Impaciente por saber

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Esta vez los labios de Scorpius se deslizaron sobre los de Rose, acariciándolos con dulzura, la sensación que recordaba del día de la fiesta volvió a recorrerla y apretó sus brazos para pegar más su cuerpo al de él. Él correspondió el apretón con una mano y la otra la llevó a su cabeza, donde enredó sus dedos en sus pelirrojos y rebeldes rizos, acomodó su cabeza y ladeó la suya para tener mejor acceso a su boca, mientras la velocidad de sus movimientos se aceleraba, junto con sus respiraciones. Afuera había fuegos artificiales tronando en el cielo y se escuchaban gritos festivos que venían de adentro de la casa, lo cual los hizo reaccionar, y se separaron juntando sus frentes

- Feliz año nuevo Rose, te quiero - le contestó él y volvió a besar sus labios con la boca semiabierta, pero sin mover sus labios - debes entrar, tus padres se preocuparán por ti

- Y tu debes volver a tu casa, arriesgaste demasiado por venir aquí

Él acercó nuevamente su boca a la de ella y depositó otro suave beso en sus labios

- Valió la pena, así me expulsen valió mil veces la pena

- No digas eso - le regañó ella sin sonar muy convincente en su tono severo. Volvió a posar sus labios sobre los suyos, dejándolos un par de segundos extra unidos y luego le dijo

- Vamos por Al, deben volver

Él asintió y entrelazó su mano con la de ella, caminó detrás de ella y salieron del garage, pero antes de que entraran a la cocina, la jaló hacia él, con fuerza, haciendo sus cuerpos chocar, acunó su cara entre sus manos y la besó nuevamente, ella sonrió contra sus labios y puso sus manos en su cara, mientras le correspondía el beso con el mismo ímpetu. Se separaron y él dejó un beso juguetón sobre su nariz antes de volver a entrelazar sus manos y dar la vuelta a la casa, entraron y Albus estaba caminando de un lado a otro nervioso. Cuando los vio suspiró aliviado y dijo:

- Por fin, vámonos. Rose, están preguntando por ti adentro, corre

Ella soltó a Scorpius y escuchó a Hermione llamarla, contestó abriendo la puerta de la cocina

- Aquí estoy, mamá, ya voy, sólo vine a tomar agua

- ¡Okay! ¡Pero no te comiste tus uvas!

- Salí corriendo con maletas - le gritó ella y luego sacando su varita convocó en voz baja - Accio maleta - guardó su varita y gritó - ¡pero ya voy! - cerró la puerta y Albus y Scorpius la miraban divertidos

- ¿Uvas? - dijo Albus

- ¿Maletas? - preguntó Scorpius

- Ustedes no lo entenderían, son tradiciones de año nuevo, váyanse ya - y se dirigió nuevamente a la puerta de la cocina, la abrió y Albus salió primero, la abrazó antes y le murmuró un "feliz año" y luego caminó hacia donde habían dejado las escobas.

Scorpius la abrazó y la levantó en el aire mientras la besaba en los labios y luego cuando la dejó de nuevo en el suelo le dijo

- Feliz año nuevo, te veo en la escuela, adiós - y cuando ella pensó que ya se iba, él regresó y le dio un sonoro beso en los labios y luego corrió tras Albus

Rose estaba ruborizada, y su corazón latía agitado, tenía una sonrisa bobalicona que debía quitarse antes de volver con su familia, cerró la puerta y observó por la ventana cuando los chicos levantaban el vuelo y desaparecían en el horizonte

- ¿Qué miras? - preguntó Hermione entrando en la cocina

- Oh, es que... quería ver si tiraban más fuegos artificiales

Hermione llegó a su lado y la abrazó y besó mientras le decía

- Feliz año nuevo, mi pequeña

- Feliz año mamá

- ¿Así que maletas?

- Sí, el próximo año quiero viajar más

- Prometo que programaré vacaciones este verano - dijo Hermione alzando su mano - ¿a dónde quieres ir?

- Oh, no lo sé, una playa en el caribe, ¿que tal?

- Siii - dijo Hermione aplaudiendo contenta - tenemos que convencer a tu padre, no es una persona de playa, pero me encanta la idea

Ambas regresaron al comedor y terminaron su celebración de año nuevo.

Por la noche, Rose salió de su cuarto y entró en el de Hugo a hurtadillas, cerró la puerta con cuidado y se acercó a la cama de su hermano, lo movió y le habló

- Hugo... Hugo, despierta

- ¿Qué? ¿Qué?¿Qué? - dijo Hugo medio sonámbulo mirando a todos lados

- Despierta, soy yo

- ¿Qué pasa Rose?

- La carta de Scorpius, ¿qué decía?

- ¿Qué?

- ¡La carta! la que quemamos en navidad que tu leíste ¿qué decía? - repitió exasperada

- Ya sé cual carta, me refiero a ¿en serio? son las - giró su cabeza para mirar su reloj - 3 de la mañana, ¿no podías esperar a preguntar mañana?

- No, ¿qué decía?

- ¿Cuál es la prisa?

- Él estuvo aquí hoy

- ¿¡Qué?! - gritó Hugo y Rose inmediatamente tapó su boca con sus manos

- ¡Cállate! despertarás a todos

Hugo sacudió su cabeza para deshacerse de las manos de su hermana

- ¿Cómo que estuvo aquí? ¡es un barrio muggle! y ¿cómo supo donde viven los abuelos?

- Albus lo acompañó

- Ese traidor...

- Hugo... me lo explicó todo, creo que Lily le puso una trampa, estaban bajo muérdago encantado, tuvieron que besarse para salir de ahí

- ¿Y por qué crees que Lily le puso una trampa? ¿qué tal si fue él quien la llevó ahí?

- Hugo, ¡piensa! ¿quién es el creador del muérdago encantado?

- Mi tío George...

- ¡Exacto!, es mucho más probable que Lil lo llevara y lo colocara ahí para obligarlo a besarla, ella está loca, viste como trató de echármelo en cara el otro día

Hugo resopló y revolvió su cabello

- ¿En verdad le crees?

- Sí - dijo rápidamente - le creo, ahora dime ¿qué decía mi carta?

- Bueno - dijo él moviendo la cabeza - supongo que ahora tiene mucho más sentido

- ¿Qué cosa? - dijo ella exasperada

- Te deseaba feliz navidad y decía que te quería, que necesitaba decírtelo a la cara porque también debía aclarar algo más contigo, decía que no quería malos entendidos contigo y que sabía que habían quedado en ir despacio y no quería presionarte, pero debías saber algo, repitió que te quería como un millón de veces, poco faltó para que dibujara corazones - dijo Hugo rodando los ojos

Rose recuperó sus sonrisa bobalicona y Hugo pasó su mano por su cara

- Estás ida... te ves estúpida

Ella lo golpeó y le dijo

- No me importa, soy feliz, gracias Hugo - dijo despeinando su cabeza y besando su pecosa mejilla - ya duerme, buenas noches

Y salió brincando alegremente. Hugo la observó y meneó la cabeza, resopló enojado mientras se volvía a acomodar en su cama y murmuraba

- Si, pero ya me despertó, ahora no podré volver a... - y antes de acabar la frase ya se había vuelto a dormir

La lástima fue el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora