Déjà Vu (Marc Márquez)

"Capítulo 4: Solo un deseo"

La noticia del accidente se había propagado días después de que yo había salido del hospital, lamentablemente había perdido al bebé y la persona que más quería, Marc.

Mi madre estaba en el sofá viendo justo esa noticia en la televisión que no quise prestar mucha atención demostrando que no me estaba afectado, pero se dio cuenta de mi presencia al verme con la bandeja del desayuno en la mano que pronto apagó la misma, lo dejé en la mesa y ella se acercó para tomarme de las mejillas y darme pequeñas caricias, era una madre dulce y un poco más baja que yo.

-Mamá, el desayuno está listo, hice lo que más te gusta ven a comer-quise apartarme en un momento con una sonrisa, pero no me dejó.

-Antes siempre estabas practicando danza con tus compañeras y no tenías tiempo para mí-me sonrió, yo hice lo mismo hasta que tomo mis manos.

-Entonces déjame aprovechar el tiempo contigo.

-Selena, sé que estás pasando por mucho, pero tienes que seguir con tu vida- en su rostro se veía tristeza y preocupación por mí, pensé que eso era algo normal en una madre- Espero que enfrentes la realidad pronto.

-Mamá, no sigas hablando de eso, venga no llores-le sonreí secando sus lágrimas-Estoy bien. ¡Oh papá está por venir! Voy a abrirle la puerta para que desayunemos juntos- deje a mi madre para correr cual niña a recibir a aquel señor al que llamaba padre-¡Papá llegas a tiempo!

-Hola hija, ¿cómo te has sentido?

-Muy bien-le conteste para tomarlo del brazo y hacer que entrara a casa, él se sentó frente de mi madre mientras yo iba a buscar los platos que le faltaban a la mesa para poder desayunar tranquilos, comenzaron a charlar que apenas los escuchaba, la cocina no estaba tan lejos después de todo, la voz de mi madre se escuchaba preocupada, pero después regrese con una sonrisa- Papá aquí tienes todo.

-Pero...¿No te sentarás con nosotros?-yo negué con la cabeza un par de veces- Quería que estuvieran juntos ya que por tus obligaciones no tienes mucho tiempo para venir-diciendo eso me refería a su esposa y a mi hermana mayor-Yo he desayunado antes, quiero ir a dar un paseo.

-Entonces ten cuidado-me dijo me mi madre al cruzar miradas con el hombre, la verdad era que mi madre se había dado cuenta de mi estado actual aunque quisiera ser fuerte y estaba segura que se lo diría a mi padre, de que no comía como se debía y que dejaba la luces encendidas y no dormía nada, se estaban preocupando mucho por mí.

Entré a mi habitación cerrando la puerta silenciosamente, en mi escritorio lo primero que vi fue la caja musical con la pequeña bailarina que Marc me había obsequiado en una de nuestras citas, suspiré para intentar contener mis lágrimas, tome un abrigo y salí de casa despidiéndome de mis padres, así comencé a caminar sin rumbo alguno por las calles de Cervera, las personas a mi alrededor me miraban de una forma extraña, otras preocupadas por el rostro que llevaba sin rumbo fijo, continué hasta llegar a la carretera donde había sido el accidente, aun había pequeñas partes del auto en que fuimos, me quedé un buen rato allí, continué por un sendero pensando en muchas cosas que se pasaban por mi cabeza, llegué a un puente alto y por debajo pasaba un riachuelo, era bonito ya que eran un lugar que no había visto nunca desde que vivía allí, en ese momento alejada de todo decidí bailar, sería el último baile que le regalaría a Marc ya que era lo que más me apasionaba hacer, daba giros y saltos imaginando que estaba sobre un escenario, cuando llegue al final respiré agitada sentándome en la orilla viendo el paisaje, "Marc, un mundo sin ti no vale la pena" pensé mientras me levantaba, mis piernas se detuvieron frente a los barandales del puente y subí sobre ellos, estaba decidida.