Cautivada (BTS JK)

22 "No te soltaré"

Aviso: Si lees esto puedes acabar con diabetes. 

Jung Kook estaba riéndose de mí mientras caminábamos cogidos de la mano hacia un restaurante llamada "Ramen Crack".

—¡Dios! ¡Para ya de reírte! —dije molesta y tiré de él para que andara más rápido.

Levantó la otra mano en señal de rendición y se rió de nuevo. Sus ojos desaparecen cada vez que se ríe. Lo que me enamora más porque es demasiado lindo.

—Creía que de verdad estabas enfadada porque no quería que te montaras a caballo. No sabía que solo tenías hambre —dijo tirando de la silla para sentarme.

—Estoy mitad enfadada sobre lo de montar a caballo y mitad por tener hambre —respondí.

Se acercó un camarero para tomar nuestro pedido. Cuando el camarero se marchó, Jung Kook cogió mi mano sonriente sobre la mesa. Se lo llevó hacia sus labios y lo besó. Sentí mis mejillas sonrojarse.

—Yah, ahora mismo estamos peleando. No hagas eso —dije retirando mi mano. Solo quería mantener mi enfado por no dejarme montar a caballo. Aunque la verdad es que no es gran cosa. Comparado con las demás cosas en las no nos entendimos y peleamos cuando nos conocimos.

—Lo siento por eso nena, pero tu cara dice lo contrario. Te gustó —dijo riendose y me agarró la mano de nuevo. También me reí.

—¿Te has divertido?

—Me divirtería un montón si me dejaras montar a caballo.

—No vas a montar ese maltido animal, mi amor. Además, estoy aquí contigo. Puedes montarme a mi en su lugar, todo lo que quieras —dijo sonriendo de lado. Retiré mi mano y le pegué.

—Te quieres callar. Alguién puede escucharte —dije y se rió otra vez.

Justamente llegó el camarero con la comida. Ambos pedimos ramen de marisco picante y los comimos a gusto.

Cuando terminamos, Jung Kook me llevó a un parque de atracciones.

Estabamos caminando y se acercó a una de las casetas para explotar globos, estuvimos un buen rato jugando hasta ganar un peluche de oso.

Después decidimos entrar a la casa del terror.

—¿Estás segura sobre esto? —preguntó Jung Kook con una sonrisa. Estabamos en la entrada con unas linternas.

—Las damas primero —dijo haciendo un gesto con la mano para que entrara y le miré con los ojos entrecerrados.

Caminabamos por un pasillo oscuro y al girar a la derecha salió una cabeza verde y grité del susto.

Jung Kook me agarró riendose y seguimos caminando.

Bajo el suelo salió de repente una mano asustandome de nuevo y él me abrazó.

Luego pasamos por otro pasillo en la que se reflejaban luces rojas.

—Na Ri —susurró y grité del susto porque Jung Kook me agarró en los hombros de repente.

—¿Pero qué haces? —dije pegándole con el peluche.

—Lo siento —dijo sonriendo.

—Te estas pasando —susurré para mi misma.

—¿Qué es eso? —dije señalando detras de él y al girarse me escondí.

Él se giró sonriendo pero su sonrisa desapareció al no verme.

—Na Ri —dijo y detrás de él pasaron algunas personas.

—¡Na Ri! —gritó y seguía caminado. Me escondí en una esquina.