Cautivada (BTS JK)

20 "Te amé primero"

Aviso: Escondanse debajo de una piedra antes de leer este capítulo para evitar vergüenzas. (LOL)

Rápidamente conduje hacia la casa de Jung Kook.

Cuando recibí un mensaje de él de que iba de camino a su casa me fui despidiendo poco a poco de mis padres. Mi madre tardó un buen rato en dejarme ir porque estuvo quejándose de que hace mucho que no voy a casa y que no debería haberme ido de ahí porque todos cabemos en la casa.

—Espero que Jung Kook no sea la razón de que estés viviendo en tu apartamento.

—Claro que no, mamá. Quería ser independiente. Eso era todo.

Mi madre encogió hombros antes de darme un beso en la mejilla y me llevó a mi coche.

Al llegar al apartamento de Jung Kook pulse enseguida los ascensores. No puedo negar que ya tengo muchas ganas de verle.

Entré en el primer ascensor que se abrió, donde me encontré a una pareja dulce dentro. Cerré los ojos dándome cuenta de que extraño de verdad a Jung Kook.

Quería salir corriendo hacia su puerta al salir del ascensor, pero me detuve al ver a dos hombres de traje con unos auriculares y de pie en su puerta. Me acerqué y ambos dirigieron la mirada hacia a mi.

Me puse nerviosa. ¿Qué pasa? ¿Quién es son?

Uno de ellos hizo un gesto y el otro abrió la puerta. No dijeron nada pero hicieron un gesto de que pasara. Entré confundida dentro.

Miré alrededor de la casa si algo mal sucedía. Las luces estaban encendidas y le vi de espalda en el sofá. Me acerqué despacio por si Jung Kook estaba durmiendo pero mis tacones hicieron ruido al pisar el mármol.

Ha pasado como media hora más o menos desde que llegó, debe de estar cansado.

Me quité los tacones y sin hacer ruido me acerqué a Jung Kook. Aunque quería correr hacia él, abrazarle y decirle que le extrañé.

Cuando ya estaba al lado del sofa, vi que Jung Kook no estaba durmiendo. Él llevaba una camiseta negra, unos pantalones negros y descalzo.

Jung Kook se giró a mi y nos sonreímos.

—Hola —dijo.

—Hola —contesté.

—Ven aquí —dijo haciendo un gesto para que me acercara. Caminé hasta llegar delante de él.

Me agarró la mano y me jaló en un abrazo haciendo que perdiera el equilibrio y quedándome sentada sobre su regazo.

—¡Jung Kook! —grité y me soltó riéndose.

—¿Qué?  —preguntó y agite la cabeza.

—Hmm... te extrañé —susurré en su oído y le miré.

—¿De verdad? —preguntó.

—¿Sí? —contesté.

—Entonces... —dijo e hizo una mueca y mordió su labio inferior. Luego me di cuenta de lo que quería decir. Le pegué en el pecho pero luego hice lo que quería. Me acerqué y le besé lentamente en los labios. Tenía que ser solo ligero pero él lo profundizó por lo que me agarré a su hombro.

Se rió al separarnos.

—Te extrañé mucho, mi amor —sonreí.

—¡Dios! Siéntate a mi lado. Estoy tan excitado ahora mismo como si estuvieras montándome —dijo haciéndome sentar a su lado.

—¡Eres un pervertido! —dije y se rió.

Me apoyé a su brazo y subí los pies al sofá.

—¿Qué tal fue la cena familiar?