Te voy a enamorar

Vete...

Ramiro se tiró en la silla cruzando los brazos junto a Esteban que hacia muecas de incomodidad.

- ¿Qué ha ocurrido?

Ninguno de los día dijo nada por un momento, el director estaba frente a ellos y el profesor recargado en el borde del escritorio con los razón cruzados.

- Venga, me lo decís ahora o los dos estáis fuera del equipo en este instaste - amenazó el profesor al ver que ninguno de los decía nada.

- Que ha sido él - confesó Esteban -, que se puso a decir... memeces y luego le he respondido y ya no le pareció... - podía con las represalias que pudiera tener Ramiro contra él pero no con dejar el equipo.

- ¿Qué tipo de memeces? - preguntó el director.

- Empezó a decir cosas de que Fer y Puro eran... - mirando a Ramiro - maricones y tal...

El profesor trató de no reírse de lo bien que hacían pasar su relación frente a todos, pero al oír el nombre del castaño, recordó la última vez que lo vio temblando con Rodri en brazos.

- ¿Puro? ¿De nuevo con Puro? ¿Qué le ha hecho ese chiquillo para que se líe con él? 

- ¿Ha sucedido ya algo previo? - ordenó saber el director.

El profesor entonces confirmó que los chicos no hicieron ningún tipo de denuncia o queja.

- Nada de lo que haya registro... - mirando a Ramito, que se sentía ufano ante tal hecho. Sí bien, Ramiro había llamado maricones a Fer y a Puro, no podían culparlo de nada porque ellos no eran abiertamente homosexuales en la escuela, sólo del golpe en la mejilla de Esteban.

- Bien - concluyó el director conociendo cómo funcionaban los adolescentes-, pues el incidente no pasó a mayores así que sólo le queda a Ramiro... ofrecerle una disculpa a Esteban - cruzando las manos delante de ellos.

Esteban no quería no eso, quería que se acabara y punto, no necesitaba más líos con ese tipo.

- ¿Qué? - explotó Ramiro.

- Una disculpa o no entra en el equipo - advirtió el profeso mirándolo. No había peor cosa que doblegarse frente al enemigo.

Ramiro tomó aire.

- Disculpa por ofender al marica de tu amigo y por tu estupidez de no poder ver las cosas...

- Pero que...

- Está bien - detuvo Esteban al director -. Eso me vale - aclaró poniéndose de pie y saliendo.

Salió sintiendo su mejilla comprobando que no había sido nada grave.

- Esteban - gritó Rodri viéndolo caminar de nuevo al campo - has... ¿Qué te ha pasado?

- Rodri, hola nada... Un... problema con Ramiro, lo de siempre.

En ese momento el ruido apretó los labios, sí que era horrible oír a alguien admitir que los golpes eran cosa cotidiana.

- ¿Por qué?

- Pues porque se ha metido con Puro y pues... me molestó que se metiera con él.

- ¿Qué ha dicho?

- Pues que es Fer su novio... - todavía enojado.

- Ya... ¿Y eso es malo?

- ¡Por supuesto que no! Deberías saberlo, por eso mismo. ¿Qué le importa que lo sean o no?

- Ay, amigo. Lo siento.

- Está bien. Supongo que tiene razón, ¿no? No podemos permite que sea normal el que nos molesten.