Si algo odiaba Harry, eran las reuniones familiares en la casa Tomlinson, y no lo malinterpreten, adoraba a sus suegros, eran personas adorables.
Pero no se podía decir lo mismo de los hermanos de su esposo.
La casa estaba llena de adultos, adolescentes y niños los trescientos sesenta y cinco días del año. Johannah definitivamente debería buscar otro pasatiempo... o condones de buena calidad.
Charlotte, a la que todos llamaban Lottie, siempre ha estado obsesionada con Harry, y al rizado le parece horriblemente desesperante, porque vamos, primero: él era absoluta e irremediablemente gay, y segundo: ¡Está casado con su hermano mayor! Harry consideraba que la chica no tenía respeto por Louis, pero a este último no podría importarle menos, está acostumbrado a la actitud de su hermanita que a sus veintidós años aún tenía las hormonas de una niña de doce.
Felicité, todos la llamaban Fizzy, podría decir que era la que más le agradaba a Harry, sólo porque no hablaba casi en las reuniones ya que estaba demasiado ocupada en su celular haciendo quién sabe qué. Eso sí, que no abra la boca, porque sólo soltará comentarios sarcásticos y chistes hirientes sobre el cabello de Harry. Esa parte era la que menos le agradaba al rizado. Mejor que se quedara con sus auriculares puestos y siendo una amargada adolescente de diecisiete años.
Brad, simplemente Brad, un chico de quince años que aún no puede con el hecho de que su hermano mayor, el mejor hermano del mundo, según él, se haya casado con un idiota como lo es Harry Styles, cree que Harry es torpe, tonto e idiota, que va a romperle el corazón a su hermano y que es un incompetente, entre otras palabras, es como la suegra del infierno. Johannah era demasiado agradable.
Las gemelas Phoebe y Daisy, siempre haciendo preguntas completamente innecesarias, incómodas e incoherentes. Tenían doce años y hacían preguntas como que quién era el pasivo de la relación. ¡Jesús! ¿Por qué preguntan eso? No es de su incumbencia.
Y para finaliza con la larga lista de hijos, estaban los mellizos Ernest y Doris, tenían cinco años y no hacían más que joder correteando por toda la casa, como cualquier niño de cinco años claro.
-¿A qué se debe esta reunión, Lou?- preguntó Harry mientras veía a la carretera y suspiraba.
-Mamá nos quiere presentar a su nuevo novio.- explica mientras arregla su flequillo en el espejo lateral.
-¡¿Nuevo?!- exclamó -¿Y qué pasó con Mark?-
Louis ríe al ver el rostro de su esposo -Terminaron hace unos meses. Ya te lo había dicho.-
Frunció el ceño -No lo recuerdo.- pero luego sonrió ante el pensamiento que le vino a la mente -¿Cuántos más suegros tendré que tener? Mark era mi favorito.-
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-¡Hola, Harry! ¿Nos trajiste algún regalo?- preguntaron Phoebe y Daisy al mismo tiempo.
-Traje algunos dulces.- sacó de su bolsillo dos bolsas de gomitas -Tomen, pequeñas.-
-¡Harry! ¿Cómo estás, bombón?- preguntó Lottie en tono meloso, el rizado colocó cara de disgusto.
-Estoy bien, Charlotte.- en ese momento vio a Fizzy -¿Qué tal, Fizzy?-
-¿Aún no te has lavado el cabello?- preguntó con su semblante serio como siempre.
Harry suspiró -Sí, ya lo he hecho.-
-¡Pero si llegó el más idiota del mundo!- exclamó Brad que estaba parado frente a las escaleras.
El rizado caminó rodando los ojos ante aquella bienvenida tan poco cálida por parte de su cuñado, ese niño tenía problemas, serios problemas. Pero lamentablemente no notó aquellos carritos de juguete que estaban esparcidos por el suelo, los pisó y lo hicieron caer al suelo golpeando fuertemente su trasero.
-¡Auch! Demonios.- masculló mientras intentaba levantarse. Louis presenció todo y solamente pudo reír -Oye, no te rías, me duele el culo.-
Levantó la ceja y sonrió de forma socarrona -¿Ah sí?-
-Calma, vaquero.- sonrió al levantarse y fue hasta donde estaba su esposo, posó sus manos en su cintura y se acercó para besar sus labios cuando repentinamente fue atacado por unos proyectiles. Se giró para ver quién estaba atacándolo y no se sorprendió en nada al ver a Brad con una pistola de balines, ¿Acaso no estaba grande para esos juguetes? -Acabas de interrumpir un momento entre mí esposo y y yo.-
-Tu interrumpiste mi felicidad el día que entraste por esa puerta por primera vez.- el chiquillo se cruzó de brazos pero luego se retiró sin decir nada.
-¡Dios! ¿Por qué nunca le dices nada?- preguntó Harry con el ceño fruncido claramente molesto.
Louis rodó los ojos -Es sólo un niño, Harry. Está celoso.-
-¿Un niño?- bufó -Tiene quince años, debería madurar un poco.- en ese momento pasó Lottie por el pasillo y le proporcionó una nalgada a Harry, Louis rió -¿Ves? No les dices nada a tus hermanos, ellos no me respetan. ¡Charlotte no debería darme nalgadas! ¡Brad no debería atacarme una pistola de balines y las gemelas no deberían verme como papá Noel!-
Louis frunció el ceño -Pues si tanto te molesta, ¿Por qué no te vas?-
Harry le miró fijamente -Pues eso haré.-
Y comenzó a caminar hasta la puerta de entrada, dispuesto a irse a casa no sin antes haber pasado por un Subway ya que tenía un hambre de perros.
-Harry.- le llamó su esposo -Si te vas, no dormirás en casa esta noche.- advirtió.
Le sonrió cínicamente -No podría importarme menos.-
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Me sentí con ánimos de escribir:) me gusta mucho esta historia en realidad.
¿Cuál ha sido su tramoya (problema) favorito hasta ahora?
Se supone que debería estar haciendo tareas pero yolo chamxs jajajajajaja
Bueno, les digo bye bye chao sayonara (si escucharon la canción espero que lo hayan leído cantando)
- Fer xx
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Expediente #505: Un matrimonio fallido [Larry Stylinson] {{TERMINADA}}
FanficDespués de diez años de matrimonio, Harry y Louis ya no son los mismos. Sus discusiones son constantes y no se soportan ni un minuto más, todo está perdido. A veces hace falta más que amor para mantener viva una relación.