De nuevo te cuento querido diario, lo que pasamos en la playa. Después de almorzar nos quedamos en la cama viendo la tele, Adrián estaba desnudo a brazos cruzados y yo igual pero andaba puestos mis calzones nada más. Estaba acostada con mi cabeza en su pecho mientras lo abrazaba y fue entonces que decidimos ir a la playa por lo que me puse mi traje de baño en dos piezas de color blanco mientras él, una tanga algo que no me agradó porque pareciera que andaba desnudo afuera.
-¡No me agrada que salgas con esa tanga a la playa, Adrián! Es como si estuvieses desnudo...
-¡Ay por Dios, Yami...! –Decía extendiendo los brazos.- No te compliques la vida...
Yo sólo crucé los brazos en señal de estar molesta pero él me abrazó besándome en los labios pero no quise reaccionar entonces Adrián me dio una nalgada que me hizo brincar del susto...
-¡¡Adrián...!! ¡¡Respétame...!! –Dije con molestia.-
-Te he irrespetado...siendo monja... y ahora que no lo eres...
Sólo acaté a reír sonrojándome olvidando mi enojo entonces, fuimos de la mano a la playa. El lugar es muy bello al atardecer, eran casi las 4:00 p.m. y nos metimos al agua la que estaba helada a mi parecer. ¡Diantres! ¡Me encanta la playa...! Las olas se levantaban y nos elevaban para dejarnos caer suavemente... Me aferré a Adrián...él no me soltó jamás... Claro que una que otra ola nos agarró de sorpresa y revolcó de gran manera que arrebató mi sostén pero lo agarré a tiempo y a él; casi le arrebata la tanga.
-¡Ja, ja, ja...! Casi quedas desnudo, querido...
-¡Y tú...sin sostén!
-¡¡Ay no!!
Agarré el sostén pero no me lo puse, ¡diantres! Mientras Adrián reía cubriéndome con su abrazo a la vez que me lo colocaba. Habían personas pero estaban lejos... ¡diantres qué pena...! Luego de éste incidente, seguimos jugando con las olas y de pronto Adrián juntó mucho su cuerpo contra el mío excitándome...
-¿Qué pretendes...querido?
-Quiero que lo hagamos... ¡ya! –Me dijo toqueteándome bajo el agua.-
-¿Pero aquí...? ¡Estamos en la...playa...! Nos verán...
-¡No nos verán...! ¡Ven...!
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Diario De Una Monja.
Novela JuvenilÉsta historia está dirigida al público mayor de 18 años. Lenguaje explícito. Estas son las vivencias de una joven monja llamada Yamileth quien desde los diecinueve años escuchó el llamado para formar parte de la fe en todo el sentido de la palabra...