Capítulo 52: Sabotaje

2.7K 193 58
                                    

Anna

-Ajá, y en lugar de esa comida tan elegante que siempre se sirve, Shang y yo escogimos un bar de pizza, alitas de pollo y pasta. Y hay una barra de helado-Dice Mulán al teléfono. Creo que a su madre.

Ya casi no falta nada para la boda de los jefes. Todos estamos demasiado nerviosos y emocionados.

Mulán iba a llegar a la misa en una limosina que rentamos, y de ahí, a un salón con muchísimas flores como decoración. El pastel era de chocolate, con un dragón pintado. Habíamos contratado a unos músicos muy buenos, pero no los que yo quería.

-Anna, por última vez, Maroon V no se va a presentar en la boda de Mulán, supéralo-Dice mi hermana desde un sillón.

-En Sugar llegaban a bodas de la nada-Digo yo.

-¿Se lo explicamos a "modo arruina infancia" o "modo sutil?-Pregunta Hiro.

-Era un video, con guión, nada más. No eran bodas reales. Supéralo-Exclama Mérida. Rayos, lo hicieron a Modo Arruina Infancia.

-¡EXIJO SABER DÓNDE DEMONIOS ESTÁ EL HELADO!-Grita Mulán desde la cocina.

-En el congelador debajo de la bolsa de brócoli-Murmura Pocahontas.

Lo que sí es que el embarazo tenía a Mulán bastante bipolar. Un momento estaba llorando desconsoladamente porque se acabó el helado, al otro está furiosa porque una mosca se paró en la mesita, y después estaba súper feliz, porque encontró una galleta en él mostrador de la cocina. Todos cargábamos a todos lados pañuelos, galletas y almohadas para que las golpeara, y no a nosotros.

Shang también estaba cansado. Los antojos de Mulán lo obligaban a pararse a las 4 de la mañana a recorrer la ciudad entera en busca de pastel para Mulán, porque le dio un antojito. A este paso el vestido no le va a quedar para la boda.

Había una larguísima lista de invitados, entre los que estaba media universidad. La boda era un tema demasiado mencionado, porque francamente era un evento fabuloso.

Mulán nos había llevado dos veces en busca de un vestido (tuvo que devolver el primero porque su pancita ya no la dejaba usarlo) y había gastado casi casi lo que cuesta la mensualidad en la universidad en un vestido que iba a usar un día nada más.

Había que hacer una última prueba del vestido, la cual Mulán decidió hacer dos días previos a la boda. Llegamos a la casa de novias, sólo las niñas (los cobardes de los hombres dijeron que les aburría demasiado) y nos sentamos a esperarlo.

-Señorita Fa, aquí está su vestido-Dice la empleada de la tienda dejando en el regazo la funda del vestido.

Feliz, Mulán comienza a abrir la funda...y sale volando un trozo de tela blanca. Confundida, Mulán abre la funda por completo, y notamos que el vestido está completamente destrozado. Hay pedazos de tela blanca volando por todo el lugar. La empleada salió corriendo en busca de  la encargada. Mulán empezó a llorar.

Alcancé a agarrar uno de los pedacitos voladores, y vi una pequeña corona dorada pintada con plumón metálico.

-Creo que sé qué fue lo que sucedió-Digo enseñándoles el pedazo de tela. Mulán, enojada, rompe el pedazo con la corona. Examina el vestido, y de pronto dice:

-Este no era mi vestido.

Es cierto. La tela no es la misma, ni los adornos. La encargada llega con un vestido.

-Querida, tranquila. Le pusimos la funda incorrecta a tu vestido. El vestido que rompieron era uno de liquidación. Este es el tuyo-Dice la encargada dándole a Mulán el vestido correcto.

El vestido correcto estaba intacto. Felices de la vida, nos lo llevamos a la casa. Ya con todo preparado, y los hombres en la casa, los sentamos en las mesas de la cocina.

-Golden Crowns intentó destruir el vestido de Mulán-Dice Mérida.

-¿Y no pudieron?-Pregunta Kris.

-No. Gracias a un error de la empleada el vestido se salvó-Digo yo.

-Y entonces, ¿quieres que le diga a mi padre?-Preguntó Alice.

-No. Vamos a luchar contra Crowns como siempre lo hemos hecho: por nuestra cuenta-Dice Mulán dejando el vestido colgado en el armario de la entrada.

La noche anterior a la boda, eran las despedidas de soltero y soltera. Shang se fue a jugar bolos con los chicos (mandamos a Baymax a vigilarlos y asegurarnos de que eso hicieron) y nosotras decidimos tener una sesión de spa en la casa.

Mientras estábamos acostadas con una mascarilla de quién sabe qué demonios, llamaron a Mulán. Habían cancelado la orden de sus flores la noche anterior, y querían saber cómo sería su reembolso.

-Yo no las cancelé. Por favor mande los arreglos-Pidió ella calmada. Ya se la esperaba de Crowns.

Escuché entonces, que ya no habían ordenado las flores, y que no había manera de hacer los adornos. Mulán se puso de pie velozmente, y los pepinos de sus ojos salieron volando, aterrizando en la cabeza del conejo de Alice. Sven y Miko comenzaron a comerse los pepinos. La encargada le explicó que podían hacerle los adornos con algunas flores que habían sobrado de otros adornos, que sería mucho más barato, pero que no serían las mismas flores que había ordenado.

Mulán accedió, y simplemente se apretó el puente de la nariz.

-Ya, tranquila. Le va a hacer daño al pequeño dumbling si te estresas demasiado-Dice Mérida, que se está comiendo los pepinos, y la mascarilla.

-Estoy tranquila, dentro de lo que cabe. Pero ya no sé si van a ponerle veneno para rata al pastel, o explosivos a los anillos-Menciona ella mientras le da una palmadita a Pequeño Dumbling.

-No lo harán, tranquila-Dice Elsa.

Shang

-Ya sabes Baymax, si las mujeres preguntan...

-Fuimos a misa después de los bolos, y de ahí fuimos a darle sopa a los indigentes, y de ahí fuimos a repartir mantas a un refugio de perritos-Repite Baymax mientras asiente.

Por supuesto que no íbamos a los bolos. Era mi despedida de soltero. Merecía algo mil veces mejor que ir al boliche. Todos llevábamos planeando meses esta salida, y hasta vimos la manera de meter disimuladamente a Hirito al lugar al que iríamos. Subimos al auto, y de pronto ya estábamos enfrente del local. Bajamos muy emocionados, y entramos al lugar con el que tanto habíamos fantaseado: El Arcade Súper Extremo. Jejeje, ya sé lo que estaban pensando...pillos.

Entramos escondiendo a Hiro (las entradas estaban caras) y nos pusimos a jugar como locos. Estábamos en medio de un frenesí causado por el consumo inmoderado de dulces y bebidas energéticas, y maquinitas de videojuegos. Salimos del arcade felices de la vida, a las dos de la mañana, cargando premios.

Llegué a la casa, y noté que los trajes de los chicos estaban colgados en las puertas, con las corbatas de los colores de los vestidos. Alcancé a ver el ramo de Mulán en un jarrón en la cocina. Subí a la habitación de mi futura esposa, y la vi durmiendo, con Hermanito al lado. Le di un beso en la frente, y le dije:

-Ustedes dos son lo mejor que me ha pasado.

Ella sonrió, pero no se despertó. Le subí la cobija y me fui a dormir a mi cuarto.

Disney UniversityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora