Un fresco

2.5K 206 38
                                    

- Pero bueno. Quedada entre semana... - obvió su madre al entrar en la habitación de su hijo que no dejaba de buscar un buen atuendo.

- Es...es especial. Me he quedado el en equipo de fútbol - anunció a su madre.

- ¡Y no me lo pensabas contar! ¡Felicidades! - abrazando a su hijo - ¿Vas con los chicos?

- Sólo con Nacho. Rodri está ocupado. Y bueno. Voy con otro chico... - peinándose.

- ¿El chico que tienes de fondo en el móvil? - tanteando la respuesta de su hijo.

- ¿Has revisado mi movil? - preguntó sorprendido de lo cotilla que era su madre.

- Claro que no. Pero estaba en la mesa del salón y por accidente lo encendí y ahí lo vi.

Fer no sabía que hacer más que reírse, Puro sólo le causaba eso. Ni siquiera podía decir nada de él.

- Es buen chico - sonrió su madre al ver a su hijo hacerlo al ir recordando la carita limpia de Puro -, gánatelo - yendo al armario de su hijo -, sí mira. Está es muy bonita y con esto seguro cae rendido.

- No me estarás animando a que tenga novio, ¿o sí? - preguntó burlón.

Su madre lo miró y recordó las veces que lo había visto de "novio" de las crías de la primaria, cuando las parejitas eran decididas por las madres y en las verbenas del colegio. Sin duda había crecido.

- No pero... - soltó una risa -, no me hagas caso - dándole la cazadora de cuero.

- Gracias - abrazando a su madre.

- ¿Y tú, a dónde vas hecho todo un pincel? - preguntó su padre llegando del trabajo.

- Tiene una cita - se anticipó su madre a responder toda emocionada.

- ¿El chico del móvil? - Fer miró a su madre. Que difícil era tener secretos en esa casa -, pues. Sólo te digo: no lo arruines. Que se ve que es un buen chico y...ya tengo edad para ser suegro...

- Si que lo es. Y sí no me voy ahora lo haré esperar...

- De eso nada. Vamos, arrea.

-/-

Estaban demorando. Nacho no dejaba de moverse.

Puro le había advertido de esa posible situación a Fer, pero no quería hacerlos esperar, además, e lo más profundo de sus pensamientos era romántico esperarlo.

- ¿Nervioso? - preguntó recargado en su coche, viendo el cielo.

- Claro que no. Estoy en mi mejor momento... ¿Y tú? - preguntó Nacho dando una vuelta más. La espera lo estaba matando.

- Un poco debo confesar - adivinando la ventana del piso de Renzo.

- Sabía que lo conseguirías... - dándole una palmadita en la espalda a su amigo.

- Habéis hecho buenas migas tú y Puro, ¿no?

- Pues sí.

- Aunque hayas tardado pero lo conseguiste - Fer asintió, perdido en sus pensamientos -, ya sólo falta que le digas que te gusta... - su amigo volvió a asentir cayendo en cuenta, bastante tarde, que Nacho le había tendido una trampa.

- ¿Qué?

- Que sí. Que...te he visto. El chico te trae loco perdido.

- Sí - admitiéndolo en voz alta -, así que te pones detrás porque... - acomodando su cuello -, Puro... - se acercó a saludarlo.

Te voy a enamorar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora