"Capítulo 9: Qatar y Argentina"

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"¿Amar a alguien es ser más feliz que ser amado?"

Estaría en Cervera por una semana y media aproximadamente, aprovecharía bien cada día que estaría allí.

Fui a la plaza principal, allí siempre había niños con los que me gustaba jugar mucho, no hacía tanto frío ya que pronto llegarían los días cálidos que solo llevaba un abrigo fino y un vestido un poco largo de color celeste, la sencillez era lo que más me caracterizaba aunque eso no quería decir que no podía estar linda de vez en cuando; sonreí al ver a los niños jugar que en cuanto me vieron no dudaron en correr a abrazarme y a hablarme todos juntos que tuve que calmarlos uno por uno, luego hice que se sentaran en ronda ya que les agradaba verme bailar para ellos, eso me hacía sentir muy bien que puse un poco de música de mi teléfono celular, comencé a bailar para ellos como si fueran mi gran público, pasos básicos de ballet pero delicados y suaves como si estuviera sobre un escenario, me dejé llevar por la música hasta que lentamente cuando esta terminaba me detuve, los niños aplaudieron de forma eufórica.

-¿Sabes girar?-me preguntó el mayor de todos ellos, yo asentí aunque no estaba del todo segura si hacerlo- ¡Vamos gira para nosotros!- insistió y en ese momento los demás lo apoyaron, no tuve opción que si les daría con el gusto, tomé impulso olvidándome de mi condición actual, giré por un largo momento hasta que perdí el equilibrio cuando sentí dolor, pensé que en ese momento iba a quedarme sin tobillo que de la nada comencé a caer aunque fui tomada entre los brazos de un muchacho justo a tiempo, parecía una escena de novela romántica que incluso los niños escaparon.

-¿Te encuentras bien?- me preguntó mirándome a los ojos, era Marc, había olvidado que por el pueblo caminaba como un persona más sin ser molestado, me sonrojé que quise levantarme rápido pero sentí un gran dolor en el tobillo que hizo un gesto de molestia.

-Si estoy bien.

-Pues no parece-me sostuvo del brazo para ayudarme, realmente era la última persona que deseaba encontrarme en el bendito pueblo, pero no se podía evitar.

-Lo siento, pero debo regresar a casa.

-Entonces voy a llevarte no puedes andar así como si nada-me miró serio, cuando se ponía de esa forma era mejor obedecer o que su mirada te matase lentamente, no tuve opción que seguirlo hasta su auto, uno bastante sencillo como él, a pesar de que ganaba mucho dinero con solo ser piloto de una marca importante, Marc seguía siendo esa persona humilde y carismática de siempre, viviendo en la casa de siempre con sus padres y hermano, eso admiraba. Subí al auto con cierto cuidado mientras él lo hacía del otro lado, cuando ya estuvimos juntos comenzó a andar, cuando lo miraba un par de veces Marc no dejaba de sonreír, en cambio yo iba un poco asustada ya que habíamos viajado de esa forma cuando había ocurrido aquel accidente, era extraño verlo de esa forma porque había muerto en mis brazos y ahora lo tenía vivo a mi lado- Supe que ya tienes equipo, ¿A cuál irás?

-No puedo decirlo hasta que esté en Qatar, pero veo que han tenido test en Jerez, claro que ya no me correspondía ir.

-Los demás no dejaron de hablar de ti ese día del test, todos querían tenerte en su equipo.

-Eso realmente me hace feliz, que de a poco mi esfuerzo esté dando sus frutos y me tengan en cuenta-le sonreí como si aquel momento fuera como el que solíamos vivir cuando estábamos juntos.

Sin darme cuenta, Marc había tomado otro camino que no me llevaba a mi hogar, lo miré por un momento.

-Espera... ¿A dónde estamos yendo?

-Tu hermana Clara me envió a buscarte, hoy cenaremos en su casa como familia, conoceré a tu padre y madre- me sonrió hasta que llegamos al lugar que ni quería pisar, cenaríamos todos juntos, no sabía si podría aguantar tenerlo frente a mí y al lado de mi hermana, cuando tocó el timbre una mujer elegante de baja estatura y cabello corto negro nos abrió, no dudo en tomar del brazo a Marc para jalarlo hacia adentro apartándolo totalmente de mi lado, esa mujer muy maquillada era la esposa de mi padre y madre de Clara, la que siempre me miraba con cierto odio. Entré a la casa con un poco de timidez pero al ver a mi única madre me sentí más tranquila, nos sentamos en la mesa en la cual Clara se había lucido con la comida para impresionar al piloto, era buena cocinando también, decidí probar mientras todos la alababan y charlaban a la vez, hasta que mi padre decidió pedirle un favor a Marc.

Déjà Vu (Marc Márquez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora