Colándose

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Rose comenzó a escuchar golpecitos en su ventana, se revolvió inquieta en su cama, y trató de ignorarlos, pero los golpecitos seguían y seguían. Ella abrió los ojos enojada y se levantó para mirar por la ventana. Su corazón dio un vuelco en su pecho cuando vio ahí afuera a Scorpius, montado en su escoba tocando la ventana. Abrió rápidamente y le dijo

- Scorp, ¿qué haces ahí afuera? entra, rápido

- Es que no me escuchabas, tenía ya un rato tocando, tienes el sueño pesado - dijo él una vez que estuvo dentro, mientras Rose cerraba la ventana, y luego corrió a tomar su varita y puso un hechizo insonorisador, para poder dejar de hablar en susurros

Una vez hecho esto, corrió y se echó a los brazos de su novio, levantó la cabeza y recibió varios besos por parte de él

- Perdón, debiste haber entrado, con un simple alohomora y no hubieras estado ahí en el aire todo el tiempo

- Lo pensé, pero no creí que te hubiera gustado despertar y encontrar un chico invadiendo tu habitación

- Eres demasiado correcto Scorp - le reprochó ella, no sólo por lo de hoy, sino por lo del baile y varios episodios después

- ¿Preferirías que no lo sea? - dijo él levantando una ceja y contento por si había entendido correctamente, Rose le estaba dando permiso de avanzar en su relación física

Ella se sonrojó, y agredeció la oscuridad de su cuarto

- Eres tú... es decir, mientras seas tú, nada de lo que me hagas me molestará - y en cuanto terminó de hablar se sintió sumamente ruborizada

- Rosie... no deberías decirle eso a un chico que está sólo contigo en tu habitación, menos a uno que te quiere y al que le gustas desde los 11 años... - dijo él sintiéndose nervioso, tenía el permiso... pero no tenía ni idea de como tomarlo

- Yo también te quiero Scorp, me gustas desde los 15, quizá no sea tanto tiempo, pero me gustas mucho, eso debe contar ¿no?

- Por supuesto, me haces muy feliz, Rosie - él se separó un poco de ella, tomó su cara en sus manos y se acercó a ella para besarla.

Ella echó sus manos alrededor de su cuello y pegó su cuerpo al suyo, el hecho de que estuvieran sólos en una habitación con una mullida cama a unos pasos, hacía de esta situación la más excitante que habían vivido en toda su relación, quizá era eso, quizá era que estaban prácticamente despidiéndose, pero cada roce de sus labios y sus lenguas les proporcionaban sensaciones amplificadas. Ella tomó su cabello y comenzó a jugar con él, él se sintió encantado por la situación y la tomó de la nuca acomodando su cara para profundizar el beso, mientras su instinto lo hizo caminar hacia la cama, dieron un par de pasos en la oscuridad, sin dejar de besarse y luego cayeron en ella, él de espaldas al colchón y con ella encima, sin ser capaz de contenerse comenzó a mover sus manos recorriendo el cuerpo de la chica, pasándolas por su redondo y firme trasero, a ella le encantó sentir sus manos pasearse por ahí, y quiso por un momento ser ella quien lo estuviera tocando así, ella pegó su cuerpo al de él, sintió que algo presionaba su cadera, pero inmediatamente él giró y la acostó sobre la cama

- Te quiero Rosie

- Yo te quiero a ti Scorpius

Ella tomó su cara y lo atrajo hacia ella, reanudaron su beso, esta vez, ella era quien estaba con la espalda contra el colchón y semi cubierta por el cuerpo de él, que descansaba de costado, a un lado de ella, muy cerca, mientras con una mano apoyaba su peso, la otra vagaba por el cuerpo de Rose, pasando por su costado, deteniéndose en su cadera, en su pierna, luego comenzando a subir por su vientre, deteniéndose ahí, debatiéndose entre ir más arriba o no, su cuerpo le pedía seguir, su mente le decía que quizá era mucho por hoy, subió un poco más, sintió sus costillas pegadas a su piel, puso su mano por un costado y movía su pulgar en círculos, cada vez más amplios, llegando a tocar el borde de uno de sus senos, haciendo su erección crecer más, tanto que bien podría haber reventado sus pantalones, así que quitó su mano de ahí y dejó su boca para repartir besos en su cara, su oreja, su cuello, esperaba que su excitación disminuyera, pero eso no pasó. Volvió a su boca y sonrió dentro del beso

- Rosie - dijo con voz ronca y la respiración agitada - tus padres ¿están en casa?

- Sí - contestó ella igualmente agitada - pero no quiero hablar de ellos ahora - concluyó y empujando lo hizo rodar en el colchón y ella se colocó encima de él, a horcajadas y sin dejar de besar su boca

Ahogó un gemido cuando lo sintió debajo de ella... duro e hinchado... estaba fascinada por su cuerpo, por las reacciones de su cuerpo y por saber que ella las había provocado, él habló sin despegar su boca de la de ella

- Perdón, esto es involuntario, es que me gustas mucho

Ella dejó de besarlo y lo miró acostado en su cama, despeinado, con los labios hinchados y respirando agitado, además a pesar de la oscuridad pudo notar un brillo en sus ojos, que la excitó demasiado

- Tu también me gustas, mucho, esto me gusta - dijo ella restregando su cadera contra su erección, haciéndolo cerrar los ojos y emitir un gemido

- No hagas eso...

- ¿Te lastimo?

- No... al contrario, me gusta demasiado... demasiado para tu propio bien... no quiero llegar al punto donde no pueda controlarme

- No me importaría...

Él le dedicó su más hermosa sonrisa, mezcla de felicidad, amor, excitación, lo hacía ver más guapo de lo que había estado nunca. Se incorporó y abrazó su cintura, mientras buscaba su boca. Ella seguía sentada a horcajadas sobre él, pero él estaba sentado también, por lo que ella comenzó a tirar de su cabello, mientras se besaban, moviendo sus labios con desesperación, entrelazando sus lenguas con fuerza dentro de sus bocas, explorandose, saboréandose, dándose una que otra mordida juguetona, ella dejó de tirar de su cabello y comenzó a bajar su mano por su cuello, sintió el pulso acelerado de el chico cuando pasó por ahí, continuó y metió la mano por la camisa, tocando sus hombros y su espalda desnuda, estaba considerando seriamente arrancarle la camisa para tocarlo completamente, cuando escucharon un ruido, eran golpes en la puerta...

Ella brincó de encima de él y le dijo

- ¡Mis papás!, ¡escóndete!

- ¿Donde? - preguntó él un poco histérico

- ¡Aquí, vamos! - dijo ella señalando debajo de su cama

Él brincó y se metió debajo de la cama, llamó su escoba con un accio y la metió junto con él, en ese momento Rose ya se había metido bajo las sábanas y estaba tapada hasta la cabeza, removió el hechizo silenciador y gritó

- ¿Qué quieres?

- Sólo hablar hija, - era la voz de Hermione

- Es muy tarde mamá, mañana - en eso abrió la puerta y Hermione entró en la habitación, cerró la puerta tras de sí

- Por Merlin, Rosie, hace mucho calor aquí, abre la ventana, y tu tapada hasta la cabeza, se te va a subir el calor - dijo mientras abría la ventana y el fresco aire de verano inundaba la habitación - espera.... ¿está aquí verdad? - preguntó Hermione girando para mirar a Rose, quien sólo abrió mucho los ojos y negó con la cabeza, pero que era incapaz de pronunciar palabra - Draco se dio cuenta que le faltaba un hijo Scorp, está como loco buscándote - habló Hermione a la nada - regresa inmediatamente, ¡bueno espera!, no salgas, así si no te vi, no te vi... pero Rose, no me dejas mucho margen para defenderte de tu padre, sólo venía a decirte que no te lo tomaras a mal, que él era muy exagerado, pero veo que no le falta tanta razón, contrólense chicos, hay tiempo para todo, quizá no les haga tan mal pasar un verano separados, despídanse y Scorp, regresa inmediatamente a tu casa

Hermione salió de la habitación y Scorpius salió de debajo de la cama de Rose, ella se asomó y cuando estuvo fuera se echó a sus brazos y ambos rieron nerviosos

- Perdón por esto Scorp

- No al contrario, discúlpame con tu mamá, estoy muy apenado

- Vete ya, tu padre estará preocupado

- Y enojado.. aunque no te vayas al campamento, seguro me castigará todo el verano - se quejó el rubio

- Adiós Scorp, te quiero - dijo ella besando a su novio

- Adiós Rose, pásala bien, te quiero, te adoro, te extraño - dijo alternando entre besos y palabras, salió por la ventana y desapareció en la oscuridad de la noche

La lástima fue el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora