CAPITULO 34

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            El resto del día pasó sin nada en especial. Jaime y yo no discutimos ni una sola vez. Parecía que los dos habíamos optado por una tregua, por lo menos por el momento. Habíamos dormido la siesta así que cuando llego la noche y con ella la hora de salir estábamos bastante despejados. No sabía que iba a hacer si me encontraba al chico del día anterior y se le ocurriera decir algo delante de Jaime.

            Fuimos primero a Vía de la Plata. Nada más llegar a la puerta todo el mundo empezó a saludar a Jaime como si fueran amigos de toda la vida. Allí estaba en su ambiente y se notaba que la gente le apreciaba y que él conocía el terreno. Se le veía relajado, feliz, no con esa pose que tenía siempre en Madrid, tan seria, tan profesional. Yo pensé que quizás era hasta simpático.

            El se perdió durante un buen rato y nosotras nos encontramos con los chicos del día anterior. Les saludamos y nos pusimos a hablar con ellos. Gabriel se acerco a mi nada mas verme con una sonrisa de oreja a oreja, supongo que con la ilusión de que hubiese una segunda parte y con la confianza de que fuese tan intensa como la anterior. La verdad es que al verle no me pareció tan guapo como me le había juzgado el día que anterior, de pronto había perdido el interés por él, pero no tenía nada mejor que hacer mientras me tomaba una copa e inconscientemente buscaba a Jaime.

            Pasaron dos horas y Jaime no aparecía, no sabía por qué aquello me molestaba. Al fin apareció y decidimos irnos a Moravska. Quedamos allí con los chicos, ya que Cristina quería ver al chico que le gustaba. Yo nada más entrar decidí que era hora de ponerme a tontear con Gabriel, para así llamar un  poco la atención de Jaime, mi guardaespaldas que no me estaba sirviendo de nada y no me hacía caso. ¿No estaba allí para vigilarme??. Pues le iba a dar motivos para hacerlo.

            Otra vez al entrar se perdió, yo estaba fuera de mí, me daba una rabia tremenda. De todas formas como ya me aburría un poco opté por tontear con Gabriel de todas formas. El tío estaba encantado.

            - La verdad Alejandra que ayer me dejaste totalmente acojonado. No me esperaba eso. Eres demasiado tía- dijo impresionado por mi actitud de ayer.

            - Pues todavía no has visto nada- le contesté con una sonrisa picara acercándome al oído.

            - No me digas eso que me voy a poner a mil- dijo empezando a cogerme por la cintura.

            - Tranquilo que todo hay que hacerlo desear en esta vida- le dije con mirada provocadora.

            - ¿Te crees que no te deseo ya lo suficiente?- cada vez me atraía mas hacía el. Sabía que aquello podía buscarme un problema con Eduardo pero no podía evitarlo. Quería llamar la atención de Jaime que no estaba haciendo su trabajo.

            - No se, no se…. – dije separándome un poco de él y jugando.

            - Eres preciosa.

            - No soy tan fácil de conquistar. Además ya sabes que tengo novio y que no puedo hacer lo que me dé la gana.

            - Ya eso si lo sé. Pero me da igual. Me tienes loco.- yo me reí.

            De pronto no sé de donde salió Jaime pero irrumpió entre los dos me cogió del brazo.

            - ¡Nos vamos! despídete de la señorita- le dijo

            Yo estaba absolutamente atónita y no podía más que mirarle y flipar. Sin soltarme del brazo se acerco a Cristina y a Silvia, les dio 50 euros y les dijo que nos íbamos. Yo no pude reaccionar hasta que estábamos cerca del coche.

JUGANDO A JUEGOS DE MAYORESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora