EL CLUB constaba de tres niveles y miles de luces. Nada más entrar estaba la parte de abajo que era inmensa, y tanto a derecha como a izquierda se erguían los otros dos niveles que se comunicaban entre sí por medio de una pasarela generalmente llena a rebosar de gente, esta pasarela estaba al final del todo rozando la pared final. Encima de esta estaba la cabina del disk-jockey que era íntegramente transparente y desprendía una luz azul. Era casi surrealista.
Debajo de la pasarela había una barra, otra en cada nivel superior y dos más abajo. Las escaleras de subida estaban a ambos lados de la pista, que ocupaba casi íntegramente la parte de abajo. Los baños estaban detrás de las escaleras de subida, y eran mis baños preferidos. Tenían un amplio lavabo de mármol que era suficiente para poder dejar el bolso allí encima y sacar las pinturas y pintarte cómodamente. Además la luminosidad dentro de allí era la necesaria, la justa, ni muy realista, ni poca. El local en si fuera de los baños, estaba iluminado como cualquier discoteca, pero el espectáculo de luz era impresionante, era algo fuera de lo normal. Pero aun con tanto foco no se veía demasiado.
Pasamos directamente a los baños entre las miles de personas que había allí dentro. Pude divisar a varios conocidos, entre otros al maldito Jaime. Jaime era amigo también de Mario y era un ser despreciable, me había empezado a coger manía y yo no sabía por qué. Al principio intentaba hacerme la maja, pero como no daba resultado opté por tomar la misma postura que el. Jaime era alto, de hombros anchos, de piel naturalmente morena, el pelo negro, ni corto ni largo y ligeramente despeinado, y aunque me cueste reconocerlo ,impecablemente despeinado, no lo tenía liso, tan solo ligeramente ondulado. Tenía los ojos negros, y largas pestañas, los labios llenos y la forma de la cara muy marcada. Creo que me hubiera parecido guapo si no le hubiese aborrecido tanto. Era irritante e insoportable.
En el baño, dentro nos arreglábamos un poco, y nos reíamos de los pobres Nacho y José:
- Tía somos unas zorras, pobres.
- Si la verdad es que somos muy crueles.
- Mirad esos tíos estarán empalmados para el resto de sus días porque en su vida soñaron enrollarse a unas tías como vosotras, dejarles en paz.- dijo Cris.
- Bueno Alex, pero lo de tus diez hermanos ya se salía.
- Eso guapa ¿desde cuándo tiene tu una hermana de quince años?.
- Quince o veinticinco ¿qué importa?. Que pillada me ha hecho con lo de la edad, que mal.
- Eran tontísimos, pero bueno nos han traído.
- Bueno, vamos a dejarnos de arreglarse, vamos, que tengo ganas de disfrutar!!!!
- ¿Habéis visto ya algo interesante?.
- Yo he visto a tu amigo Alejandra.
- ¿A quién?.
- A Jaime. Es que no está bueno el chaval, no solo un poco- interpeló Cristina.
- Yo también le hacia un par de favores o cien.
- Es un subnormal, y además no tiene nada, es un cretino, se lo tiene súper subido, con eso de que es seguridad y va con el walki, es el mejor...
- No sé, pues yo me lo tiraba.
- Yo ni por todo el oro del mundo.
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JUGANDO A JUEGOS DE MAYORES
RomanceAlejandra es una niña bien, estudiante de periodismo guapa que le gusta mucho salir por la noche. Pronto descubrirá que enamorarse de mafiosos no es un juego y que en ocasiones los amores mas reñidos, son los más pasionales al final.