CAPITULO 7

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Yo volví a bailar por inercia en el mismo instante que me dejo. Bailaba de felicidad, de desahogo de alegría. Cris y Silvia me despertaron de mi trance:

            - Reacciona tía, jo, ¡ha sido rarísimo! ¡Ha sido de película!-el comentario de Cristina me hizo salir de mi trance

            -   no me extraña que te hayas quedado así. Nos hemos quedado los demás...- dijo Silvia.

            - Todavía no reacciono. ¡¡¡¡NO SABÉIS QUE BESAZO, DIOS MÍO!!!. Ha sido algo impresionante...No puedo hablar.

            - Ha sido muy fuerte. Bueno yo me voy a buscar a un tío, que esta historia me ha abierto el apetito- dijo Cris.

            - A ver y a quién no. Pero creo que no te va a hacer falta buscarlo, porque por ahí viene Javier.

            - Si, anda tía deja de tomarme el pelo- dijo incrédula

            - ¡Hola chicasss!- dijo Javier apareciendo con una sonrisa.

            - ¿Qué haces aquí?- pregunto Cristina un poco molesta.

            - He venido a verte y encima me recibes con un careto de asco tremendo. ¿Se puede saber que te he hecho yo ahora?- Javier estaba un poco desconcertado ante la reacción de Cristina.

            - Nada, nada. Es que me has pillado de sorpresa. No te esperaba. ¿Tu novia donde la has metido hoy?.

            - Mira no quiero discutir. ¿Vamos a empezar como siempre Cristina?. Yo no sé qué hacer para tenerte contenta. Antes estabas de maravilla y ahora parece que me odias.

            - Déjalo Javi, no es nada es que estoy un poco cansada- acto seguido Cristina le dio un beso para demostrarle que el posible enfado se le había pasado. Aquel chico era su punto débil. No podía evitarlo.

            No sabía yo realmente, que era lo que le podía pasar a esta para estar tan arisca con él, pero supuse que le seguía gustando, y quizás demasiado. No me extrañaba que le fastidiase tanto que el tuviera novia y que, si ella no estaba, todas las atenciones eran para ella. Pero yo sabía que era imposible que Cristina no cayera una vez tras otra con él, porque no tenía fuerza de voluntad para resistir. Aunque de vez en cuando, la cabeza pensaba por ella como, acababa de suceder hacia unos instantes, pero a los dos segundos de tenerle delante se le caía la baba y sucumbía a los encantos de Javier, que eran muchos, y a los ojos de Cristina, muchos más.

            Cristina y Javier se fueron por ahí tomar algo y nos quedamos Silvia y yo .Esta estaba ya impaciente porque su chico no había llegado todavía y era ya tarde. Miraba constantemente hacia la puerta:

            - ¿Quieres dejar ya de mirar la puerta Silvia?. No te preocupes que seguro que aparece, sino no se había tomado tantas molestias en acercarse a ti.

            - Si, quien sabe los hombres son tan raros. Puede que se acercase a mi porque le daba morbo que si la novia aparecía y nos hubiera pillado se le habrían caído los... de golpe. No lo sé.

            - Vamos no seas tan pesimista. ¿Le diste tu teléfono?.

            - Que va. Sabe donde vivo porque sus primos o algo así vivían en el edificio que hay detrás de mi casa. Pero para el caso es como si no supiera nada. Además ¿tú crees que va a venir a verme?. Esas cosas las dices en el momento y luego se te olvidan por completo. ¿Tu crees que se va a acordar de toda la noche, que estuvo hablando conmigo y que le dije donde vivía?. Ni de coña- contestó con cara triste

JUGANDO A JUEGOS DE MAYORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora