Esta discoteca debido a su gran tamaño estaba a las afueras de Madrid, en la carretera de La Coruña. Por el camino Silvia nos contó que el chico de la novia se llamaba Ricardo que se había acercado a ella para pedirle perdón por lo de la novia, que según él no era realmente su novia, sino una amiga con la que se enrollaba de vez en cuando. El tal Ricardo prometió ir a Elite para ver a Silvia porque según palabras textuales de le "se había enamorado a primera vista".
Cuando llegamos a Elite estaba Mario en la puerta. Mario era muy alto, y tenía un cuerpo que quitaba la respiración, moreno con el pelo ligeramente largo, tenía los ojos oscuros y muy expresivos. Estaba como siempre con su traje de chaqueta con el que estaba guapísimo. No tenía unos rasgos tan perfectos como Jaime pero muy atractivo. Mario y yo habíamos estado saliendo durante tres meses y al final lo dejamos por mutuo acuerdo porque decidimos que como pareja no nos aguantábamos y como amigos nos adorábamos. Cuando me acerqué a saludarle me dio un gran abrazo:
- ¡!!Cuanto tiempo sin verte preciosa!!!- gritó levantándome por los aires
- ¿A que me habías echado mucho de menos?- contesté riéndome.
- No lo sabes bien. ¿A quién si no le voy yo a echar charlas morales?.
- ¡Hoy no te dejo que me eches ninguna!- Mario y yo nos llevábamos de maravilla
- ¿Que tal los exámenes?. No te he querido llamar porque no quería distraerte y sé que yo te distraigo demasiado.... Vamos dentro a tomar algo.
Entramos dentro del local. Elite era enorme. Tenía una gran pista de baile que ocupaba toda la planta de arriba y abajo estaban los servicios, mesas para sentarse y dos barras más aparte de las cuatro de arriba. Fuimos a la planta superior, a la barra que estaba al lado de la cabina que era donde siempre nos poníamos y donde siempre estaba la gente conocida. Saludé a un par de amigos y les di las copas que nos había dado Eduardo a mis amigas y yo me quede hablando con Mario. Hacía mucho que no hablábamos y la verdad es que hablar con me reconfortaba:
- ¿Qué tal te va la vida Mario?.
- Ya sabes yo como siempre. Trabajando y muy solito sin mujeres- contestó haciendo una mueca de pena.
- ¡Pero que mentiroso eres! si siempre estas rodeado del sexo femenino…- aquello era verdad, Mario era guapísimo y siempre tenía muchas chicas detrás de él.
- Si, si seguro. Pero la que yo quiero no me hace ni caso.
- Ya me extraña, pero si te ligas a la que quieres.
- ¿Ah sí ?
- Pues si y lo sabes perfectamente.
- ósea que estoy ligando contigo- dijo acercándose peligrosamente a mí. Una cosa es que fueramos malos como pareja y otra que no hubiera mucha atracción física.
- Vete a la mierda Mario no me tomes el pelo- aproveche para separarme un poco de él.
- Sabes que no te lo tomo, sabes que te adoro- y se acercó un poco más.
- Si pero tú también sabes que como pareja somos un fracaso. ¡No nos soportamos!.
- Es que hoy estas especialmente guapa y no puedo evitar recordar viejos tiempos.
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JUGANDO A JUEGOS DE MAYORES
RomanceAlejandra es una niña bien, estudiante de periodismo guapa que le gusta mucho salir por la noche. Pronto descubrirá que enamorarse de mafiosos no es un juego y que en ocasiones los amores mas reñidos, son los más pasionales al final.