CAPITULO 35

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Subí a mi habitación todavía totalmente impresionada por lo que había sucedido. Las piernas me temblaban y no podía pensar con coherencia. Había superado aquel beso todo a lo que yo estaba acostumbrada. Me quite toda la ropa, aun temblando por la emoción y me puse un camisón de gasa amarillo.

Me tumbé en la cama, pero era imposible que me durmiese, tenía todavía el corazón acelerado, latía tan fuertemente que pensé que se iba a salir de mi cuerpo. Inconscientemente había estado soñando con ese momento durante demasiado tiempo.

Oí de pronto ruidos en la piscina y me asome a mirar. Allí estaba Jaime nadando a toda velocidad, como si estuviera descargando la furia que sentía por dentro. Me quede observándole un rato. Tenía una figura magnifica, el torso firme, carente de pelo, la espalda ancha y todo el cuerpo bronceado, note como de nuevo mi corazón se aceleraba. Una fuerza superior a mí, que no podía controlar me hizo salir de mi habitación y bajar a la piscina. Observe sin ser observada. Ahora Jaime había parado  y estaba apoyado en el bordillo de la piscina, todavía dentro del agua. No me podía ver porque estaba de espaldas a mí, tampoco debió oírme ya que ni se movía.

Sin pensarlo dos veces me quite el camisón y me metí en la piscina. Nade hasta donde estaba el apoyado, seguía en la misma posición. Me agarre por detrás a su espalda y empecé a besarle los hombros y la espalda. No se movía. Notaba su cuerpo contra el mío desnudo. Me bebía el agua que tenía en su cuerpo suavemente como si quisiera quitarle la esencia. De pronto se dio la vuelta y me agarro de la cintura fuertemente, empezó a besarme con frenesí. Estaba que no cabía en mi gozo, me sentía flotando. Sus manos recorrían todo mi cuerpo debajo del agua, explorando. Yo iba descubriendo el suyo con cada beso, cada mordisco... Abrazada fuertemente a él como si quisiera retenerle conmigo para siempre. Por fin le quite el bañador y nuestros cuerpos se fundieron. La piscina se convirtió en una tempestad, que luego llego a la calma súbita. Nos quedamos los dos abrazados, exhaustos, respirando entrecortadamente. Nos miramos y supimos que no necesitábamos decir nada, porque en aquellos minutos anteriores nos habíamos dicho todo, todo lo que nos había estado corriendo por dentro durante mucho tiempo y sin apenas darnos cuenta o queriéndolo negar.

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 a esta parte se debe la portada! muchas gracias por los comentarios!! por los votos! por toodoooo!!

JUGANDO A JUEGOS DE MAYORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora