Capitulo 41.

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El aire se convierte en una fuerte presión que se extiende en cada rincón de mi casa y no sé realmente si soy la única que lo siente o ellos también pueden. Hay un momento de sorpresa seguido de la voz de mamá:

— ¿Ronald? Creo que fue un circuito. —le dice a mi tío. 

— ¿Mamá? Esto no me gusta. —dice Carl desde algún lugar de la sala.

— ¿Qué pasó? —la voz de mi tía Carter suena muy cerca de mí y trato de acercarme desde mi posición.

—Todo mundo tranquilo, está nevando y seguro fue la caja de fusiles. Saldré a revisar. —informa Ronald.

— ¡No, no, no! —grito. No sé si todos voltean a verme porque no los veo pero me desespero por encontrar el cuerpo de mamá. 

— ¿Mer, todo bien? —pregunta mamá confundida.

Busco su voz dando pasos hacia adelante y cuando toco su cuerpo me siento tan aliviada que doy una larga bocanada de aire. La presión cada vez es más fuerte y es como si el puro aire golpeara sobre mi piel y se negara a marcharse. 

— ¿Sienten eso? ¿Todos sienten eso? —mi voz está horrorizada.

— ¿Sentir qué? —pregunta Bryan sin entender. 

—Sólo es oscuridad, no tengas miedo cariño. —me tranquiliza mi abuela desde algún lugar muy cerca. 

—Ahora vuelvo. —avisa Ronald mientras sus botas retumban sobre la loseta hacia la puerta.

— ¡No salgas, nadie puede salir! —corro hacia la puerta y me posiciono con los brazos abiertos frente a ella. Alcanzo a notar los ojos de mi tío entrecerrarse con extrañeza.

—Sobrina, déjame pasar. —solicita.

— ¡No! —mi garganta arde. Me desespera el hecho de no poder decirles lo que realmente sucede y aún más saber que él está ahí afuera esperándonos.

— ¡Mer, quítate de ahí ahora mismo! —grita mamá acercándose a nosotros. Me resisto a apartarme y mi tío Ronald me empuja, su fuerza es claramente superior a la mía y sólo le toma un par de segundos quitarme de su camino. 

— ¡Por favor, no salgas, no salgas! —estoy aterrada y desesperada. Mis ojos se llenan de lágrimas y miedo, la presión que se apodera del aire difumina aún más mi visión por ver al menos la más mínima sombra. Ronald me ignora y gira la perilla con tranquilidad pero ésta no se abre. 

— ¿Qué? —dice confundido. Gira una y otra vez con fuerza y falla, la perilla no cede a sus jalones y él entra en un estado de desesperación. —Está atascada. Carajo, no abre. 

—Ve a la de atrás. —Deina sugiere.

— ¡Por el amor de Dios, nadie salga! —probablemente es el grito más fuerte que ha salido de mi boca. 

—Meredith, estás asustando a todos, deja ya de bromear. —advierte mi madre. 

Siento los pasos de mi tío alejarse y sé que va hacia la puerta de atrás, inútilmente. Voy a responderle a mi madre pero un silencio enorme abunda la estancia, me pongo rígida cuando siento una presencia no perteneciente a nuestra familia aquí. Mi cuerpo deja de responder y yo de respirar cuando mis ojos captan una sombra rápidamente emerger desde la oscuridad de un lado para otro, se manifiesta desde el suelo y luego se personifica como el hombre que vi afuera junto a la silueta lejana de mi hermano. El miedo que surge desde mi interior se atora en mi garganta cuando quiero gritar, los focos parpadean dos veces como si fueran a explotar y alcanzo a visualizar la imagen más aterradora de mi vida.

— ¡Ahhh! 

El grito desgarrador proveniente de Johnny nos aturde a todos, un ruido potente le hace compañía y el BIP se extiende en mis oídos con fiereza, cuando las luces vuelven a parpadear veo el cuerpo de mi hermano azotar contra el suelo y ser arrastrado hacia atrás por el ser oscuro. 

— ¡Johnny!

No sólo es la voz de mamá, son todos a mi alrededor que gritan desesperados su nombre e intentan atraparlo entre la imponente oscuridad, por más que quiero moverme no puedo y el aire va abandonando mi sistema con rapidez y sin permitirme reaccionar, esto es lo que siempre he sentido cuando ese hombre está cerca y me asfixio como si sus propias manos presionaran fuerte sobre mi cuello. El dolor combinado con el ardor se extiende desde mis entrañas hasta la cima de mi boca, no hay nada que yo pueda hacer para moverme y mis rodillas se doblan como hule haciéndome caer al suelo indefensa.

Todo es negro frente a mí y veo las sombras corriendo para todos lados, mi familia gritando desesperadamente el nombre de mi hermano menor que acaba de ser secuestrado. Nadie se fija en mí que soy cada vez más invisible y débil, no puedo hablar para pedir ayuda ni moverme, mi cuerpo tiembla, tiembla y vuelve a temblar, estoy atascada con mi propia saliva y la sangre hierve a cien grados en mi cabeza, mis manos vibran frenéticamente y mi cuerpo se sacude en el suelo, quedo boca arriba mientras mis labios se secan y se parten, de repente siento golpes en mis brazos y en mis piernas, mi voz sigue atorándose con cada intento y cada parte de mi cuerpo es inservible y sin refuerzos.

Me contraigo una vez más y luego la luz regresa, parpadeo dificultosamente mientras el dolor sigue anudándome a él, pronto siento a todos correr hacia mí y exclamar asustados mi nombre.

— ¡Levántenla, levántenla! —grita Ronald, y cuando cuatro manos se posan en mi cuerpo y me alzan soy aún más débil de lo que era antes, me acuestan en el sillón y todos me evalúan con susto, lágrimas corren de las mejillas de mi madre.

— ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Quién hizo esto?! ¡¿Qué demonios está pasando?! —está aterrada cuando me abraza y me presiona contra su cuerpo, toca mi frente y luego mis labios que tienen cortes y me arden. 

— ¡Busquen a Johnny, llamen a una ambulancia! —grita Deina sin poder asimilar mi estado físico, me gustaría poder explicarles qué fue pero ni yo misma tengo el conocimiento necesario, aún respiro entrecortadamente y mi abuelo George llega corriendo con un vaso de agua, mamá lo coloca en mi boca y me obliga a beberlo, el líquido se desliza por mi garganta e inmediatamente me rasga la piel interior y me quema como si fuera un encendedor, la escupo y grito aterrorizada por la espantosa sensación que me provoca, todos jadean asustados cuando ven que escupo hasta la última gota.

— ¡Hija, hija! —mamá llora descontroladamente. — ¡Maldita sea, la puta ambulancia! 

Y logro ver a mi tía Carter temblar mientras presiona números sobre el teléfono antes de que todo se vuelva oscuridad y me pierda en un profundo sueño sin color.

Twitter: @biebaslovers

Desde el más allá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora