Justin se separa de mi cuerpo y entro en un horrible pánico. No veo absolutamente nada y todo es absoluto silencio.
—No, Justin. —ruego jalándolo hacia mí otra vez. La intensa electricidad invade mi piel deslizando fugaces escalofríos por mis venas.
—Ponte tu ropa. —susurra refiriéndose a mi bufanda y mi chaqueta. Sin pensarlo dos veces lo hago y lo siento cerca de mí ponerse su camisa de vuelta. —Espera. —pide, y al instante se aleja de mí dando pasos hacia atrás.
Mi corazón bombea la sangre a una velocidad sobrepasada, mi piel se eriza cada vez más y empiezo a respirar entrecortadamente. A los tres segundos las luces regresan pero son débiles a diferencia de cómo estaban antes. Justin está parado a unos metros de mí y tiene sus ojos cerrados, sus pómulos y su mandíbula se aprietan fuerte en su rostro, sus puños están cerrados y sus labios presionados. Me bajo de la mesa de un brinco y Justin abre los ojos. —No te muevas. —me ordena y me quedo quieta.
De pronto las luces empiezan a bajar y bajar de luminosidad, Justin mira hacia arriba y respira agitadamente como si tratara de controlarlas, cuando veo que sus esfuerzos no resultan como él quiere me doy cuenta de que ese ser oscuro lo supera en poder, cada vez es más oscuro y parpadeante que brillante, mi sistema respiratorio empieza a padecer escases de aire, luego la electricidad en mi piel aumenta y aumenta, entonces no puedo moverme y me quedo sin aire.
—Jus… —no puedo hablar. Algo me detiene presionando todo mi cuerpo y ahorcando mi garganta, el recuerdo de las marcas rojas en mi cuello aquella noche en mi habitación me atormenta, esto se siente exactamente igual y sé que no es Justin el que lo hace.
Quiero gritar pero no puedo, algo se acerca a mí por detrás y Justin no lo ve, sigue concentrado en encender las luces. La presión en mi cuello sube a cada segundo, se vuelve insoportable y siento que me estoy ahogando, no tengo aire, realmente no tengo aire y estoy a punto de desmayarme. Mi vista se vuelve borrosa pero no me caigo, algo me sostiene y luego se pega a mi espalda.
Lo siento… es una persona, es ese hombre oscuro recargado en mi cuerpo, siento su respiración chocar suavemente contra mi pelo y los escalofríos se vuelven imparables, mis articulaciones dejan de responder y pierdo cualquier rastro de fuerza presente, soy totalmente dependiente de él ahora. Antes de que mis ojos se cierren veo que Justin se gira hacia mí, me mira y el impacto en su expresión aparece, corre en mi dirección y es cuando eso me suelta.
Caigo al suelo y doy una bocanada de aire sumamente profunda, mi cuerpo tiembla frenéticamente y trato de recuperar mi respiración, escucho los pasos de Justin recorrer todo el laboratorio, luego escucho vidrios quebrándose, son muchos, muchos vidrios, luego bancos cayéndose, cada ruido me aturde y me sobresalta, aún no puedo respirar, inhalo y exhalo y los vidrios se quiebran otra vez, intento ver algo pero mi vista tarda en volver, primero son cuadros negros que van volviéndose luz lentamente, mi pecho duele como nunca y mi cuerpo sigue temblando como si fuera epiléptica.
Inclino mi cuerpo hacia a un lado y trato de pararme pero no puedo, apenas siento un leve movimiento de mis piernas. Con mis ojos abiertos por fin logro ver pero todo lo que noto son las luces prendiéndose y apagándose, parpadean encandilándome por completo, junto a mí en el suelo hay vidrios tal como lo escuché, intento ver más y me volteo hacia el otro lado, es entonces cuando veo a Justin luchar contra una silueta negra que se desvanece cada dos segundos, mi cuerpo tiembla pero ahora es por el miedo y no por la falta de aire, cierro un momento mis ojos y cuando los vuelvo a abrir veo a Justin elevado hasta el techo, el pánico me carcome y por fin logro ponerme a gatas pero ni así puedo levantarme, no entiendo porqué no tengo fuerzas, mi respiración vuelve y se va, la bilis en mi garganta es dolorosa y asfixiante, las lágrimas en mis ojos me impiden ver claramente lo que está sucediendo, de pronto hay más vidrios rompiéndose, me vuelvo a tirar al suelo y me tapo las orejas porque un BIP daña mis oídos y siento que me romperá el tímpano, el ruido es insoportable y no para, grito porque el dolor me está matando, segundos después se detiene pero cuando me descubro las orejas veo que mis manos están llenas de sangre.
Alzo mi cabeza y veo pero no escucho nada, estoy llorando y sintiendo un miedo que jamás había sentido porque no veo a Justin, esa sombra aparece y desaparece por todos lados y luego el piso retumba debajo de mí.
Primero vibra y luego empieza a temblar, todo se mueve de un lado para otro y me cubro la cabeza con las manos, me meto debajo de una mesa y suplico por sobrevivir. No escucho aún pero todo es movimientos y sacudidas, las luces de nuevo se apagan y después unas manos abrazan mi cuerpo y lo siguiente que siento es la caída al vacío sin fondo.
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Una especie de cosquilleo hace presencia en mis oídos y me hace despertar. Abro los ojos y estoy acostada en mi cama, en mi habitación. Dirijo una de mis manos hacia mi oreja y la toco, siento un algodón ahí y cuando me lo voy a quitar Justin aparece sentado a mi lado.
—Ni se te ocurra. —dice, y siento un gran alivio al poder escucharlo. Aparta mi mano de mi oreja y me la sujeta contra la suya. — ¿Puedes oírme bien?
Asiento con la cabeza y él suspira profundamente como si hubiera estado conteniendo ese aire por mucho tiempo. Acaricia suavemente mis nudillos y luego besa uno por uno sin dejar de mirarme. Mi estómago hormiguea pero mi mente sigue muy confundida.
— ¿Qué… pasó? —pregunto apenas audible.
—Eso no importa ahora. —dice secamente. —Lo que importa es que tu equipo ganó en la competencia. Veinte puntos a dieciséis. ¿No es increíble? —parece emocionado, pero esa emoción no se refleja en su mirada.
—Valla. —susurro. —Lo lograron.
Él asiente y luego tocan a mi puerta. Yo volteo pero él no.
—Tienes visitas.
Se levanta y camina hacia la puerta. Ni siquiera me da tiempo de preguntar, la abre y ahí aparece Roger vestido tal cual iba en el gimnasio. Entreabro los labios y los observo a ambos, Justin asiente con la cabeza hacia él, Roger le devuelve el asentimiento con una muy leve sonrisa y luego mi novio sale del cuarto. Frunzo el ceño… ¿Se conocen? ¿Ya habían hablado? ¿Por qué se hacen señas? Justin cierra la puerta cuando se va y Roger se queda parado observándome desde su puesto.
—A pesar de que ganaron Los Rangers tú fuiste el centro de atención. —dice mientras camina hacia mí, y definitivamente tengo demasiadas preguntas para él.
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