Sin importarme nada más que hacer volver a Justin subo al cuarto de Johnny y le digo que iré rápido a la tienda, después me pongo tenis y salgo de la casa.
Ignorando que debería estar en reposo y no debería correr en dos semanas empiezo a trotar por la banqueta, primero a paso lento, luego normal, después voy tan rápido que ya estoy corriendo. El aire me revuelve el cabello y por ese motivo lo recogí en una coleta, mi herida cubierta por la venda punza pero no me importa, el cielo está extrañamente despejado, continúo pasando y pasando cuadras hasta que lo siento. Mi piel quemando reaparece, la presión extraña se ejerce sobre mí pero no me detiene, sólo me avisa que está aquí. Volteo a mis alrededores pero sólo veo casas y arbustos, no veo la silueta oscura pero a pesar de ello sé que está observándome.
Es justo lo que Justin me dijo sobre no salir a correr o me encontraría… y lo ha hecho.
Apresuro mi paso y cada vez siento más picazón en la piel, de pronto siento que alguien corre atrás de mí pero al voltear no hay nadie, la proximidad de esa persona me aterra como siempre lo hace. Doblo en la siguiente calle y es entonces cuando lo veo. En medio de la banqueta está parado él, es el mismo hombre de negro que estaba en mi habitación mientras Justin me protegía en el armario, no alcanzo a ver su rostro ya que está demasiado lejos pero sus ojos son tan oscuros como la primera vez, la sensación de pánico llega rápidamente a mí y me doy la vuelta de nuevo.
Con mi corazón totalmente acelerado empiezo a correr a una velocidad que resulta impresionante hasta para mí, no puedo borrar la imagen de él de mi mente, lo siento detrás de mí pero cada que volteo lo único que veo son sombras desvanecerse de un lado para otro, trato de mantener mi vista hacia el frente pero siento el nudo en mi garganta crecer y crecer, la presión aumenta en mi espalda como si eso estuviera tratando de tocarme, quiero gritar pero la voz no sale de mi boca, visualizo mi casa a varios metros de distancia pero no logro llegar a ella.
Mi cuerpo se detiene firmemente incapaz de continuar, el terror me invade porque sé que me ha atrapado, es como si todos mis vecinos se hubieran esfumado porque no hay nadie afuera de sus casas, en ese momento no puedo hacer nada más que permanecer quieta y sollozar. Cuando una lágrima rueda por mi mejilla cierro mis ojos y me doy cuenta de lo estúpida que fui al querer sentir miedo real sólo para que Justin volviera.
De pronto escucho pasos lentos que caminan detrás de mí, trago saliva porque sé que es ese ser oscuro del que Justin me advirtió, tengo tanto miedo que apenas puedo respirar. Los pasos se detienen justo en mi espalda y la presión de mi cuerpo se siente diferente, ahora es más suave pero igual de inquietante.
—No puedo creer lo que hiciste. —Es la voz de Justin y en ese momento siento como si todo mi cuerpo se aliviara y mis pulmones recobraran el aire perdido.
Pasa una mano por mi cintura y abraza todo mi estómago, mi vientre hormiguea y mi garganta se recupera del dolor, me pega contra su torso y aspira fuerte contra mi oreja antes de pegar su boca allí. —Alguien viene, no abras los ojos porque te llevaré a otro lugar.
Justo cuando lo dice mis ojos se cierran y creo que aunque quisiera es imposible abrirlos.
Caigo de la soga invisible como ya lo he hecho antes, todo el aire impacta en mi cuerpo y me mantiene por encima de la gravedad, la profundidad en la que caigo no es definida porque parece no tener fondo, mi cuerpo es como una pequeña piedra que avientan al vacío. Cuando la oscuridad termina y salgo de la inquietante sensación de estar girando y cayendo al mismo tiempo, aspiro un olor fresco, natural, casi a tierra mojada. Sólo un segundo antes de permitirme hablar, él me roba la palabra.
—Mi refugio. —Avisa, y ya no tengo la necesidad de preguntar nada.
El lugar es iluminado por la brillante luz de luna llena, y entonces entro en pánico.