él intento golpearte—digo asombrado mientras vamos por el segundo shot de tequila.

—Así es—dice. —Por eso me mude hasta aquí—confiesa con la mirada gacha.

—En verdad odio a ese tipo—digo y ella asiente con la cabeza.

—Yo también... Supe que se mudó a México y conoció a una chica allá. Espero no le haya ido como a mí—suspira con pesadez. Baja la mirada y evita sollozar.

—¿Estás bien?—le cuestiono. Ella sólo acepta con la cabeza.

—Sí. Es sólo que recordé el infierno que viví a su lado—responde a sincerándose.

—¡Ven aquí!—le ordenó.

Ella me obedece y se abraza a mi cuerpo.  Entonces su teléfono le interrumpe y a gran velocidad responde a la llamada. Bebo el resto de mi bebida y la observo, ella sonríe con timidez y luego termina la llamada.

—Bueno es tarde, creó que debería irme.

—¡Espera!—le detengo. —Si quieres, yo podría llevarte—le miro esperando una respuesta.

—¿Estás seguro?—me mira. —Digo probablemente tengas cosas más importantes—me mira con comprensión.

—No. Por supuesto que puedo llevarte, sólo llamare a un taxi y te acompañare—me ofrezco amablemente.

—Vale—sonríe. —Pues muchas gracias Erick.

—No agradezcas... Sólo haré una llamada y el taxi estará aquí en menos de 15 minutos—digo caminando en dirección al balcón.

—Ya he llamado uno—me detiene ella, fue el que me ha llamado, ha dicho que ya está abajo—explica y sonrío.

—Mujer precavida....

Sólo ríe.

—¡DI ALGO CARAJO!—escucho gritar a alguien pero no logro distinguir la voz. Varios presentes observan el lugar de donde provienen los gritos y no puedo evitar sentir curiosidad. Lucho conmigo mismo hasta que decido ir detrás de Margott, le he prometido llevarla hasta su casa, no puedo quedarme a ver el show que quien sabe quién este ofreciendo. 

Rachelle.
Aún no logró procesarlo, mis manos y piernas tiemblan al igual que todo mi cuerpo y no he hecho otra cosa más que llorar sin parar un sólo segundo.

Las manos de Harv continúan alrededor mío, mientras que mi rostro descansa en su pecho y el suyo en mi cabeza.

¿Cómo puede ser que me haya encontrado después de todo?

Intenté zafarme de su agarre pero no pude, él era mil veces más fuerte que yo y eso me lo impidió.

—Miren quien está aquí—dice una voz detrás mío. Podría jurar haber escuchado esa voz antes.

Harv suelta de mi agarre y le observa con detenimiento.

—Estella vámonos de aquí, no es nada que te importe—suplica la voz de Stephanie, supongo se debía a la potente mirada que tenían encima.

—¿Por qué?—le mira Estella. —No te das cuenta... Es una zorra—se echa a reír.

"¿Cómo es que tenía el descaro de hablarme de esa manera cuando ella había metido con Erick?".

Harv se acerca a ellas de manera intimidante.

—Harv, por favor. Sólo déjalo estar—si algo se debía saber de él, era que su carácter siempre sería explosivo.

—Estella ¡Basta!—grita Stephanie halándola del brazo.

Me interpongo entre Harv y ellas y le dedico una sonrisa lo bastante natural que pude a Estella, Harv por su parte me atrajo hacia atrás de su cuerpo y entrelazo su mano con la mía, sacándome del lugar.

—Lo siento—susurra Stephanie cuando pasa por mi lado. Sólo le dedico una sonrisa y tomo de su mano como signo de comprensión.

Sigo el paso de Harv mientras busco con la mirada a alguien que pueda ayudarme.

Anna baila con Christopher contoneándose de un lado a otro con los ojos cerrados. Richard mantiene una charla con una chica en la cocina, Zabdiel se encuentra en una de las esquinas con su guitarra cantando una canción que trabajosamente logro distinguir como "Lay me down" de Sam Smith. Y Joel bueno él está sentado en el sofá riendo como un loco con Jane quién por supuesto ya había llegado. Ruego internamente a que uno de todos me mire pero parecen absortos a lo que sucede a su alrededor, están perdidos en su mundo.

Bajo la mirada sin esperanza alguna de que alguno me ayude cuando mi cuerpo ya está afuera, la puerta comienza a cerrarse, es todo. Se acabó.

***
Hola. Hola. ¿Cómo están todos?

¡Dios mío! No saben cuanto agradezco su apoyo. Los amo con toda mi vida.

Muchas gracias por todo.

–All the love

CIEN ( Erick Colón, CNCO )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora