La lástima fue el comienzo

Entre dulces y pastelillos

Scorpius y Albus fueron descubiertos por Draco cuando trataban de escabullirse de vuelta a la fiesta. Los castigó sin salir de su cuarto por el resto de las vacaciones y se debatió internamente entre decirle a Harry que su hijo se le había escapado en su propia casa para que lo castigara más severamente o no decirle nada y sólo encerrarlo junto a su hijo, así evitar que le dijera que no era capaz de cuidar a un par de adolescentes y bla bla bla. Se decidió por lo segundo. Albus agradeció internamente que tomara esa decisión pues de lo contrario quizá su padre no lo dejaría volver a visitar a Scorpius y apenas y habían logrado que la enemistad de sus padres disminuyera a niveles aceptables para fin de poder visitarse en vacaciones, por lo que pasaron el resto de las vacaciones encerrados en el cuarto de Scorpius pero felices por al menos no haber sido descubiertos por el ministerio.

Cuando los llevaron a la estación para volver al colegio Albus y Scorpius se metieron en su habitual vagón en el tren y parloteaban alegremente porque estaban contentos de recuperar su libertad. Rose llegó y abrió el compartimiento donde estaban, y entró cerrando la puerta tras de sí

- Hola ¿cómo les fue?

- Nos descubrieron - dijeron los dos al mismo tiempo y volvieron a tener un ataque de risa

- ¿Y por qué se ríen idiotas? ¿qué te hizo mi tío Harry? - le preguntó a Albus

- El señor Malfoy no le dijo nada, él nos castigó el resto de las vacaciones encerrados en el cuarto de Scorp

- ¿Y por qué haría algo así?

- No sé, quizá porque temía las represalias del señor Potter - dijo Scorpius encogiéndose de hombros - pero es algo bueno, ¿no Al?

- Sí, bueno, voy al baño, demasiado jugo de calabaza - dijo cerrándoles un ojo y saliendo de ahí

Scorpius comía babosas de gelatina pero tenía toda una selección de todo tipo de golosinas esparcidos por el asiento

- ¿Quieres algo? - le dijo a Rose mostrándole su tendido de dulces

Ella se rio y sacudió la cabeza

- Mis abuelos muggles son dentistas, siempre nos restringieron demasiado con los dulces y tu te la pasas comiendo a todas horas...

- ¿Qué tienen los dentistas contra los dulces?

- Bueno ellos dicen que te pican los dientes

- ¿Pican? - dijo él alzando una ceja

- Sí, es decir, que te hacen hoyos en ellos

- ¿Por qué? - preguntó intrigado pero sin dejar de meter babosas de gelatina en su boca

- No sé... ¿sabes? quiero varitas de regaliz

Él le tendió un paquete rápidamente

- ¿Te quedarás con nosotros hoy? tengo muchos muchos dulces

- Ahora veo por qué le caes tan bien a Al - dijo ella bromeando

- Todo lo mío es tuyo - dijo él haciendo una teatral reverencia - si no quieres, no le damos

- Te quedarías sin amigo

- Me quedaría contigo ¿no?

Ella se sonrojó y sacudió su cabeza, decidió cambiar de tema

- ¿Qué más tienes? - le preguntó mirando los dulces

- ¿Te atreves a comer unas rondas de grajeas Bertie Bott?

- Si te arriesgas a que vomite si me toca una asquerosa...

- Yo una vez casi vomito una que sabía a sardina... - dijo él estremeciéndose