Empujo a Justin por el pecho apenas escucho la voz de mi hermano y me doy media vuelta encontrándome con Johnny parado en medio de las escaleras. Siento mi cara completamente ruborizada y gruño en mis adentros, ¿Ahora qué demonios le diré? Mi corazón aún late frenéticamente por la proximidad de nuestros labios hace apenas tres segundos. Estuvimos a punto… ¡Agh! Odio mi vida.
— ¿Es tu novio? —Pregunta Johnny arqueando una ceja. Yo voy a negar con la cabeza y a responder pero de pronto no puedo hacer ninguna de las dos cosas.
—Si. —Dice Justin sin problema detrás de mí. Me abraza por el hombro y quiero moverme, gritar que es mentira y después golpearlo por decirle eso a mi hermano pero no me lo permite. ¡Odio que me manipule de esta forma! Es desesperante, frustrante, demasiado molesto para soportarlo.
—Oh. —Dice Johnny asintiendo con la cabeza. — ¿Por qué mamá no lo sabe? —Pregunta.
Maldita sea, se lo dirá. No me cabe la menor duda de eso. Trago saliva y aún no puedo moverme ni responder, esa presión está sobre mi cuerpo y es provocada por nada más ni nada menos que el señor superpoderoso a mi lado.
—Lo que pasa es que comenzamos a andar apenas hace un minuto antes de que llegaras. —explica Justin con total normalidad. ¡Maldito, suéltame ya y déjame hablar!
— ¿Y cuántos años tienes? ¿Estudias o trabajas? —Inquiere Johnny. ¡Agh! ¿Necesita saberlo? ¡Tiene doce años! No es como el típico hermano mayor celoso, es menor y no debería ser celoso ni una sola vez en su vida. ¡No debería! Creo que nunca había estado tan enojada.
—Voy con tu hermana en su escuela, tengo su edad. —Miente Justin, y al menos le agradezco por eso. — ¿Puedo saber qué le pasó a tu brazo?
La expresión de Johnny cambia radicalmente ante la pregunta de Justin. Parece preocupado, asustado… demasiado asustado. ¿Asustado porque su equipo de fútbol le cayó encima y le rompió el brazo? No lo creo. Hay algo más allí.
—Un accidente mientras jugaba fútbol americano. —Le explica a Justin con las palabras apenas claras, pero por la expresión de él creo que no se lo ha tragado al igual que yo. — ¿Cómo te llamas y cuales son tus intenciones con mi hermana?
¿Es enserio? ¿Escuché bien? ¿Mi hermano Johnny de doce años preguntándole a mi novio falso cuales son sus intenciones conmigo? ¡Esto es más vergonzoso que todos los desastres que cometí en Grand Avenue! Johnny jamás se había preocupado por cuántos novios, citas y rompimientos he tenido.
¿Por qué lo hace ahora, y justamente con alguien como Justin? definitivamente soy la reina de la mala suerte. Tal vez sea porque ya está creciendo, pero, ¡Dios mío! Sigue siendo mi vida, no debería meterse. Papá sí, él no. Cada vez siento más coraje en mis venas por la maldita presión que me impide hablar. Toda mi piel arde, casi puedo jurar que es literal. Esta es una conversación entre ellos dos y estoy absolutamente excluida. Valla mierda.
—Justin Bieber. —Responde Justin. Baja su brazo de mi hombro y lo rodea por mi cintura acariciándome suavemente con su mano. Eso me provoca un inevitable y delicioso escalofrío. Agh… maldito seas. —Te voy a ser sincero, amigo. Mis intenciones son claras y firmes desde que la vi por primera vez. Tu hermana es la mujer más bella que he visto, capturó toda mi atención y me hizo recordar lo que es la debilidad. Estoy con ella para protegerla de todo así me cueste implicar hasta la última gota de mi energía para salvarla de cualquier mal. La quiero mucho y estoy seguro de que no sabe cuánto. —Me mira por un momento y sólo esa mirada me hace temblar. Nunca había sentido mis latidos tan fuertes en toda mi vida. Sé que está mintiendo… ¿O no? Trago saliva cada que habla, no sé qué pensar, no sé a donde voltear. —El tiempo que esté con ella lo haré valer la pena. ¿Eso es suficiente para ti? Porque podría darte muchas razones más del porqué la quiero. Podría decir que mi amor por ella es sobrenatural… —Sonríe, y ya sé a qué se refiere. —O ella preferiría “Superpoderoso”…
Su sonrisa se amplía y aprieta más mi cintura.
Santa madre de Dios.
Mi estómago nunca se había sentido tan hormigueado, mis latidos nunca tan fuertes, mi cara nunca tan ruborizada. ¿Qué está haciéndome? Volteo a verlo y casi puedo jurar que sus ojos brillan más resplandecientes que el mismísimo Sol. ¿Está emocionado, está diciendo la verdad o sólo son mentiras y más mentiras hacia mi hermano? Tengo tantas malditas dudas y no he podido pronunciar ni una sola palabra. Johnny simplemente asiente con la cabeza, termina de bajar las escaleras y estira su mano libre hacia él.
—Bienvenido a la familia. —Dice, e inmediatamente recibe la de Justin. Se aprietan amigablemente el uno al otro mientras se sonríen.
—Gracias.
—Estaré arriba. —finaliza Johnny volviendo por donde llegó. — ¿Y tú, te comió la lengua el gato?
Esa última pregunta fue dirigida hacia mí. Si hermano, un gato llamado Justin.
Johnny se pierde en el último escalón y luego se escucha la puerta de su habitación abrirse y cerrarse. Un segundo después la presión desaparece de mi cuerpo y de mi garganta, mi piel se siente normal de nuevo pero estoy tan enojada que aún me quema.
Me volteo directamente hacia Justin para reclamarle pero ya no está. ¡No! Por supuesto… escapó antes de recibir su paliza. Oh, pero si piensa que esto se quedará así está muy pero muy equivocado. En este momento lo haré volver de cualquier forma… aún si eso implica tener que sentir miedo REAL.
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