Era fácil. Una simple sonrisa o una mirada bastaban para comunicarse todo el amor que se tenían el uno por el otro, así nadie se enteraba.
Y lo hacían en el Insti: charlaban con sus amigos, que por un par de semanas no lo supieron. Parecía que eran amigos: "claro, como en Game of Thrones..." "¡Cierto!" Conversaban entre ellos en los descansos rodeados de ellos.
En las clases llamaban la atención por lo participativos que eran, asombrando a los profesores por ver un gran cambio en Fer.
Tenían su propio lenguaje, construido por ellos, ellos que se emocionaban al saber que nadie conocía su amor, un amor furtivo pero bastante evidente. Pero que estando juntos, esas miradas se volvían en cosquillas y el tiempo comenzó a contarse por beso tras beso, así. Sin importar nada más.
No parecían novios. No como sus amigos, que ahí, mientras comían se tomaban de las manos o se besaban en los pasillos, no eran esa clase de pareja; se les veía riéndose y divirtiéndose como los mejores amigos. Habían aprendido a decirse "te quiero" sin hablar, una mirada bastaba para ello, a compartir sus vidas. La razón de todo ello era que no querían compartir su amor con nadie más, que nadie más lo juzgara o lo viera de una manera distinta.
Pero había momentos en que la impaciencia podía con ellos...
Nacho había entrado en el baño. Los pasillos estaban en silencio. Era mitad de clases antes del descanso y estaba aburrido en su clase así que salió a despejarse un poco.
Después de mear se dispuso a lavarse las manos y salir sin más. Pero un ruido le llamó la atención, parecía un rechinido curioso; despacio giro hacia los cubículos; primero acercó su oído a cada puerta. Estaban abiertas casi todas excepto la primera, la que daba directo a la entrada, se detuvo a oír: besos. Se estaban besando dentro.
Estuvo a punto de marcharse, eso no era asunto suyo pero entonces, escuchó una risilla conocida, así que volteó de nuevo, ahora más lento, se inclinó para ver los zapatos, había sólo un par y una mochila frente a este.
- ¿Puro? - reconociendo el llavero que colgaba del carro de la cremallera.
- Nacho - respondiendo con una risa -, hola. ¿Qué haces? - tratando de separarse de Fer, pero este lo tenía sujeto de su cintura y no lo soltaba, equilibrándose para no salirse del lugar donde no viera nadie sus pies.
- ¿Qué hacéis vosotros? Y no digas que estás solo porque ya te oí, Fer - haciéndolos reír por completo.
Ambos salieron riendo. Nacho fue a cerrar la puerta asustado de que esto se saliera de control.
- ¿Pero os habéis vuelto locos? ¿Qué pasaría sí os pillan?
Se miraron cómplices asombrando a su amigo que dejaba caer sus manos y en su rostro se escribía un poema bastante gracioso para ser sinceros - ¿Pero qué me dicen? ¿Ya os han pillado? - su pregunta tenía cierto tono de cotilleo. Tuvo que controlarse para no mostrar cierta emoción por tal afirmación.
- Sí - rió Puro.
- Madre mía. ¿Quién ha sido? - preocupado. Y extrañado, tenía a Puro en un concepto de responsable.
- El de educación física. Puso la misma expresión que tú - confesó Fer quién no dejaba de abrazar a Puro.
- ¿Tú y Renzo no lo habéis hecho nunca?
- No. No le gusta. No lo cree romántico - llevando sus manos a la cadera, la verdad es que a él también se le había ocurrido hacerlo, pero... en fin.
- Ya - dijo triste Puro.
Cuando el día de clases acabó, decidieron quedar en casa de Puro para ver pelis. Que era en lo que se les iban las tardes: sentados en el sofá, cubiertos con un cobertor ligero y las manos entrelazadas. Nadie los veía, nadie sabía. Sus padres creían que hacían los deberes y estudiaban pero no.
Cuando acabó "Rompe Ralph" Fer sentenció:
- Debo irme... Que hoy tengo cena familiar. Viene un tío... - poniéndose de pie del sofá en el que estaban acurrucados.
- Claro - sonrió Puro acercándose para tomar las manos de Fer, que le pedía que lo ayudara a ponerse de pie. Pero este jaló al castaño haciéndolo caer sobre sus piernas y este rodeó su cintura con sus manos y se comenzaron a besar de nuevo. Pero no duró mucho esa sesión. Llamaron a la puerta, haciendo que se pusieran de pie.
- Creo que es mi señal... - dijo Fer camino de la puerta.
- Pero mira, aquí está Fer... - escuchó alarmado Puro que de inmediato acomodó su ropa y a su alrededor. Era Nacho.
- Te creíamos de comida familiar... - siguió Rodri.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó Renzo.
- Pasad... Puro, tienes visitas... - ignorando las ironías de sus amigos.
Puro se acercó al grupo de amigos frente a ellos.
- Chicos... - fue lo único que pudo articular antes de generar un silencio bastante incómodo para todos.
- Bueno - inició Renzo -, ¿ya sois novios o seguís tonteando? - recargándose a cuestas en el hombro de su novio.
Los enamorados se quedaron sí habla.
- ¿Qué pasa? - preguntó Rodri -, ¿pensabais que nos hemos caído de un guindo?
Todos quedaron en silencio, hasta que Fer soltó una carcajada -, pues sí. Ya somos novios - abrazando a Puro.
Todos soltaron un grito abrazaron a sus amigos.
- Que no he visto jamás dos tíos tan tontos como vosotros - confesó Clara, sintiendo las mejillas de Puro -, sí es que sois el uno para el otro.
- Nos lo tenéis que contar todo... - sugirió Nacho.
- Claro. Pero ahora no que la comida es cierto y voy tarde... - dándole un beso en la mejilla a Puro, consiguiendo que todos los vieran de manera tierna y soltaran un colectivo: "ahhh", avergonzado a Puro.
Nacho y Rodri lo siguieron para sacarle algo de información. Haciendo lo propio los amigos de Puro que quedó entre ellos en el sofá.
- ¿Pero por qué no habéis dicho nada? - preguntó luego de contar el día en que se confesó a Fer.
- ¿Y arruinar una historia interesantísima? - preguntó Renzo -, sí es que ver a Fer sentir tu indiferencia simulada era tan gracioso.
Puro se rió. Por un momento se sintió mal por ello.
- Pero ha válido la pena ese sufrimiento - supuso Clara.
- Sí. Sí él hubiese sido un poco más valiente y tú un poco menos torpe para eso del amor, hubiesen sido novios desde el primer día de haberse conocido - confesó Renzo.
Y finalmente se sintió tranquilo con su decisión y el tiempo que se había llevado hacerse novio de Fer. Estaba seguro de que le quería.
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Te voy a enamorar
Teen Fiction¿Te enamorarías de un chico? No sería de cualquiera, si no de ese que llegó a mitad de curso con un aroma y nombre particular, que hizo reír al profesor y que en su mirada se reflejaba lo risueño que era y que hacía que todos quisieran hablarle. M...